SKYFALL - Bond 23 dirigida por... Sam Mendes

Respuesta: SKYFALL - Bond 23 dirigida por... Sam Mendes

Ahí va, mal tirada.

Bienvenidos nuevamente al apasionante mundo de las películas Frankenstein. Hoy nos detendremos en la dramática historia del agente secreto 007 en su película Skyfall.

Sam Mendes ha conseguido darle un nuevo toque dramático a la saga del agente secreto. El problema es que lo dramático es la propia película en sí, no lo que le sucede a Bond, James Bond.

Parece que la saga tiene problemas a la hora de fichar directores y que estos logren, en primer lugar, hacer la película algo suyo. En segundo lugar, aceptar cualquier cosa escrita por unos guionistas y hacer una película sobre ello. Si además de eso, tenemos en cuenta el tiempo que han tenido para hacer la película por los problemas financieros que venía sufriendo la Metro Goldwyn Mayer, más razón para volver dando un paso al frente y hacer algo que te haga aplaudir con las orejas.

Destripemos la película:

En Skyfall no pasa eso. Es una película sobre la nada, donde la nada lleva a la nada y donde todo termina en nada. Y es que de poco me importa que le peguen un tiro a James Bond si eso te va a llevar a media hora donde vemos al agente débil, borracho y asqueado de la vida. Y eso es algo que se van a quedar ahí, sin que eso tenga incidencia alguna en el desarrollo posterior. Si además de eso, no lo sabes contar de forma que te importe, pues apaga y vámonos. Pero como esa, miles. Tenemos subtramas como el robo de la lista NOC. Cada semana cinco agentes de la OTAN (WTF?) serán asesinados gracias a esa lista, a esos datos que deben recuperar y no recuperan durante el primer tercio de la cinta. ¿Dónde nos lleva eso? A la nada. ¿Hay urgencia? ¿Se ve necesidad de recuperar el disco duro? ¿Volvemos a saber algo de la amenaza? ¿Sabéis la respuesta? No.

Con todo, y con las pifias el MI6 se ve en una situación comprometida, y el Gobierno, que quiere meter las narices en el servicio secreto británico quiere jubilar a nuestra querida M. ¿Toda esa trama, subida parcialmente sobre los lomos de la misión de James Bond de limpiar las pifias nos lleva a algún sitio? Pues no. Y si M va a una comisión para responder ante el pueblo de la Gran Bretaña por las acciones de la agencia que dirige, lo lógico es darle tensión, dinamismo... Pero no, tenemos a Fatima Bañez diciendo que M es una fascistas y que no pueden ir por el mundo pegando tiros. M la devuelve un rollete sobre la de malos que hay en el mundo y la lee una poesía que nada tiene que ver. ¿Nos lleva todo eso a algún sitio? Pues... no.

El progreso dramático de la cinta esta compuesto por una serie de arcos argumentales sueltos que no conducen a nada y tienen una débil interconexión entre sí. No me sirve para nada ver a Bond con barba de cinco días emborrachándose y apostando a que se bebe el whisky con un escorpión en la mano. En media hora eso no me va a valer para nada, es tiempo tirado. No necesito a Bond en busca de la lista NOC porque eso no me va a valer para nada, solo que como misión secundaria a partir de esta conozca al malo. Pero para eso nos perdemos media hora en un casino para nada, solo para que conozca a cierta persona con acento de algún sitio extranjero (es lo que tiene el doblaje), y dure esa media hora, hasta que llega al cuarto nivel de sueño y conoce al malo.

¿Y qué es el malo en esta película? Otra nada. Es un pavo al que creo que le gustaría disfrazarse de pava, que quiere vengarse de M, pues antes era Agente y ella lo abandonó cuando lo torturaban. Tiene un complejo, y cree que M es como su madre. Y claro, pues es un pavo que está muy loco, o eso parece a veces, pero tampoco es que nos parezca un tío amenazante o que vaya a ser un pedazo de cabronazo que le corte las pelotas a Bond. No. Solamente está muy loco y le gusta llamar la atención. Es lo que le pasa, tiene déficit de atención. Pero no ves ahí un tío que parezca una amenaza, un Joker como querían compararlo, un agente del caos. Nada, sencillamente es un triste que se tiñe el pelo para gustar más en los bares de ambiente y está obsesionado con una débil viejecita.

