Samuel FULLER

Respuesta: Sam FULLER

A ese cañón le sobran tropecientas estrías.
 
Respuesta: Sam FULLER

FORTY GUNS es el acabose.

Ésta y El demonio de las armas, de por Joseph H. Lewis, son dos películas que salvaría en un holocausto nuclear. Ambas son un muestrario de inventiva, de rabia, de emoción cinematográficas... un delirio para los sentidos.

En un viejo Nosferatu dedicado a Samuel Fuller, los críticos Jose Luis Guarner, Jose María Latorre y Quim Casas coincidían en sus elogios a tan extraordinaria obra.

Reproduzco aquí aquellos textos, pues son de lo más esclarecedores sobre como se observa ese film:
Quim Casas ha dicho de Forty Guns:
Ochenta minutos de rabia, delirio y frenesí. En blanco y negro y Scope. Pocos, poquísimos, días de rodaje (se dice que diez, tiempo en el que cualquier director actual, salvo Garrel, Godard y Kaurismäki filmaría poco más de un par de secuencias). Un impulso y vigor creativo fuera de toda consideración, por eso se hace realmente difícil un acercamiento "objetivo" a la película. Emociona, avasalla y acelera el latido básico. 0, también, puede dejar indiferente; “un simple alarde técnico sin nada que decir”, escribía hace muchos años un "cahierista" de cuyo nombre no quiero acordarme. Una película que abre la retina del espectador para no cerrarla nunca jamás. Sus incombustibles imágenes quedan prendidas en el recuerdo. Siendo la película de Fuller menos vista en nuestro país junto a Verboten! y Fixed Bayonets, es una de las que permanece imborrables. Los que la hemos visto, inmensa suerte, podemos dar fe. Caudal de ideas expresivas, de angulaciones, grúas, contrapicados, travellíngs, panorámicas y cortes bruscos de plano general a primer plano al servicio de una lógica (la de Fuller, la de los personajes). Nada de formalismo hueco. Ni demostración técnica, ni vanidad. Fuller, que no tenia normas y se planteaba cada una de sus películas con arrojo y absoluta libertad. Quiso llegar más lejos que nunca con Forty Guns.

Concibió el film como un torbellino, como un arrebato constante y continuado, sin tiempo para el respiro, sin pausas, sin baches en su ritmo delineado con minuciosa perfección. Si Godard (que, por cierto, homenajea este saludable film fulleriano repitiendo uno de sus más célebres planos, el visto a través del cañón de un fusil, en Al final de la escapada), se hartó de repetir que un travelling es una cuestión moral (como Nicholas Ray advertiría cuando la cámara se aleja de la madre de Asiak en Los dientes del diablo), Fuller demuestra en prácticamente todos los planos de Forty Guns que un movimiento, un encuadre o un corte de montaje son sinónimo de emoción.

Puede que Fuller, rendido admirador de John Ford, pensara en Pasión de los fuertes a la hora de esbozar las líneas maestras del argumento que enfrenta a los hermanos Bonnell (Barry Sullivan, Gene Evans y Robert Dix) con los caciques Drummond (Barbara Stanwyck y John Ericson) en la localidad de Tombstone, morada del mítico y romántico OK Corral. De hecho, hay una secuencia que podría ratificar esta idea, aquélla en la que los Bonnell, llegando a la ciudad, se encuentran por vez primera con los Drummond. Fue Miguel Marías quien escribió primero que el enfrentamiento entre los Earp y los Clanton (con Doc Holliday de tuberculoso convidado) latía, aunque lejano,. en la historia de Forty Guns. Pero es sólo eso, un bosquejo en el horizonte. La propia idiosincrasia de las relaciones establecidas entre los dos clanes diluye el parecido: Griff Bonnell y Jessica Drummond mantienen miradas de deseo en la distancia; Griff hace encarcelar a Brockie, el hermano de Jessica, pero esta lo hace liberar (como en las hawksianas Rio BravoEl Dorado); Brockie asesina a Wes Bonrtell (como Pa Clanton mataba a Virgil Earp), pero después no duda en escudarse en su propia hermana para salvarse de la venganza de Griff. El barroquismo delirante de la historia tiene su eminente correspondencia en la puesta en escena, donde el paroxismo se da la mano con la ternura mientras la violencia irrefrenable y el deseo amoroso pueden llegar a conciliarse en un rincón del polvoriento escenario panorámico.

Cuatro momentos para la biblia fulleriana:

l) El citado plano visualizado desde el interior del cañón de un fusil, la subjetividad de la violencia.

