Atreyub
En busca y captura
Correcto. Totalmente de acuerdo. Simplemente es un manido y rancio tagline que para mi no tiene razón alguna de ser pero bueno, como herramienta zanja frases tiene su qué.
Me parto cada vez que decís lo de "¡¡¡REVISIONA!!!". Os imagino con megáfono en mano, monóculo en ojo, reloj de cadenita en bolsillo de chaleco y pipa en boca. Entrañable. Por eso se os quiere y se os desea que no os vayáis NUNCA!!!
Por supuesto. ¿Qué forero nosolohdiano no lo hace? Es más, yo posteo desde mi despacho de estilo Luis XIII con mesa de caoba y cognac 1880 en mano.Me parto cada vez que decís lo de "¡¡¡REVISIONA!!!". Os imagino con megáfono en mano, monóculo en ojo, reloj de cadenita en bolsillo de chaleco y pipa en boca. Entrañable. Por eso se os quiere y se os desea que no os vayáis NUNCA!!!
Un momento, ¿pero es que no posteamos todos así? ¿Literalmente así?
una vez mas de acuerdo contigo contigo, esta pelicula esta a distancia sideral de El protegido, Señales y El bosque. Por cierto en el tema found footage las mejores son El proyecto de la bruja Blair ( que ademas fue la primera) y desde luego Cloverfield.Elliott, he vuelto. A secas. Para volver a irme, estos días son la excepción. Yo no soy Mr. Scrooge, es que el cine de ahora me lo pone a huevo. Y yo no linko rusadas, sólo aviso. Que luego a ver si me van a venir a buscar Tedy y Ramoncín cuando no tengo ni servidor de almacenaje.
Magno, si esto es top de Shya... te ciscas en su trilogía definitiva.
Revisiona. Urgentemente.
Duss, respondía a Nogui. Mi nivel Muzzy llega al nivel de traducción. Pero lo de "no diga found footage" porque lo dice la SO pues me recuerda al muchachada nui de Reyes: No diga cine diga Coppola.
Por cierto en el tema found footage las mejores son El proyecto de la bruja Blair ( que ademas fue la primera)
PLAS, PLAS, PLAS. Brillante texto te has marcado. Y poco más queda por decir. A mí me ha parecido una pequeña gran película disfrutabilísima cuya mayor gracia es que precisamente la chavalita extraiga su "documental" cinematográfico (con ciertas pretensiones, no sólo artísticas sino también catárticas/purificadoras respecto al drama materno: el cine como tratamiento, y ésto puede ser otra coña sobre el alcance del arte) desde su propia experiencia/vivencia, siendo directora, escenógrafa, montadora y actriz de un documento que ejerce como terapia de shock para superar traumas personales (al igual que la película seguramente haya aliviado los pecados mainstream del indio, ahogado por la maquinaria y aquí de nuevo a flote al regresar a sus esencias). La jugada de añadir música irónica en la excepcional escena bajo la lluvia (en pospro meta por el personaje) es una clara declaración de intenciones de Shyamalan, que se ríe de los códigos... con ternura. La ironía perversa, aunque también cariñosa, de este hombre indica que ama el género y lo respeta tanto como lo retuerce a voluntad, señal de su libertad, de su desparpajo y de su descaro. A mí este juego con las expectativas del público (hasta el punto de tener los huevos de resumir lo visto al final con un puto rap de chichinabo) me parece una cosa bastante subversiva siempre y cuando entendamos su película en clave de relectura genérica socarrona.Cuidado, SPOILERS
Ver esta película es como ir al túnel del terror de la feria en compañía del típico amigo gracioso, que no tiene miedo de nada, que no para de cachondearse constantemente de aquello que debería producir pavor. Shyamalan viene a confirmarse, una vez más, como un tipo que está muy loco, y sobre todo, muy de vuelta de todo, haciendo la película que le ha salido de los cojones, posiblemente una obra menor en comparación con otros logros, pero que transpira un amor por la profesión que desarma por completo. Un artefacto gamberro, absolutamente consciente de sí mismo y carente de pretensiones, que también puede entenderse como un bonito homenaje al cine de género, al cine de ver en compañía de amiguetes; y en tal sentido, me ha parecido una experiencia por completo primaria y alejada de filosofías trascendentales, de disfrutar saltando en el asiento y mondándose a lágrima viva ante las deliciosas paridas de las que somos testigos.
Y nada de dejarse el cerebro en la puerta, porque la ironía y la mala leche no desaparecen ni un segundo. Hay, o al menos parece haber, un doble sentido en los típicos golpes de efecto, giros de guión y tópicos varios del terror adolescente, una convivencia evidente de lo serio y lo bufo, hasta el punto de no saber dónde empieza una cosa y dónde termina la otra. Y es que el auténtico giro final es la autoría del “documental”, una película rodada por su propia protagonista, haciendo gala de unos recursos (tanto atemorizantes -los árboles, por ejemplo- como dramáticos -el pegotazo llorica final-) de cuchufleta... terreno pantanoso, lo sé, donde caemos en la especulación de “es que tal cosa es así de cutre porque el director imita tal punto de vista” y etcétera. La banda sonora “irónica” y los letreros cutres, en tal caso, cobran todo el sentido del mundo. Una niña con alma de artista que busca la verdad, la sinceridad por encima de todo, con un hermano youtuber dándo por saco y quitándole importancia a un discurso que puede caer en la pedantería.
La dosificación de la locura creciente de los viejos, el humor raruno confirmado y además desatado, puntos muy a favor. El melodrama familiar tan propio de este señor no creo que aporte nada nuevo, pero es curioso como consigue insertarse en el tinglado; personajes enfrentados a la separación y que repiten errores del pasado, hasta que una experiencia del todo inverosímil les hace superar sus traumitas. El recurso del falso documental, tan trillado, queda justificado por completo al final, aunque tanta elaboración es cierto que pueda chirriar al principio... la aportación shyamalanesca parece sumarse a la de cosas como “Chronicle”, que llevan el formato a la ficción tradicional y lejos de la intención de que parezca 100% real, tipo Bruja de Blair.
Viva el indio.