Y entonces nos vamos al interminable último acto, cuando Bond se lleva a M de la sala del juicio hacía su guarida secreta. Conocemos mejor así el pasado de James Bond que no nos vale para nada, ya que queda perfectamente contextualizado el personaje con la magistral escena de Vesper Vs Bond en Casino Royale. ¿Para qué quiero que Bond vaya a su casa y se encuentre con Alfred y juntos se las tengan que idear para salvar a M del malo? ¿Tienes una Batcueva y dejas el poco llamativo Aston Martín plateado de los sesenta ahí, enfrente de la casa para que se vea donde estas? En fin, que M y James Bond se van de viaje, para "protegerla". Pero no la esconde, se monta ahí con Alfred una casa trampa y a M la pone como mujer de último recurso para que la peguen un tiro. El malo llega en helicóptero en plan Apocalypse Now, corren un poco contra la casa, todo se destruye y se van a una iglesia dando un paseo por el campo todos.

En un lago helado de una Escocia verde nuestro alegre Agente Secreto va dando saltitos por la noche... El malo va de paseo y le ve.

- ¿Hombre Bond? ¿Qué haces por aquí?
- Nada, pasaba por aquí.
- Pues nada, estoy viendo como pegas tiros al hielo para escapar y que caigas al agua con uno de mis hombres y yo sigo con el paseo.

Y se va a la Iglesia donde está M "protegida". Y la va a matar, queriendo suicidarse, porque sí. Y llega Bond detrás sin principios de hipotermia y le lanza un cuchillo y muere. Y M muere y acaba todo.

En fin ¿para qué ha valido todo lo anterior? ¿Qué progreso dramático tiene la película? ¿Qué da el malo para que digan que es un gran villano? ¿Qué narices es esto?

Pues la verdad, no lo se. Aparte del festival de oportunidades perdidas de aprovechar ciertas tramas para crear una historia para crear tensión, para que todo tenga una estructura y unos motivos, aquí todo es un mar desperdigado donde no hay coherencia interna. Son retazos desparramados, la historia no tiene un motor, un leit motive. Es como si hubiese unas bujias y a cien kilómetros estuvieran los cilindros. No hay nada.

No se porque Sam Mendes firma esto. ¿Intenta dar profundidad al personaje? Pues lo ha dejado, además de más plano que nunca, sin nada de carga emocional. ¿Quería analizar el mito? Pués no mira con microscopio quien es el agente 007, le da una patada y lo deja gimiendo en una cuneta. Y no hablemos ya de ciertos aspectos que recuerdan a alguna conocida franquicia de videojuegos junto a esa unión entre Bourne, Bruce Wayne y Harry Potter que no va a ningún lado, como esta crítica. Así que para terminar, no entiendo porque la gente por ahí la alaba. ¿Qué gusta? ¿Qué tiene? ¿Qué le ha aportado Sam Mendes a la saga? Y pienso que el mundo hoy en día es la nada, como esta película.
 
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No me queda claro si te ha acabado gustando... no, no, no lo veo. :juas

Bueno, pues nada. Así como ayer salieron voces a favor hoy salen en contra. Ahora quedo yo, a ver cuando la veo.

Pero que más o menos todos coincidís con el tema del metraje, como punto común.
 
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No me queda claro si te ha acabado gustando... no, no, no lo veo. :juas

Es que sik no ha sabido expresarse; yo tampoco lo pillo. :disimulo

Eso si, parece que
Entre Vesper y M, a las mujeres antes las llevaba ala cama y ahora a la tumba... Diana Rigg debió darse por avisada.
 
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Es que no hace falta que me explique, solo denuncio que aquí no hay una película. Son clips dispersos de Bond presuntamente interconectados.
 
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Yo también coincido plenamente con seaker.

Una película de cosas que pasan porque sí y sin importar lo que haya pasado un rato antes. Con elipsis de guionista vago, motivaciones absurdas, un villano gracioso pero sin cabeza... Un envoltorio de ultralujo. La fotografía es maravillosa de principio a fin.

Y mata toda la parte final del caserón. Es una estupidez tener al servicio a todo un estado policial y de servicios secretos y llevarte a una anciana a una "trinchera" a esperar al malote.

Y sí, no hay ningún problema en afirmar que Casino Royale es 250.000 veces mejor película y mejor espectáculo. Esto ya no remonta el vuelo...
 
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La definición de Seaker, además, es que es buenísima para cualquiera película de la saga, prácticamente. Saga amorfa y absurda que habla poco en favor del público, aunque no me refiera a sus 5 honrosas excepciones (todas lejos de la redondez).
 
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Yo soy Bondero de pro:ok Y me pareció regular a la misma altura de casino y quantum. Encima por instantes me pareció estár ante el caballero oscuro (tiene una parte clavadita pero cuando digo clavadita es clavada) y el guardaespaldas. Momentos Bond tiene; cuando recoge algo y suena música el corazón se encoge y al final en cualquier instante uno espera la entrada de Rogelio pero en el buen sentido.
 
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Pues teniendo en cuenta que odio Casino, y mas o menos soporto Quantum... no queda en muy buen lugar.

Aunque lo del Rogelio... yo he sido mas de Connery o Dalton.
 