2) La secuencia de la tormenta, elemento imprescindible en una película de tan torrencial textura, con el objetivo puesto en Jessica, arrastrada por su asustado caballo, y en Griff, intentando detener la frenética carrera del animal, mientras los matorrales, las cercas y los tejados de la mansión revolotean entre el cielo y la tierra movidos por la furia de los elementos.

3) El plano-secuencia (el plano con grúa más largo de la Fox, según Fuller) que se inicia en la habitación de Griff, prosigue cuando diversos personajes bajan a la calle, hablan, caminan, llegan a la oficina de telégrafos y ven pasar el grupo de cuarenta pistoleros comandados por la orgullosa Jessica.

4) La escena de apertura, justo antes de que aparezca el nombre de Fuller como guionista, productor y director, una auténtica sinfonía de planos generales (de los Bonnell) y de planos cortos de los cascos de caballos horadando la tierra en su trepidante marcha (Jessica y sus ƒorty guns). que firmaría gustoso el Clint Eastwood de la secuencia inicial de El jinete pálido; los contrastes entre rostros y cascos polvorientos, entre el lustroso caballo blanco de Jessica y las monturas negras de sus hombres, entre el plano general y el primer plano de Griff y sus hermanos (rostros cercanos encuadrados, no se olvide, en formato Scope), son toda una premonición de la furia nada contenida con que está construida esta obra maestra de Sam Fuller. Eso es emoción, y la técnica, en Fuller, siempre está al servicio del sentimiento.
Jose María Latorre ha dicho de Forty Guns:
...En cuanto a Forty Guns ("Cuarenta pistolas", 1957), cuarto y último de los westerns fullerianos, contiene más cine en sus alucinanles y densos ochenta minutos de duración que la filmografía oompleta de otros reputados cineastas actuales: es uno de esos films en Ios que se hace realidad aquella vieja sentencia cahierista, cada día menos freeuente, del ofrecimiento de una idea por plano. Compendio y catálogo del estilo y el mundo fullerianos, Forty Guns narra con mas enloquecimiento que nunca una de las historias paradójicamente menos atractivas, sobre el papel, del cine del autor de Yuma: tres hermanos, Griff Bonnell (Barry Sullivan), Wes Bonnell (Gene Barry) y Chico Bonnell (Robert Dix) se enfrentan a una violenta mujer que cuenta nada menos que con cuarenta guardaespaldas (las "cuarenta pislolas" a las que hace referencia el título original del film).

Menus condicionado, quizá, a causa de la falta de la habitual brillantez argumental, Samuel Fuller da vía libre a su torrencial inventiva visual ofreciendo una narrativa brillante y descoyuntada en la que los mas alejados pianos generales se combinan con grandes planos en Scope (lo que llama más Ia atención que en Balas vengadoras, como consecuencia del formato, en la que descabelladas grúas se dan la mano con larguísimos travellings, en la que los retorcimientos narrativos y los bruscos giros que dan los personajes crean una sensación de incomodidad casi física. Un encuadre puede mostrar lo que un hombre está viendo a través de su rifle; un huracán puede derribar a Jessica (Barbara Stanwyck) de su caballo y arrastrarla entre una avalancha de carretas, matorrales, árboles y tablas, y a continuación, mediante un sorprendente e inesperado encadenado, puede verse a Jessica conversando tranquilamente con su salvador, Griff Bonnell. Y si he escrito la palabra sorprendente es porque al entrar en Forty Guns se accede al reino de la sorpresa: Fuller no solo rechaza las habituales convenciones del western sino que dinamita desde denltro, en un insólito rasgo de pasión por el "cómo" contar, las reglas no escritas de la clásica narrativa cinematográfica americana, incluyendo lo que se entiende como planificación "lógica".

