YCuando oigo nombrar, por ejemplo, la primera (me ha pasado con la reciente crítica de Max) no me acuerdo sólo de las persecuciones... sino del trastorno bipolar del Jinete Nocturno, de un Toecutter ejerciendo de Mefistófeles tratando de arrancar lo poco que queda de la humanidad de Johnny, de un Max desgarrado al ver el trágico destino de alguien tan noble y lleno de vida como El Ganso, etc.
El paisaje humano de la película está muy cuidado: un ejemplo claro es la pequeña subtrama del agente obeso, voyeur y de sangre caliente y su compañero mesurado al que no le gustan las palabrotas. El primero pierde los nervios durante la persecución y, por su culpa, el segundo sufre una grave lesión de garganta. A partir de ese momento aparece mucho más calmado (incluso ayuda a contener al Ganso durante la puesta en libertad de Johnny cuando, tiempo atrás, él hubiera hecho lo mismo).