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Rogelio era el que más química tenía en el despacho, al menos para mí.

Yo soy Daltonista a muerte, casi siempre le pongo por encima de Connery. los demás fueron señores que les quedaban bien los trapos. Con escenas buenas como Bonds pero ni de coña representaron al personaje de Fleming como Timoteo. Connery fue el primero y quizás por eso, esté mejor valorado de lo que debería estar.
 
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Connery fue el primero y quizás por eso, esté mejor valorado de lo que debería estar.

Si, ya, y Tom Baker es el Who favorito porque estuvo 7 años ¡no te jiba! :p

¡Excusas fuera! :queteden

Connery estuvo cojonudo, y ya. Chincha revincha. :diablillo

Pero en serio, yo también soy bondero, y mi gran lástima es que Patrick McGoohan nunca aceptra el papel aunque se lo ofrecieran dos veces. Habría sido un Bond espectacular. ¿Sus imaginas Al Servicio... con él en vez de Lazenby?
 
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A mí Lanzeby fisicamente me recuerda a Gable, seria buen actor tendría presencia, pero no me lo imagino de Bond. Sin embargo por poner a uno de su tiempo, Grant si me lo imagino.

Mc Gooohan hubiese molado, suele ser un hombre de la casa y hubiese sido la hostia. Aunque a día de hoy la mejor opción y de eso estoy seguro, "no Bond que pudo haber sido y no fue" es Christopher Lee. Estoy seguro que si hubiese cogido el personaje justo después de Connery, no tendría ninguna duda sobre quién fue el más grande.

Un secretín yo de Connery prefiero Nunca digas nunca jamás a las otras.
 
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No se realmente que han querido hacer con esta nueva película, y mira que han tenido tiempo para perfilarla y llevarla un poco bastante más lejos. Pero lejos de perfilar, la cinta no esta perfilada. Los que no lo quieran reconocer, buscarán explicaciones o ideas sueltas para hablar de un Bond más oscuro, o una deconstrucción del mito. No. La película no tiene un discurso ni una coherencia interna. Es un conjunto de ideas vagas que no conforman un argumento medianamente sólido, sino que están dispersas en un oceano sin cohesión.

La saga Bond no es que haya sido algo original, sino que más que nada ha sido un pastiche de lo que otros hicieron antes llevándolo al universo de este personaje. Y aquí ni siquiera funciona esto. Podemos fusilar Bourne, Uncharted o El Caballero Oscuro, pero si optas por eso, fusilalo con todas las consecuencias. Lleva El Caballero Oscuro a Bond y crea una gran opera de venganza usando todos los elementos y peculiaridades que tengas. No te cortes, tú trabajo es fusilar. Y si encima estás en un blockbuster, no te pierdas en florituras... ¿Para qué está toda la parte del Casino? Media hora perdida para nada, solamente para tener una escusa de mierda para encontrarte con el malo. Aquí prefiero al guionista vago, que el malo haga su gran aparición de repente, sin tener que recorrer un camino hacía él. ¿Por qué y para qué? Silva está deseando encontrarse con Bond, sácale de repente y mete ahí todas las florituras que quieras para ver lo cabronazo que es el malo. Pero no, aquí llegamos al cuarto nivel de sueño y nos damos cuenta de que el malo es tan cabrón como Bambi. Y encima nos hemos tenido que dormir antes con el puñetero casino. Si al menos se hubiera puesto a jugar al Poker... Después el plan de Silva es perfecto... Al igual que el Joker o Loki, quiere que le pillen, en este caso para complicarse la vida, porque no se de que le sirve tener que estar capturado y escapar, en vez de ir directamente al objetivo. Y claro, su plan para que le pillen significa que Bond se tenga que cargar a sus esbirros y tenerle ahí para su captura. Pues vaya plan de mierda. Casí sería mejor un "me entrego".

Yo es lo que veo, si quieres fusilar, fusila bien. Lleva lo que han hecho antes a tu propio universo y utilizarlo para llegar a una nueva faceta de Bond si quieres, si no me vale que vestido de Armani reparta hostias, que en definitiva es lo que esperamos de este Bond.

Fracasos como el de Mendes hacen crecer el Casino Royale de un mediocre como Campbell. Ahí iba a lo que iba. La película empezaba en el minuto cincuenta y antes ya habías visto la máquina de matar sin Dios ni amo. Después llevamos a Bond al terreno de la película de aventuras, del caballero que va a rescatar a la princesa de las garras del malo... Van a por el tesoro de quitar el dinero al malo, que además tenía sus motivaciones en que si el no conseguia el tesoro se lo comían, etc. Es una película que lleva una logica interna, entretenida, con sus distintos actos bien perfilados. Espectacular, épica. ¿Pero esto? Es como quedarse mirando una pared durante diez minutos.
 