Los cuatro capítulos de la historia del western filmados por Samuel Fuller son, pues, con todos sus atractivos y sus irregularidades, cuatro de los films más personales del realizador. La operación llevada acabo en ellos por Fuller no es otra que servirse de un marco genérico para proyectar sobre él su peculiar concepto de lo que es el cine, lo que no hace sino reforzar su extrañeza, su atipicidad. No es raro, por lo tanto, que el autor de Forty Guns no frecuentara mas el género: solo lo hizo cuando las características de cada proyecto le permitieran ignorar el registro de lo convencional y, medianle el singular atractivo de unas historias, el enloquecimiento de la puesta en escena y la libertad de una planificación no sometida a las exigencias del verosímil fílmico, poder impartir una lección práctica de libertad creativa.
Jose Lus Guarner ha dicho de Forty Guns:
... Las aperturas de las películas de Fuller no son menos deslumbrantes. El arranque de Forty Guns ("Cuarenta pistolas"), la tercera de las películas que Fuller estrenó en 1957, es más convencional, pero no menos efectivo. En la gigantesca pantalla del CìnemaScope, un grupo de jinetes cabalga por una llanura desértica. Una carreta ocupada por tres hombres cruza el fotograma en diagonal. Imágenes de los jinetes y la carreta se alternan a ritmo cada vez más entrecortado. Hasta que los jinetes (como si se hubieran desatado todos los diablos del infierno) casi arrollan la carreta, que desaparece unos instantes bajo una espesa nube de polvo, mientras el título en letras monumentales (FORTY GUNS) invade la pantalla. En Berlín, la noche del pasado 14 de febrero, el público que asistía a la proyección de la película, dentro de una retrospectiva dedicada al CinemaScope, se puso a aplaudir. Añadamos que ese relampagueante prólogo contiene el tema entero de la película: la llegada del sheriff Bonnell y sus hermanos a Tombstone para enfrentarse a la rica, despótica Jessica Drummond y a sus sicarios.
 
Respuesta: Sam FULLER

el que me ha molado mucho es el prota, Barry Sullivan, que presencia, como impone el tio! ¿es conocido?

pd. ya decía yo que me sonaba, salía en el Planeta de los vampiros de Bava.

Una estrella de segunda fila, normalmente protagonista de atractivas series b o coprotagonista y partenaire en producciones más enjundiosas. Otros títulos en los que sale:

-Cautivos del mal.
-Pat Garrett & Billy the Kid.
-Los indomables.
-El valle del fugitivo.
-El compromiso.
-El candidato.
-Terremoto.
 
Respuesta: Sam FULLER

claro, el ganadero Chisum de Pat Garrett, ¿no?



si, coincido en lo que dicen esos articulos.. y la fuerza de las imagenes cubre algunas de las lagunas (que no las incoherencias) del guión..

me parece increible lo de rodar en 10 dias teniendo en cuenta secuencias como la del tornado, la emboscada en el callejón o la que he puesto en video.
incredibile.
 
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Respuesta: Sam FULLER

Verboten! (1959)

apreciable belico.. bueno, post-belico con la tradicional escasez de medios fulleriana.

abusa MUCHO de imagenes de archivo para completar escenas intentando pasarlas por "trama", aunque tambíen las usa de forma honesta para mostrar la evolución del conflicto.

después intentará hacer un retrato sociologico de la ocupación, pero, entre lo justo del presupuesto, y, nuevamente, del guión se quedará a medio gas en el intento.

peeeeero.. la trama va dando tumbos y tumbos con altibajos, el más brillante es el de la reconstrucción de los nazis rebeldes de la Werwolf, con esplendidos y crudos dialogos, que por cierto recuerdan mucho a los de Corredor sin retorno y la escena del KuKluxKlan, una mezcla de fanatismo y paranoia y manipulación, todo muy fulleriano hasta en los primeros planos.

la vida bajo la ocupación, la manipulación en condiciones duras, los intereses personales cuando hay escasez, la dura posguerra.. de todo ello trata la peli en una trama muy desorganizada, la resolución es bastante decepcionante, comenzando con la delirante secuencia del juicio :freak

extraña, muy bien rodada y con la portentosa secuencia del discurso en el tren :palmas... y con las otras carencias comentadas (sobre todo esos continuos insertos ajenos que quedan muy mal y bastante caraduras, como si fuese un vulgar Edward Wood)

basicamente demasiadas ideas contadas de forma apresurada y algo ingenua con momentazos de gran cine y fogonazos de genio.

r8rwon.jpg
 
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Respuesta: Sam FULLER

Truffaut sobre Fuller:

“Fuller no es un principiante, es un primitivo; su mente no es rudimentaria sino ruda. Sus películas no son simplistas, son simples, y es el tipo de simplicidad que más admiro. Hace un cine directo, irreprochable, ‘dado’ antes que asimilado, digerido o reflexionado. Fuller no se toma tiempo para pensar; está claro que está en su gloria cuando filma”

sembrao :palmas
 
Respuesta: Sam FULLER

¿alguien ha visto las pelis con guión pero no dirigidas por Fuller?

incluso hay algun pack:

[THUMBNAIL]http://luigibastardo.files.wordpress.com/2009/09/packshot_043396323186_d048d5b8.jpg[/THUMBNAIL]
 
Respuesta: Sam FULLER

vuelvo al bélico, los 6 mandamientos del genero según Fuller:

