Buenas gente,
Hacía días que dudaba de si enrollarme aquí, y al final hoy me he animado (aunque algunos penséis"oh no, otro tocho de mal de amores").
Algunos de vosotros ya conocéis la historia, pero miraré de resumirla.
Hace algo más de un año empecé a salir con una chica de Córdoba (yo vivía en Girona), y fuimos aguantando la relación, porque nos queríamos mucho y en cada viaje había momentos preciosos y realmente inolvidables.
El caso es que trabajaba en una empresa relacionada con el sector de la construcción y nos pilló la crisis. Se propuso una re-estructuración de personal, con baja incentivada y derecho a paro. Yo quería un cambio de aires y además me daba la impresión de que quien se quedara en la empresa lo iba a pasar peor que los que se fueran.
Total, que me acogí a la baja incentivada y me fui a vivir a Córdoba, para estar más cerquita de mi chica y empezar una nueva etapa en mi vida.
Me planté aquí el 18 de noviembre, y el 21 de diciembre mi novia mi vino con la temida frase: "Tenemos que hablar".
El caso es que parece ser que descubrió cosas en mí que no le gustaban, básicamente mi forma de ser. Me achacaba cosas que no creo que fueran tan problemáticas, pero para ella lo eran.
Hablamos un rato ese día y otro al día siguiente. La cosa se reducía en que cosas de mi actitud le molestaban. Pero cuando le decía que esas cosas debería haberlas dicho en su momento, ella decía que no y que "sé lo que hago".
Durante todos los días que estuve en Córdoba, nunca me dijo cosas que no le gustaban. Perdón, solo una. Según ella "no se me pueden decir las cosas", algo falso, ya que yo soy una persona dialogante, pero pasé una época dura (dejar el trabajo un traslado de ciudad, y rencillas en casa) y algún día le respondí con mal tono. Pero no más de dos, tres como mucho en todo un año.
Le preguntaba si era feliz, si estaba contenta, y me decía que sí. Me molesté siempre en tenerla contenta, en que estuviera a gusto conmigo. Viajes sorpresa, regalos, detalles... de todo lo que se me ocurría para que estuviera a gusto.
Pero todas estas cosas bonitas de han desvanecido en el primer mes en Córdoba, parece que solo contaba lo "malo". En vez de decirme "esto que has hecho no me gusta, no vuelvas a hacerlo" y hablarlo, si me parece lógico o no y si puedo evitarlo. No, absoluto silencio, y luego todo eran problemas.
Lo peor de todo es que yo no me esperaba nada. Yo estaba feliz. El día anterior nos vimos y fuimos a desayunar. Yo estaba preparando el piso para que viniera a cenar algún día y ver alguna película (mis compañeros de piso se habían ido a sus respectivos pueblos a pasar la Navidad), incluso compré unas gelatinas que sé que a ella le gustan y que tuve que tirar el otro día porque se habían caducado. No me esperaba nada de nada, y me vino con eso.
Cuando hablamos ella se quitó responsabilidades. Me decía "tu has venido aquí porque has querido". A lo que le respondí que sí, que porque quise, pero por ella. Las cosas como son.
El caso es que me fui a Girona a pasar las Navidades (encima pillé una gripe de caballo) y cuando volví esperé noticias suyas. Finalmente me enteré por su hermana que me había enviado un email. Consulto el "hotmail" que ella sabe que casi ni miro (miro cada día el Gmail) y veo su correo diciendo ya que prefiere dejarlo y que si quiere que lo hablamos.
Le digo que por favor lo hablemos y lo hacemos a través del messenger (ni pensé en insistirle en vernos en persona).
No voy a profundizar más, no creo que sea correcto. El caso es que ella estaba decidida a dejarlo. Yo le intentaba hacer razonar pero ella me respondía "tengo las cosas claras", por lo que parecía que no había solución posible.
Lo que más me ha molestado es que no haya querido dar una segunda oportunidad a lo nuestro. Cuando ha habido "problemas" se lo ha callado y luego ha cortado por lo sano.
Yo he seguido con mi vida aquí, no he querido dejar mi nueva etapa por ello. Algunos de mis amigos me dicen que me vuelva a Girona, que allí les tengo a ellos y a mi familia, y es cierto (aquí casi no conozco a nadie), pero no quiero dar por terminado esta especie de "proyecto" que tenia solo porque ella ha querido poner fin a lo nuestro. No es cuestión de orgullo, solo de principios.
Hoy se cumple un mes del fatídico día que cortamos definitivamente. Lo he pasado muy mal. Voy saliendo adelante, pero muy lentamente, me está costando.
Sí, soy consciente que el tiempo lo cura todo y que lo acabaré superando, pero estaba realmente enamorado y no me lo esperaba para nada, por lo que el sablazo es gordo, y supongo que por eso me está costando mucho.
He tenido muy mala suerte con las chicas, y me he llevado golpes muy fuertes. Creía que ya lo habría sufrido todo y ahora me tocaría disfrutar. No me imaginaba que se podría hacer tanto daño a alguien de una forma tan "sencilla", estoy muy tocado.
Me siento humillado y hasta insultado, y cada vez que pienso en ello acabo hundido. Afortunadamente he sido siempre un tío muy cachondo, por lo que charlando con algún amigo y viendo comedias o algo así desconecto fácilmente durante un rato y puedo seguir adelante.
¡Y encima voy y me pongo a dieta, si es que más burro no puedo ser!
Bueno, pues nada más, solo quería soltarlo. Gracias a los que habéis llegado hasta aquí y perdonad por el tocho.