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No estoy del todo de acuerdo con seaker ( tambien para llevar un poco la contraria a todos los vagos que os adherís sin reservas a su crítica, sin acritud os lo digo ;) )

Sí que sirve de algo ver a Bond borracho, perdido y desganado en una especie de oasis. Sirve para sembrar el desengaño del personaje respecto al MI6 y M, para que termine de rubricar su personalidad fría y su sentido de la profesionalidad despojandolo de cualquier vínculo emocional, como al final pasará con
el relevo de Fiennes y la muerte de Dench.
Y por eso su némesis perfecta es Silva, porque adolece precisamente del punto débil que todo agente 00 debe eliminar, la implicación personal. Es la culminación del CÓMO SE HIZO BOND que nos han contado en estas 3 entregas de reboot. Ahora ya podemos pasar a los gags verbales, que de hecho ya hay unos cuantos aquí.


En lo que si que coincido es en el sinsentido de presentarnos toda la trama del disco duro y el descubrimiento de los agentes dobles: nos importan una MIERDA, es que ni siquiera el pavo que
muere en la primera escena
me suena de nada, no digamos ya las cinco tumbas con la Union Jack. Igual si Kubrick la hubiese dirigido hubiera rodado un plano con las banderas autóctonas de cada país en el que se exhibiera , como hacía con la carta de El resplandor y la cosa hubiera conmovido un poco mas a los patriotas...

Lo del viaje a Shanghai si que está metido con calzador, son esas cuotas que debe pagar todo guión bondesco y aquí lo han justificado mal. Tampoco tengo muy claro si Silva
quiere ser arrestado o reacciona ante ese arresto con otro plan paralelo, aunque quiere matar a M en el juzgado si parece coherente: es el atentado máximo contra la seguridad ciudadana, asesinar a la jefa del servicio de inteligencia y seguridad nacional en el tribunal supremo.
 
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Aunque a día de hoy la mejor opción y de eso estoy seguro, "no Bond que pudo haber sido y no fue" es Christopher Lee. .

Y sin embargo lo tuvimos como uno de los mejores villanos de la saga...en una de las peores peliculas de la misma.
 
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Bien, en general. Superior a esa medianía de Quantum of solace, aunque seguramente inferior a la celebrada Casino royale. Si en ésta se las ingeniaron para darle una vuelta de tuerca al personaje y renovarlo, Skyfall parece apegada a lo nostálgico, al “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Tal vez sea intencionado pensando en lo del 50 aniversario, pero es tan autorreferencial, con tanto guiño y referencia a los fans, que me parece una película muy decadente (no necesariamente en el mal sentido), por mucho que el carácter crepuscular no sea nuevo de Bond al parecer. No está nada mal el tema de los orígenes, o el convertir el personaje de Judi Dench en la nueva chica Bond, prácticamente. Lo que no me convence por ejemplo es el momento Nolan con lo del poema, me resulta ridículo y un tanto incoherente en una película con un villano excéntrico y digno de tebeo, que por cierto es lo mejor: un Bardem que aparece tan sólo a partir de la mitad, pero que se adueña de la función a base de desmadre e histrionismo.

A la dirección de Mendes tal vez le falta algo, aunque no es la chapuza de Forster en la anterior, el caso es que se defiende con el encargo. Muy original la fotografía, y en general, dos horas y media por las que agradezco no haberme sentido estafado.
 
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Hoy ha sido una de esas mañanas donde Seaker y yo cogemos una película y, o bien discutimos interminablemente cuando nuestras opiniones son enfrentadas, o bien criticamos sin compasión como marujas. En este caso, la conversación se ha centrado en el estreno de ayer: 007: Skyfall. Y en este caso, además, estamos prácticamente de acuerdo en todo. Hoy, no obstante, ha sido la primera vez que me ha pedido que escriba una crítica sobre la película porque cree que me he fijado en puntos distintos a los suyos pero que a su vez complementan su opinión y, bueno, aquí estoy.


Os aviso de dos cosas: la primera es que cuando cojo el teclado, se me van muy rápido los dedos, con lo que es probable que me extienda BASTANTE. La segunda es que esto va a estar lleno de SPOILERS, así que quedáis advertidos.

Últimamente comentaba con Seaker que estoy perdiendo la fe en el cine. No sé si es que al madurar, uno se vuelve más exigente y crítico a la vez, sobre todo conforme va ampliando su cultura cinéfila (y eso que no soy nada si me comparo con auténticos monstruos de información y memoria cinéfila como los que hay por aquí), pero tengo la sensación de que antes se hacía mejor cine. Y no hablo de nostalgia clásica, hablo de hace tan sólo unos años. Por supuesto, siempre hay excepciones. Antes, el nombre de un director solía ser garantía de un resultado, mejor o peor, pero fiel al director y a lo que habías visto de él. Ahora, no se libra ni Dios. Pero claro, a uno siempre le queda la esperanza. Y la esperanza es lo último que se pierde, hasta que se pierde.


