SCORSESE

Yo ya lo dije en su momento, Chazelle se llevó todos los honores por hacer básicamente lo mismo por lo que a Scorsese le llovieron palos cuatro décadas antes. Y eso que de la de Scorsese salió una canción para la historia, cosa que 'La La Land' ni de lejos.

Un saludete.
 
Es que además no hay color en la comparación, La la Land arranca bien con los números musicales pero después se diluye como un azucarillo en el drama y, además, casi sin números en su segunda parte! La de Scorsese es completamente al revés, la bajona es el final del segundo acto y se guarda el tercero para tirar la casa por la ventana y darlo todo, además, argumentalmente, New York es mucho más coherente y equilibrada.
 
El rey de la comedia

Genial y amargo paseo por la locura y la alienación urbana, una película sobre el ansia de fama, sobre la megalomanía de los nadies, de la gente frustrada, capaz de llevar el fenómeno fan a las más drásticas consecuencias. Rupert Pumpkin me parece otra creación memorable de Scorsese y De Niro, con poco o nada que envidiar a Jake LaMotta o Travis Bickle; una vez más, el retrato de un perdedor al límite, consumido por la soledad, secundado por otros dos individuos cuya situación no es muy diferente, con quienes forma un trío más bien disfuncional. El estudio pormenorizado de estas psicologías, capaces de repeler y de cautivar a la vez, tan diferentes pero tan iguales, resulta de lo más acertado. Jerry Langford, el gran monologuista (Jerry Lewis haciendo... ¿de sí mismo?), también está solo (pese a ser amado por todos) y vive agobiado por la fama, parapetado tras una imagen cómica sin mucho que ver con su identidad real. Su obsesiva fan nº1 (impagable Sandra Bernhard, que parece un dibujo animado), aunque parece tenerlo todo, es incapaz de vivir sin un ídolo que al menos da sentido a su vacío: desolador el patetismo que desprenden ella y De Niro juntos, girando sus vidas en torno a una ilusión.

El trasfondo lo es todo a la hora de aportar consistencia a trama y personajes, pues podríamos pensar que Jerry fue un Pumpkin en su juventud y que ha llegado hasta donde está por carecer del menor escrúpulo, mientras que el monólogo de De Niro aporta pistas (nos las podemos creer o no) sobre su familia y su vida, que desde luego no debió de ser un camino de rosas… el recurso de las ensoñaciones, a la manera de fugas oníricas, nos introduce en la mente del tiparraco, superponiéndose realidad y ficción en el mismo plano (incluso confundiéndose) con absoluta naturalidad, cual doble cara de la moneda. Su locura creciente (buena sucesión de situaciones cada vez más incómodas) es creíble porque no parece enterarse de nada del lío que monta, tan metido como está en su burbuja (cosa que también le hace parecer un inocente y un pobre hombre); compartimos su punto de vista, aún así, hay una mirada distanciada y carente de juicios… el final, sin ir más lejos, lleva al límite la incerteza, jugando con la posibilidad de la fantasía, o bien de que la realidad ha terminado por dar la razón a nuestro héroe… y es el mundo quien realmente se ha vuelto loco al engrandecer a semejantes sujetos peligrosos.
 
Siempre he dicho que "El rey de la comedia" es una de las mejores películas de los 80. Un cúmulo de momentos patéticos, conmovedores e incluso terroríficos, con un DeNiro dueño de la función. Hay mil detalles en la película que nos hablan de cómo es su Rupert, como ese momento en que llama a la oficina de Langford desde el teléfono de la oficinista de la agencia de publicidad donde trabaja, simplemente para fardar, su reunión con los otros groupies y cazadores de autógrafas "Esto será toda vuestra vida, pero no es toda la mía". Y que, cuando cree (erróneamente) que ha metido un pie en la puerta de la fama, vaya corriendo a ver a su antiguo amor idealizado, como si antes no se hubiera atrevido por no tener la estatura adecuada a sus propios ojos.

Sin embargo para mi hay dos momentos cumbres: la ensoñación de Rupert sobre su boda televisiva, con el director de su colegio disculpándose porque todo el mundo pensó siempre que Rupert era un inútil, pero se equivocaban (brutal) y la persecución de Rupert por los despachos de las oficinas de Langford, con los guardias de seguridad, no puedes sino reírte de él, de la situación... de todo.

Los otros dos personajes no son moco de pavo. Bernhard interpreta a una fan fatal no muy distinta de la Misery kingiana, de hecho, en mi opinión se marca una diferencia entre la obsesión de Rupert (excesiva e incómoda, sin duda, pero bastante inocente) y la de ella (que cruza todas las líneas). Lewis, en fin, interpreta a un tipo que lo tiene todo y no tiene nada, sus escenas "disfrutando" completamente solo de su vida lujosa, o caminando aterrorizado por la calle, son maravillosas.
 
Es grandiosa. Cuando analizas la carrera de Marty y ves que después del clímax de Toro Salvaje se destapa y se relaja con 2 comedias negras sin bajar el nivel, es cuando te das cuenta del animal cinematográfico que es.
 
