Who's That Knocking at My Door? (1967). Qué gustazo de debut, es impresionante en estas películas sesenteras de Scorsese y De Palma ver cómo todo su cine y todo su mundo ya estaban ahí, tenían muy interiorizado el concepto de autor (venían de la universidad). Aquí es que ya tenemos Little Italy en vena, la dicotomía religión/mundo gangsteril, el cine como protagonista hasta a la hora de ligar! (irresistible todo lo referente a John Wayne, Angie Dickinson, Rio Bravo, The Searchers, Liberty Valance, ...), el montaje nervioso (Thelma Schoonmaker ya!), los ralentís, el raccord, el eje, el uso de la música tan característico de toda su carrera...
Es el embrión absoluto de Mean Streets, con el personaje de Keitel (absolutamente fantástico e hipnótico) que puede ser, literalemente, el mismo, lo que ocurre en esta película podría ser un pecado de juventud del personaje, más maduro, de Mean Streets en busca constante de redención, en la que intenta hacer un uso positivo de la religión, al contrario que aquí, dónde usa la religión de una manera pueril, negativa y tóxica. Estéticamente es un lujazo, la falta de medios la transforma en pura iconofrafía nouvellevaguiana y, claro, Harvey Keitel que no puede tener más presencia, la escena del flirteo en el barco es gloriosa. Después tiene una estructura de flashbacks muy interesante y arriesgada, el personaje empieza de bajona por lo que nos está contando paralelamente del pasado, sin demasiado énfasis en el cambio entre los dos tiempos. Por otra parte, la trama con los amigos respira la misma enorme libertad que en Mean Streets, noches de juergas y nada. Y pese a la tremenda juventud de Scorsese (24 años!) es una película con una conclusión muy adulta con tema muy espinoso, con una comprensión infinita hacia la mujer. Debut en el largo a la altura de la carrera, sin duda.