1. No hacer jamás que cese el combate cuando alguien es alcanzado. Si un tipo cae, los demas deben continuar. ¿Qué puede hacerse si no?
2. No permitir jamás que un soldado moribundo saque la cartera y mire la fotografía de su novia. Eso nunca ocurre.
3. Que vuestros soldados estén sucios, cansados y barbudos. Cuando se está en el frente, nadie se afeita.
4. No poner nunca muchachas en los filmes de guerra. Tampoco mujeres contempladas en flash-back esperando en casa el retorno de los maridos. Si no eres capaz de definir qué tipo de hombre es tu personaje sin mostrar como es él en casa, sácalo del guión.
5. No dejar que los actores hagan muchas cosas. El ochenta por ciento de los actores en las películas de guerra son histriónicos. No quieren ser soldados, quieren alardear solamente.
6. Obligad a vuestros actores a hacer un período de entrenamiento como si fueran reclutas, y no los miméis demasiado

:lol
 
Respuesta: Sam FULLER

Casco de acero / Steel helmet (1951)

bélico sobre Corea, en plena guerra, y rodado en ¿los montes de California?, hecho con 4 duros (o 3), muy bien ambientado (no todo el escenario) y, sobre todo trabajando en estudio.
Fuller sabe muuuy bien de lo que habla.
mucha niebla para esconder carencias y una austeridad total obliga aqui a trabajarse más el guión, compacto y bien resuelto.. con toques de humor extraño, dialogos brillantes y tipos duros y suspicaces.

la acción bélica es escasa durante casi todo el film, centrandose el film más en una visión realista y desencantada de la guerra, más como una obligación a cumplir que otra cosa... sin los tics del genero (heroismo, patriotismo y mandangas)
de paso algun comentario incomodo y subversivo para la época marca de la casa.

es una peli muy funcional, y sin alardes o virguerias visuales Fullerianos, lo que si hay suyo es sacar oro de cuatro elementos.

como en Verboten! se recurrira (aunque aqui menos) a material filmico ajeno de no ficción.
la parte final (donde se echa el resto y la acción se apodera de la cinta) subirá enteros en la valoración de la peli, magnifica como pelicula, mejor como producción.

[THUMBNAIL]http://www.melbournecinematheque.org/films/images/the_steel_helmet.jpg[/THUMBNAIL]
 
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Respuesta: Sam FULLER

¿alguien ha visto las pelis con guión pero no dirigidas por Fuller?

incluso hay algun pack:

[THUMBNAIL]http://luigibastardo.files.wordpress.com/2009/09/packshot_043396323186_d048d5b8.jpg[/THUMBNAIL]

Lástima de subtítulos...:no
 
Respuesta: Sam FULLER

la había puesto solo a modo informativo, sin ni siquiera mirar datos, me ha llamado la atención un pack asi, dandole esa categoria cuando tiene guiones manifiestamente mejorables en donde la dirección destaca infinitamente más.
 
Respuesta: Sam FULLER

I shot Jesse James (1949)

el conocido mito del western, la muerte de Jesse James a manos de su amigo Robert Ford.

basicamente es un western sobre la culpa y la mala conciencia, la magnifica escena del teatro y la paralisis en una simple representación lo explicará perfectamente, un hombre arrastrando las consecuencias de sus cobardes actos con un amigo.. y algo más, desconozco la historia original ¿el componente homosexual está en ella?

no me ha acabado de convencer, salvo alguna escena suelta y extrañamente original la veo falta de todo, sobre todo de interesar al publico.
al protagonista lo veo raro, no me parece un gran actor pero su psicologia y tormento si está muy bien definida ¿guión irregularcisimo?

en fin, un Fuller muy verde pero prometedor en momentos y aspectos MUY puntuales.

psssse :pensativo

jessejames1.jpg
 
Respuesta: Sam FULLER

Sacrílego. Esta le pega 80 patadas al megatruñaco ese con Brad Pitt de hace un par de años.
 
Respuesta: Sam FULLER

A mi es una peli que me si gustó mucho. Un Fuller primerizo, con muchas de sus obsesiones y formas de entender a los hombres aunque no tan visceral. Se nota que esa rabia iría aflorando a medida que pasan las películas. Además la vuelta de tuerca de la homosexualidad me parece brillante. También me gusta por que empiezan a aparecer en el Western (un año antes que El pistolero de King, por cierto), ciertas ideas que serán las claves para el cine del Oeste de los 50.
 
Respuesta: Sam FULLER

Será la excepción que confirma la regla.:p

Te aprecio, my little pig.;)
 
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