Saludos.
Hacía días que dudaba de si enrollarme aquí, y al final hoy me he animado (aunque algunos penséis"oh no, otro tocho de mal de amores").
Algunos de vosotros ya conocéis la historia, pero miraré de resumirla.
Hace algo más de un año empecé a salir con una chica de Córdoba (yo vivía en Girona), y fuimos aguantando la relación, porque nos queríamos mucho y en cada viaje había momentos preciosos y realmente inolvidables.
El caso es que trabajaba en una empresa relacionada con el sector de la construcción y nos pilló la crisis. Se propuso una re-estructuración de personal, con baja incentivada y derecho a paro. Yo quería un cambio de aires y además me daba la impresión de que quien se quedara en la empresa lo iba a pasar peor que los que se fueran.
Total, que me acogí a la baja incentivada y me fui a vivir a Córdoba, para estar más cerquita de mi chica y empezar una nueva etapa en mi vida.
Me planté aquí el 18 de noviembre, y el 21 de diciembre mi novia mi vino con la temida frase: "Tenemos que hablar".
El caso es que parece ser que descubrió cosas en mí que no le gustaban, básicamente mi forma de ser. Me achacaba cosas que no creo que fueran tan problemáticas, pero para ella lo eran.
Hablamos un rato ese día y otro al día siguiente. La cosa se reducía en que cosas de mi actitud le molestaban. Pero cuando le decía que esas cosas debería haberlas dicho en su momento, ella decía que no y que "sé lo que hago".
Durante todos los días que estuve en Córdoba, nunca me dijo cosas que no le gustaban. Perdón, solo una. Según ella "no se me pueden decir las cosas", algo falso, ya que yo soy una persona dialogante, pero pasé una época dura (dejar el trabajo un traslado de ciudad, y rencillas en casa) y algún día le respondí con mal tono. Pero no más de dos, tres como mucho en todo un año.
Le preguntaba si era feliz, si estaba contenta, y me decía que sí. Me molesté siempre en tenerla contenta, en que estuviera a gusto conmigo. Viajes sorpresa, regalos, detalles... de todo lo que se me ocurría para que estuviera a gusto.
Pero todas estas cosas bonitas de han desvanecido en el primer mes en Córdoba, parece que solo contaba lo "malo". En vez de decirme "esto que has hecho no me gusta, no vuelvas a hacerlo" y hablarlo, si me parece lógico o no y si puedo evitarlo. No, absoluto silencio, y luego todo eran problemas.
Lo peor de todo es que yo no me esperaba nada. Yo estaba feliz. El día anterior nos vimos y fuimos a desayunar. Yo estaba preparando el piso para que viniera a cenar algún día y ver alguna película (mis compañeros de piso se habían ido a sus respectivos pueblos a pasar la Navidad), incluso compré unas gelatinas que sé que a ella le gustan y que tuve que tirar el otro día porque se habían caducado. No me esperaba nada de nada, y me vino con eso.
Cuando hablamos ella se quitó responsabilidades. Me decía "tu has venido aquí porque has querido". A lo que le respondí que sí, que porque quise, pero por ella. Las cosas como son.
El caso es que me fui a Girona a pasar las Navidades (encima pillé una gripe de caballo) y cuando volví esperé noticias suyas. Finalmente me enteré por su hermana que me había enviado un email. Consulto el "hotmail" que ella sabe que casi ni miro (miro cada día el Gmail) y veo su correo diciendo ya que prefiere dejarlo y que si quiere que lo hablamos.
Le digo que por favor lo hablemos y lo hacemos a través del messenger (ni pensé en insistirle en vernos en persona).
No voy a profundizar más, no creo que sea correcto. El caso es que ella estaba decidida a dejarlo. Yo le intentaba hacer razonar pero ella me respondía "tengo las cosas claras", por lo que parecía que no había solución posible.
Lo que más me ha molestado es que no haya querido dar una segunda oportunidad a lo nuestro. Cuando ha habido "problemas" se lo ha callado y luego ha cortado por lo sano.
Yo he seguido con mi vida aquí, no he querido dejar mi nueva etapa por ello. Algunos de mis amigos me dicen que me vuelva a Girona, que allí les tengo a ellos y a mi familia, y es cierto (aquí casi no conozco a nadie), pero no quiero dar por terminado esta especie de "proyecto" que tenia solo porque ella ha querido poner fin a lo nuestro. No es cuestión de orgullo, solo de principios.
Hoy se cumple un mes del fatídico día que cortamos definitivamente. Lo he pasado muy mal. Voy saliendo adelante, pero muy lentamente, me está costando.
Sí, soy consciente que el tiempo lo cura todo y que lo acabaré superando, pero estaba realmente enamorado y no me lo esperaba para nada, por lo que el sablazo es gordo, y supongo que por eso me está costando mucho.
He tenido muy mala suerte con las chicas, y me he llevado golpes muy fuertes. Creía que ya lo habría sufrido todo y ahora me tocaría disfrutar. No me imaginaba que se podría hacer tanto daño a alguien de una forma tan "sencilla", estoy muy tocado.
Me siento humillado y hasta insultado, y cada vez que pienso en ello acabo hundido. Afortunadamente he sido siempre un tío muy cachondo, por lo que charlando con algún amigo y viendo comedias o algo así desconecto fácilmente durante un rato y puedo seguir adelante.
¡Y encima voy y me pongo a dieta, si es que más burro no puedo ser!
Bueno, pues nada más, solo quería soltarlo. Gracias a los que habéis llegado hasta aquí y perdonad por el tocho.
Saludos.