La 3 y la 4 son preocupantes porque, por algún motivo inexplicable, en las dos hay una tendencia a meter transfondo religioso muy raro, con unos simbolismos de quedarse pensando en que les sucede o los señores guionistas, que quebranto tienen.
A los que les molestó el tema religioso en Promizius, deberían recordar a esa Ripley a lo Juana de Arco de la 3 y esa androide cristiana de la 4, que me parecen una cosa infame.
Promizius, por lo menos, mete algo de coña y le da un giro a esa necesidad de reflexiones religiosas que, insisto, no sé que les ha dado en Hollywood con mezclar estra saga con la religión. Hubiera preferido mil veces que se dejaran de esas mierdas, pero bueno.
Ese transfondo religioso ya estaba muy presente en la primera película; no es casualidad que Prometheus lo explicite aún más (o que su estructura sea casi un calco del Alien original). El mito de Prometeo entendido como esa deriva descontrolada de la razón y de la ciencia hacia el infinito, sin atender a consideraciones morales, ya estaba muy presente en los oscuros motivos de la compañía, en Madre o en Ash ("delirios de moralidad"; "tripulación prescindible"; etc.). Pero es que además toda la obra está estructurada como una gigantesca (e ¿inconsciente?) parábola judeocristiana (de resonancias casi anagógicas), donde los paralelismos, simbolismos y referencias a esa mitología religiosa en concreto, son constantes. Lo que pongo a continuación es sólo una lectura (mía) más (de las muchas que puede tener la película), relacionada (como digo) con el mito de Prometeo y el pecado original; no está muy pensada ni desarrollada más allá de lo evidente pero sirve para poner de relieve el transfondo religioso de la cinta; ahí va:
La señal de peligro no deja de ser una representación de la advertencia divina de "no comáis del fruto del árbol de la ciencia porque dentro lleva la semilla del pecado que os puede joder vivos". El Alien, por supuesto, es ese pecado (humanoide, una vez germina) que se introduce en nosotros y nos lleva a la condenación. Madre sería la nueva Eva artificial, que arrastra a su calzonazos y descerebrado marido (Nostromo) a donde no debe. Y sus hijos (nosotros... los tripulantes, en este caso) nacemos de ellos y en el (su) pecado, pero con el potencial para hacer el bien y redimirnos. La secuencia del despertar de los humanos y del Alien contiene evidentes paralelismos (apertura de "compuertas" casi idéntica pero de manera inversa; luz vs. oscuridad;...). Los hijos de Eva acabamos creando, a partir del pecado transmitido (la Ciencia sin límite ni moral), otra Eva virtual (Madre) y otra serpiente maleintencionada (Ash) para que ese pecado se perpetúe, hasta el punto de controlar a sus creadores y determinar sus posibilidades de salvación. Una eterno ciclo de jodienda sideral.
No parece casualidad, tampoco, que los tripulantes sean siete. El número de pecados capitales (y aquí habría mucho debate):
- Kane: el primero en nacer, el primero en morir. Representa a la gula; no la gula de alimentos (a pesar de lo metafórico de su muerte) sino de conocimientos que le están vedados. su curiosidad malsana (la nuestra) le lleva a despertarse y levantarse el primero y a meter las narices donde no debe. Cuando el pecado entra finalmente en él ya está condenado.
- Parker: la envidia, claro, entendida no sólo como desear lo de los demás, sino desear también el mal a las personas envidiadas.
- Brett: la pereza, entendida como el que se deja arrastrar (por comodidad) por los demás, sin importale las consecuencias de su "no acción".
- Lambert: la avaricia, entendida como la cobardía de no entregarse a los demás; la flaqueza de preocuparse sólo por su propia seguridad (sin importale las consecuencias).
- Dallas: la soberbia del hombre que se deja seducir por Madre (Eva) y por Ash (la serpiente) y que, aunque intuye que puede estar cometiendo un error, ni lo reconoce ni rectifica.
- Ash: creación maldita del hombre y consecuencia directa de su pecado original: la ciencia desmedida que no atiende ya a consideraciones morales, sólo materiales. La ira y la lujuria se entremezclan cuando trata de acabar con Ripley (tenía que ser ella su antagonista, claro).
- Ripley: ahhhh Ripley, la redentora...la que vuela a Madre (Eva) por los aires destruyendo su ignominioso legado; la que debe enfrentarse finalmente (en la Narciso) al pecado de orgullo tan propio de los santos; la que despierta la lujuria entre la platea en la escena final. Ella aglutina las virtudes cardinales y teologales y por ello se salva (al final, vuelve al útero): por un lado prudencia (no metáis esa mierda pecaminosa en la nave), justicia (tendréis lo que os corresponda...en respuesta a los currantes), templanza (no se deja tentar en su moderación) y fortaleza (se sobrepone al miedo y triunfa sobre el pecado, no como Lambert, por ejemplo); y por el otro fe (se preocupa en desentrañar el significado último del mensaje divino que nos puede salvar y asume ese testimonio revelado), esperanza (no cae en la deseperación y confía en sus posibilidades de salvación) y caridad (se sacrifica por los demás, se presta voluntaria para las situaciones de riesgo y se juega el culo por Jonesy).
Y luego está el gato: animal que en muchas culturas representa a la entidad que protege el alma de los seres humanos (de los ataques infernales) en su tránsito a la otra vida. Es más, aquí vendría a ser una especie de espíritu santo que infunde y proporciona, a aquellos dispuestos a dejarse impregnar, los dones necesarios para su salvación. El mal y el pecado no pueden dañarlo.
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