No puse mi opinión.
Al 50% uno trabaja porque no queda otra.
Por el otro 50% puedo decir que me encanta mi trabajo. He estado en puestos con responsabilidad, gestionando tecnología en empresas de nivel mundial... Y ahora estoy en una empresa de 300 empleados donde hacemos de todo. Literalmente. Y sinceramente, no me supone ningún tipo de trauma hacerlo. Veo a mi mujer, que es todo lo contrario, que sufre por ir a aguantar a los compañeros y a toda la mierda de gente que tiene que atender y me siento privilegiado.
Que sí, que siempre hay momentos en el mundo donde no es viable cambiar porque no hay trabajo. Pero también es cierto que fuera de grandes ciudades y fuera de trabajos que no sean tecnológicos, la gente le tiene más miedo a cambiar de trabajo que a invitar a casa a Kim Jong Un. Es muy típico español, de los países del mundo donde más ocurre esto.
Esto provoca dos situaciones, a cada cual peor:
- Como nadie se cambia, los demás no pueden cambiar, por lo que en determinadas profesiones se une que hay muchos profesionales con que no hay ofertas.
- La gente va quemadísima a trabajar.
Es un sinsentido. Tenemos un país con empresas llenas de gente que no quiere ir a trabajar y que sería más feliz en otro sitio, pero por no arriesgarse...
Puedo considerarme un privilegiado pero también he probado a cambiar de trabajo varias veces, me he dado de alta como autónomo al mismo tiempo que trabajo probando a ver si eso podría derivar en un cambio de trabajo principalmente para mi mujer. Y no, por ahora no es negocio ni tampoco vamos a arriesgar para probar al 100% de nuestro tiempo si podría serlo. Pero dedicamos mucho tiempo a analizar qué podríamos mejorar. Lo comentamos siempre, hemos elegido los últimos años un hobby que se basa en buscar un posible futuro laboral distinto al que tenemos. Tengo serías dudas de si el 99% de la gente que va a disgusto al trabajo hace más esfuerzo que protestar y leer frases de MrWonderful. Tal vez nosotros tampoco llegamos a nada. No será que no lo intentamos.
Qué falta hacía en España un cambio laboral radical y no el de la ultraprotección de los puestos de trabajo.