Así que, sin más preámbulos, vayamos al turrón: Sam Mendes y su Skyfall.


007: Skyfalló

A Sam Mendes le conozco por tres películas: American Beauty, Camino a la Perdición y Revolutionary Road. Todas películas dramáticas con su dosis de mala leche y cada una enmarcada dentro de un género. La primera es casi una comedia ácida, la segunda cine negro y la tercera un drama existencial. De todas he salido encantado. Por tanto, el nombre de Sam Mendes en una película de James Bond, así como unos trailers hechos para ponértela dura, habían hecho que fuera al cine con cierto priapismo entre las piernas.


Así que va a comenzar la película y, aunque Quantum of Solace es una montaña rusa que acaba en desastre en lo que a calidad se refiere, yo estaba tranquilo, ya que esta historia es una entrega independiente que lo único que conserva es al Bond actual y un poco el nuevo carácter del personaje nacido en Casino Royale, por lo que, además el tito Sam tenía libertad para hacer lo que le saliera del prepur y no tener que preocuparse de algo que los frikis adoramos y que nos encanta criticar: la continuidad y sus errores en sagas que siguen un mismo argumento. En este caso, el argumento de Vesper aún tiene filones abiertos, pero para esta entrega, nos la pela. Perfecto pues, fuera prejuicios. Todo parece indicar que voy a eyacular y eso siempre es una buena noticia, aunque no sea a través de un contacto heterosexual.


Empieza el prólogo: La hostia. Persecuciones espectaculares, fotografía preciosista, dinamismo, el flipómetro disparándose pero no importa porque es Bond y es lo que he venido a ver, un origen para el argumento principal interesante (disco duro con listado de agentes secretos infiltrados en organizaciones terroristas) en las manos equivocadas y una necesidad extrema por recuperarlo porque se puede liar parda en cuanto esa lista salga a la luz. El tiempo se va agotando así como las posibilidades para que la misión sea un éxito. Entonces llegamos al clímax/cliffhanger del prólogo: Bond se encuentra enfrascado como Nathan Drake en una pelea sobre un tren con el ladrón del disco duro. La compañera en la misión de Bond está de francotiradora pero no tiene un tiro limpio para librar a Bond del agresor, y se aproxima un túnel bastante largo durante el cual no se sabrá qué puede suceder en su interior y si Bond podrá salir victorioso o no, ya que está herido. M pierde los nervios y ordena a la compañera de Bond que dispare, errando el tiro y dando a Bond. 007 cae al vacío, a un río, como un Bourne cualquiera, y cuando uno espera que en cualquier momento comience a sonar Moby, la caída de Bond se funde con unos créditos magníficos de la mano de Adele. Unos créditos que también son engañosos, porque te muestran ciertas cosas de una forma tétrica dando a entender que la peli va a ser algo que finalmente no es. Vemos a un Bond delante de unos espejos, confundido, sin saber bien cuál es la dirección correcta, le vemos matando a sus sombras y que una le dispara por la espalda, imagino que en clara alusión al dicho “no fiarte ni de tu sombra”, y por último vemos la mansión de Skyfall sobre la que cae el cielo.


Parecía que esta historia de Bond, en consonancia con la última corriente en el cine iba a ser “más oscura”. Tengo que decirlo: estoy hasta la polla de ese cliché. Todo es “más oscuro”. Pero bueno, hasta aquí promete. Qué coño, me manché el pantalón, para qué nos vamos a engañar. Joder, como todo esto siga así, me van a arruinar mi descendencia, pensé. Me imaginaba las posibilidades de la historia en ese momento: “Joder, el disco no lo han recuperado y, probablemente, agentes secretos a lo largo de los países de la OTAN empezarán a caer como moscas. Coño, y aún no sabemos qué ha pasado con Bond”.


Hasta aquí palotismo severo con dolor arterial por falta de flujo sanguíneo, algo que generalmente es muy positivo en estas películas, porque además aumenta tu tolerancia ante las posibles cagadas futuras ya que tu sangre no se encuentra en el cerebro.


Sin embargo, lo que empieza a suceder a partir de ahora transforma la erección en gatillazo.