Es que además no hay color en la comparación, La la Land arranca bien con los números musicales pero después se diluye como un azucarillo en el drama y, además, casi sin números en su segunda parte! La de Scorsese es completamente al revés, la bajona es el final del segundo acto y se guarda el tercero para tirar la casa por la ventana y darlo todo, además, argumentalmente, New York es mucho más coherente y equilibrada.

lo mismo que ver el ultimo JOKER y acordarte de TAXI DRIVER o KING OF COMEDY

debe de radicar ahi su ambiguedad, en no saber si uno ha de alegrarse o llorar
 
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Scorsese: Marvel Movies Are "Not Cinema" - Dark Horizons


“I don’t see them. I tried, you know? But that’s not cinema. Honestly, the closest I can think of them, as well made as they are, with actors doing the best they can under the circumstances, is theme parks. It isn’t the cinema of human beings trying to convey emotional, psychological experiences to another human being.”
 
Última edición:
Están todos los pesaditos de las gemitas muy enfadaditos con Marty por opinar lo que le sale de los guebos... y todos diciendo que dice algo que Marty no dice.

PESAOS.
 
Who's That Knocking at My Door? (1967). Qué gustazo de debut, es impresionante en estas películas sesenteras de Scorsese y De Palma ver cómo todo su cine y todo su mundo ya estaban ahí, tenían muy interiorizado el concepto de autor (venían de la universidad). Aquí es que ya tenemos Little Italy en vena, la dicotomía religión/mundo gangsteril, el cine como protagonista hasta a la hora de ligar! (irresistible todo lo referente a John Wayne, Angie Dickinson, Rio Bravo, The Searchers, Liberty Valance, ...), el montaje nervioso (Thelma Schoonmaker ya!), los ralentís, el raccord, el eje, el uso de la música tan característico de toda su carrera...

Es el embrión absoluto de Mean Streets, con el personaje de Keitel (absolutamente fantástico e hipnótico) que puede ser, literalemente, el mismo, lo que ocurre en esta película podría ser un pecado de juventud del personaje, más maduro, de Mean Streets en busca constante de redención, en la que intenta hacer un uso positivo de la religión, al contrario que aquí, dónde usa la religión de una manera pueril, negativa y tóxica. Estéticamente es un lujazo, la falta de medios la transforma en pura iconofrafía nouvellevaguiana y, claro, Harvey Keitel que no puede tener más presencia, la escena del flirteo en el barco es gloriosa. Después tiene una estructura de flashbacks muy interesante y arriesgada, el personaje empieza de bajona por lo que nos está contando paralelamente del pasado, sin demasiado énfasis en el cambio entre los dos tiempos. Por otra parte, la trama con los amigos respira la misma enorme libertad que en Mean Streets, noches de juergas y nada. Y pese a la tremenda juventud de Scorsese (24 años!) es una película con una conclusión muy adulta con tema muy espinoso, con una comprensión infinita hacia la mujer. Debut en el largo a la altura de la carrera, sin duda.
 
es que se nota que Scorsese ha sido muy listo y reflexivo desde bien joven. Tiempo tuvo de sobra para pensar porque casi no salía ( lo del asma ) y claro, lo unes a su intención primigenia de estudiar para jesuita y tienes a un tío de 24 años adelantado en su madurez... sin por ello dejar de vivir, que las escenas de los colegas rezuman autenticidad y jolgorio sin imposturas. Vamos, que habla de primera mano de temas que le son muy cercanos.

la escena sexual es impresionante, está rodada y montada como los dioses, bebiendo del free cinema y la nouvelle vague pero llevandolo a su terreno, no me extrañaría que en su día se hubiese estrenado en museos de arte y ensayo.
 
Lo curioso, leyendo sobre el proyecto, es que todo empezó como un mediometraje universitario sobre Keitel y sus amigotes viviendo y saliendo y retratando la nada, después decidió que lo podría convertir en un largo añadiendo la trama romántica en paralelo. Y para rizar el rizo (!), para que se la dejaran estrenar, tuvo que insertar una escena de sexo que se rodó todavía más tarde. Lo memorable es que no chirría y lo integra orgánicamente en esa moda sesentera de multitextura godardiana. Impresionante.
 
La había visto! Era dark Scorsese, no ríe ni por equivocación. En cambio De Palma está relajadísimo.
 
Escuché el podacast doble de Todopoderosos sobre el maestro, impresiona ver lo que es Scorsese en la vida de Rodrigo Cortés. Te dan ganas de volver a ver todo

Shoonmaker llegaría para quedarse con Toro Salvaje

Me llamó mucho la atención le que dijo de Schoonmaker, resulta que la propia Thelma reconoce que absolutamente todo lo que sabe de montaje (y de cine) se lo debe a Marty, que el verdadero motor del montaje con todos esos riesgos siempre ha sido Scorsese.
 
Los grandes directores casi siempre son lo verdaderos montadores de sus películas. De ahí que me haga tanta gracia que la gente note la ausencia de Sally Menke en las de Tarantino.
 
Sí, lo de Menke fue espectacular, especialmente en Django. Con Schoonmaker no se han atrevido a tanto, aunque recuerdo que el añorado Duss dijo algo de que en el montaje de Vinyl se notaba un bajón por la ausencia de ella ... después de 50 años de montar juntos!

Viendo su primera película ya te das cuenta de hasta qué punto es capaz de llevar Scorsese los límites del montaje, lo increíble es que lo sigue haciendo y 4 despistados hablando de fallos de raccord en Shutter Island o The Departed.
 
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