SPOILERS everywhere.
Interesante sci-fi humanista/pesimista con final abierto a la esperanza (no es un happy ending, tampoco lo contrario, se queda en el medio), no es la primera vez que vemos algo así, desde luego, pero me ha parecido muy estimable y digna. Con un tono que recuerda al Jeunet de “La ciudad de los niños perdidos”, mezcla la acción y la comedia negra, creando su propio universo y estética post-apocalíptica dentro del trenecito, en lo que viene a ser una fábula distópica, una farsa que se cachondea de la lucha de clases y del autoritarismo, donde los personajes no son lo que parecen (ni el viejo sabio -que no es tan buenazo y humanitario-, ni el protagonista -que es un verdadero mindundi, siempre arrastrado por las circunstancias-, ni el malo -ejemplo del típico maquiavelismo necesario-). A eso, añadámosle a Tilda Swinton como villana grotesca y estrafalaria, y a Song Kang-ho en plan Han Solo para completar el plantel de secundarios “cool”.
Por otro lado, tiene unos quiebros de narración desconcertantes, y un desarrollo histérico e imprevisble (muertes insospechadas de personajes, sorpresa por qué será lo siguiente con lo que se encuentren en su avance de vagón en vagón), ahí el monólogo final del Evans, que descoloca precisamente en ese momento de la película. Y chorradas como la resurrección final del malo-terminator para rizar el rizo y darle mayor tensión al asunto, un exceso que nuestro chino se permite porque a estas alturas, ya todo puede colar. Por lo demás, me parece correcta la puesta en escena, aprovechando las reducidas localizaciones en que transcurre todo.