Previsiblemente, semejante cagada de pérdida de datos no puede quedar impune, y la cabeza responsable del acto, como no, sería M. Así que mientras escribe la necrológica de Bond, a quien han dado por muerto, es llamada para darle el rapapolvo. Entonces aquí aparece el señor Ralph Fiennes que, reconozcámoslo, aunque es un pedazo de actor, se le ha acabado el trabajo como Voldemort y tiene que seguir comiendo. Pero él no quiere trabajos esporádicos, no, estamos en crisis, a él le molan trabajos para largo, y para eso las sagas son lo mejor. El caso es que Mallory (Fiennes) le dice a M que está vieja, chocha, y que la van a jubilar con medallitas incluídas. Y claro, a uno siempre le sienta muy mal que le llamen viejo, más a una mujer, así que se va muy indignada ella, como es lógico. Es justo en este momento donde empieza lo que creo que es la intención presuntuosa de Mendes a lo largo de toda la película, su tema principal: lo viejo frente a lo nuevo, lo clásico frente a lo moderno. A partir de aquí esto va a ser un festival de comparaciones odiosas entre esos dos campos.


Pero el caso es que justo al volver hacia al MI6, a M le han colado un troyano en el ordenador portátil por ver porno duro (porque es el que se lleva a casa, en el MI6 hay cámaras y como bien sabemos todos la masturbación pertenece al ámbito privado) y le advierten que no se olvide de sus pecados. No sólo eso, resulta que es hora punta y encima han avisado de bomba en el MI6 que, efectivamente, explota.


Aquí yo primero pensé en que había sido Bond. Dije, le han tocado los cojones al escocés equivocado y ahora quiere sangre británica. Podía ser, joder, tenía motivos para ello, M no confió en que pudiera recuperar el disco y optó por la opción más segura: disparar a ciegas que, según ella, es el protocolo.


Por lo visto, los protocolos del MI6 son la polla.

—Joder M, al final has perdido el disco.
—Yo hice todo lo que pude, fue el protocolo.
—Decidiste jugártela a la ruleta rusa con tu mejor agente sobre la mesa, con un disparo que tenía más posibilidades de fallar que de acertar, en lugar de intentar confiar en 007, porque total, de cualquiera de las maneras el disco estaba casi perdido. ¿Eso dicta el protocolo?
—Aaaaah (tapándose los oídos) ¡no te oyo, no te oyo!


Entonces viajamos de nuevo a un paraje tropical, donde al parecer, 007 aún sigue con vida. El tío es el más macho. Se zumba a tías estampándolas contra la pared, porque si se quedan incrustadas luego es más cómodo y así puede descansar el brazo, se pone de analgésicos a lo Max Payne, bebe whiskey con un escorpión en la mano, y cierra el bar él solo. ¿Por qué? Porque está muy enfadado. ¿Cómo salió con vida? No importa. ¿Cómo que no importa? ¿Dos balazos (uno que le ha dejado restos de metralla de uranio, como comprobaremos después) y una caída de más de 100 metros de altura y nos tenemos que creer que sobrevivió porque es Bond, y él puede? Bien es verdad, que estos iconos en el cine pueden disfrutar con entrega de la ausencia de credibilidad, pero coño, tienes que atarlo un poquito a la realidad. Muéstrame en flashes de segundos a alguien recogiéndolo del río, a un par de curanderos poniéndole algún tipo de pasta a lo Gladiator, algo.


El caso es que mientras se sirve su siguiente copa, Bond escucha en las noticias que al MI6 le han reventado el ano desde dentro, y su orgullo patriótico le hace volver a ver si puede echar una mano a M y al MI6. Y entonces es cuando esto me empieza a tocar los cojones. Vamos a ver, ¿no estabas enfadado con el mundo cambiando tu sangre por ricos destilados? Puedo entender que como gran patriota quieras ayudar a tu país, pero no bajo las órdenes de M y/o el MI6, entendería que volvieras, pero por tu cuenta, a tu manera, sin que nadie en la seguridad y comodidad de un despacho tenga tu vida a merced de una orden. Más aún cuando ya te han traicionado antes.


A partir de aquí, empiezan a suceder las tramas de las que habla Seaker que no llevan hacia ningún lado, por lo que no voy a abundar en lo mismo. Si bien hacer hincapié en lo que he dicho antes: al volver Bond más cascado que un pene adolescente, de nuevo tenemos el falso conflicto entre lo viejo y lo nuevo, lo arcaico y lo innovador, lo clásico y lo moderno. Te lo quieren meter por todos los lados: Bond que ya está viejo, y jodido, y que no ha superado las pruebas estándar de un agente joven, como le dice Mallory; la forma de atajar los problemas del MI6, con agentes repartiendo leches por el mundo, y las nuevas formas de ataques basadas en las nuevas tecnologías; los coches clásicos contra los modernos, los gadgets clásicos contra la tecnología de última generación, hasta incluso las armas clásicas (cuchillo, dinamita, pólvora y cartuchos de escopeta de caza) frente a las armas de la actualidad (ametralladoras, pistolas automáticas, helicópteros), la propia M frente a Mallory… En fin mil y una comparaciones que al final no llevan a nada. Y hacen especial hincapié en el hecho de que la puntería de Bond, a una mano, todo hay que decirlo, deja bastante que desear. Lo de “a una mano” es necesario puntualizarlo, porque como todo el mundo sabe, disparar a una mano es de las cosas más difíciles del mundo y eso sin estar tarado del hombro, y aparte, queda más “badass”. Pero esto en realidad no importa, porque a dos manos Bond le acertaría a las alas de una mosca, como podremos comprobar al final de la peli.


Por cierto, digno de mención el pollazo anal sin vaselina que nos han metido a todos con el trailer de la peli y la pistolita de los cojones. “No es una pistola cualquiera, es una declaración de principios”. Joder, así hasta molaba, es que incluso te hacía creer que iba a haber algo de venganza personal de Bond en la película. Pero como dijo Groucho, “Estos son mis principios, si no les gustan, tengo otros”. De hecho, y para ser justos, la conversación frente al cuadro es casi de lo mejorcito de la película, más que nada porque es la única conversación real y “Bondesca” que sucede en toda la peli. Seamos claros, el Bond que nos presentaron en Casino Royale es un Bond tosco y parco en palabras, pero no obstante lo suficientemente elocuente con las pocas que soltaba. Tiene su dosis de mala leche, ironía y sarcasmo. Pero en esta peli, los personajes sólo parecen esperar su turno para hablar, no hay sensación de conversación. No sé, a mí me dio esa impresión. Por eso, la pequeña conversación frente al cuadro, creo que es la única que más o menos se siente “cool”, se siente natural, se siente “Bond”.


Por fin, tras varios sucesos intrascendentes, Bond se encuentra con el malo malosillo. Resulta que este malo malosillo, había sido la súperpolla antes que el propio Bond. Vamos, vamos, vamos, ni punto de comparación. Y además tiene un complejo de madre para con M, la cual también le traicionó, haciendo que Bond y él tengan más cosas en común de las que aparentan en un principio. Esto en realidad es una oportunidad gigantesca de brillar que se echa a perder. Si algo sabe hacer Sam Mendes es crear dramatismo, crear tensión, hacerte pensar. Cojones, pues haz lo que sabes hacer. Es la oportunidad perfecta para que Bond se enfrente a la eterna disyuntiva del soldado: ¿eres un soldado que sólo acata órdenes, ya que el bien y el mal es una cosa que cambia con las épocas, por lo que debes simplemente obedecer y asímismo no guardas rencor a M porque, como soldado, sabes que así son las cosas? ¿O por el contrario eres un guerrero que lucha por un ideal, por una causa, por una convicción ética y moral, por una patria, alguien que necesita una razón para luchar y que tus convicciones influyen a la hora de acatar órdenes? ¿Eres Sam Fischer o eres Solid Snake? Porque ése es el quid de la relación entre Bond y Silva. Silva lucha por una razón muy humana, la venganza. ¿Bond por qué lucha? ¿Por M? ¿Por su país? Es más, la película quiere incluso hacernos creer que Silva en realidad está tratando de convencer a Bond de ya que a ambos les han jodido, casi que debería pasarse al otro bando, pero las razones de Silva para ello, que podrían haber sido para enmarcar, si alguien las hubiera escrito, son simples y burdas. Casi diría ñoñas.


Pero Silva, como todo malo que se precie, por muy súperpolla de agente que haya sido, parece olvidar que un Bond al 70% es mejor que diez masillas de tu panda de esbirros malvados por defecto, por lo que, con dos cojones y poco cerebro, suelta a 007 para llevárselo a dar una vuelta. Porque es rubio y puede. Es lo que pasa cuando compras cápsulas de cianuro a los chinos, que te crean asesinos en serie y merman tu cociente intelectual.


Como era de esperar, la chica prescindible muere, y Bond, suelto y con pistola, en un desliz se carga a todos los vigilantes a su alrededor, capturando a Silva ya que Bond, previamente activó su mini Game-Boy. Muy a lo Joker todo.


Y llegamos a lo mejor de lo mejor: Tenemos a Q, el crackmáster informático que ha inventado todos los protocolos súper chupi guays de seguridad en el mundo y parte del extranjero. Pero llega Silva y se la cuela por la escuadra. No sólo eso, se pone a desencriptar la información del malo en plan “Dios, esto es la polla de encriptación, me estoy molando yo mismo, porque cada vez que intento hacer algo, la encriptación cambia y es como un orgasmo nerd” y entonces, llega Bond, todo chulo, ve unas letras ahí y, gracias a su vasta experiencia haciendo sopas de letras dice “Chachi pon ahí Camborough, vas a ver cómo mola”. Hecho. Lo hemos desencriptado y, de paso, hemos abierto todas las cerraduras. ¿Para qué tanta polla de súper hacker si tiene que venir Bond a hacer el trabajo?


Mención especial el plan ultramalvado para hacer caer a M y así poder matarla de forma personal. El peor plan de la historia para una venganza personal. Vamos a jugar a un juego: Elijamos el mejor plan para una venganza personal contra M de entre estos dos:


PLAN 1:
- Le robo a M un listado con todos los agentes infiltrados en organizaciones terroristas.
- Empiezo a publicar semanalmente 5 nombres, para destruir su reputación.
- Espero a que la juzguen en una comisión y se cepillen al MI6 y se la carguen funcionarlmente hablando.
- Cuando esté en casa, sola, desprestigiada, y sin MI6, la mato en su casa (a la que, por cierto, debe ser muy fácil acceder, porque Bond lo hace sin problemas).


PLAN 2:
- Le robo a M un listado con todos los agentes infiltrados en organizaciones terroristas.
- Empiezo a publicar semanalmente 5 nombres, para destruir su reputación.
- Me dejo atrapar por 007 perdiendo una cantidad considerable de esbirros.
- Hackeo todo el sistema del MI6 para escapar.
- Espero a que la juzguen en una comisión.
- Escapo y me disfrazo como poli.
- Voy a la sala donde la están juzgando, con todo lleno de peña y la mato en público reafirmando que el MI6 efectivamente tiene razón de ser porque hay peña muy loca.


Está claro, ¿no? El plan 2, es el más coherente.


Otra de las cosas que la película no explota en absoluto es la supuesta incapacidad de 007 tras el incidente del tren. Se supone que no ha pasado ninguna de las pruebas físicas ni psíquicas para ser un agente de campo y el tío corre como un puto gamo, infla a ostias al más pintado y tiene los reflejos de Spiderman. No existe enfrentamiento épico entre un Silva al 100% y un Bond a medio fuelle que se vea obligado a recurrir a cualquier extremo con tal de ganar, no. Bond sólo es superado en esta película en una cosa: en número, porque en habilidad está como el primer día.


Por lo demás está todo dicho, no hay nada que no haya dicho Seaker respecto a la trama. Pero sí me gustaría hacer una reflexión sobre una tendencia que voy notando en el cine reciente que me hace hervir la sangre: aparte del cliché del “todo más oscuro”, ha aparecido el cliché de no tomar partido y dejar la elección al espectador. Vamos a ver, cuando eres un creador de arte, se supone que tu obra es tu forma de expresión, necesariamente el mismo arte te exige tomar partido, dar una opinión, sea la tuya o no. Por ejemplo, las películas sobre la existencia de Dios que siempre al final no se acaban de posicionar sobre si existe o no. Coño, el cine es FICCIÓN, tienes completa libertad para posicionarte con toda comodidad si es en beneficio dela historia. Es muy cómodo plantear la duda, y dejar que el espectador elija, porque además parece que te haces el interesante, pero en realidad lo que esconde es un burdo truco para satisfacer a todo el mundo, y no casarse con nadie, así el que cree, seguirá creyendo, y el que no, no creerá. Pero nadie va al cine para que lo convenzan de nada, la gente va a ver historias, y las obras de arte (si entendemos el cine como tal) no tienen la obligación de satisfacer a todo el mundo.


Y ese es el mayor error de Skyfall. Durante toda la película quiere coquetear con la disyuntiva de lo clásico frente a lo moderno, para darte una conclusión de que al final todo es bueno en su justa medida. Así satisfacemos a los fans de las películas clásicas con los diversos homenajes que hay durante la peli y al mismo tiempo satisfacemos a los fans post Casino Royale. Pienso que Mendes debería haber posicionado a la película hacia un lado u otro de la balanza, sea o no su opinión personal sobre ello, y siempre en favor de la historia que estaba contando que, en este caso, tras la victoria de un Bond cascado que ha vencido a la tecnología de última generación con dos escopetas de caza, dinamita, y una casa vieja, parece que es lo clásico mola más que lo moderno.


Por último señalar un detalle que Seaker vio mal: Es Bond quien dispara al hielo para “inteligentemente” intentar escapar en aguas heladas. Entonces Silva se queda mirando, como diciendo: “valiente estupidez”, se ríe, y se va, imagino que pensando que la “heroicidad” de Bond, le iba a costar la vida a nuestro querido agente secreto, por aquellos factores como la hipotermia, así como el peso de la ropa mojada, y el hecho de tener que pelear bajo agua helada y luego salir a un clima frío. Pero nada, luego llega a la Iglesia, más seco que salido del desierto de Arabia, sin ningún temblor o signo de hipotermia y al súper agente que fue la pollísima mucho antes que él, se lo carga con un cuchillazo por la espalda, como hacen los hombres, recordemos, con el brazo jodido y semi congelado.


En fin.
 
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