Respuesta: Soy Mac-ero - El Megapost
Una reflexión
a la bilbaína acerca de Apple y los productos presentados ayer
Los productos de la manzana cada día son más caros y exclusivos, y sólo hay que ver la keynote de ayer para comprobar que lo que están priorizando es la creación de un producto de mucho precio, que justifican no tanto ya por su arquitectura tecnológica sino por su diseño. Aunque nos parezca un disparate, hay mucho público que no sólo se puede permitir comprar un ordenador de varios miles de euros, es que además se los compran.
Y en esa aventura está la gente de Apple. Potenciando aparatos cada vez más delgados, más vistosos, con algún que otro concepto que ellos califican como revolucionario, como las pantallas de alta resolución, los puertos Thunderbolt, los discos SSD y mecánicos fusionados en un único volumen bajo la denominación Fusion Drive, etc. Ninguno de estos conceptos son o han sido novedades tecnológicas inventadas por Apple, pero sí que las han sabido comercializar, de eso no cabe duda.
Sin embargo, el ritmo de presentación de productos es descabellado. Te compras un iPad 3 y en seis meses sacan el iPad 4 que le dobla en características. ¿Es eso normal? Claramente no, pero pensad en que dentro de 5 días Microsoft y Google presentarán sus nuevos productos y Apple ha preferido atacar en lugar de contraatacar presentando sus alternativas más potentes: Nuevos iPad de 10" más potentes, un nuevo iPad Mini de casi 8", un nuevo Mac Mini, un nuevo portátil de 13" con pantalla Retina, nuevos iMac... todo esto después de haber presentado hace 4 días el iPhone 5, el nuevo iPod Touch... lo han renovado prácticamente todo... salvo el MacPro.
Y es que la palabra Pro, asociada siempre al segmento profesional, está de capa caída. Ahora sus productos son más Premium que Pro, como las ginebras, los relojes o los coches de gama alta, o al menos con carrocería y equipamiento de gama alta. Estos productos que venden son los que dejan un gran margen de beneficio y les permite acercarse a aquellas épocas de finales de los 80 en las que había que pagar más de 600.000 pesetas para comprar un Mac, con vendedores que se forraban tras quedarse un 30% o un 40% de comisión.
Así que fruto de esa estrategia, tenemos una gama de productos perfectamente estudiada y en la que nada queda al azar. Los precios de los productos de entrada son ya altos, pero es que los suplementos que hay que pagar para conseguir los extras que ofrecen las versiones más vitaminadas son simplemente desproporcionados. Y para asegurarse de que no dejes de pagarlos, han inventado el concepto de "no reemplazable por el usuario", de forma que tienes que pensar a la hora de comprar no en tus necesidades actuales sino en las futuras, pues no podrás hacer cambios. Y si a eso le unimos la estrategia de hacerlo todo más fino, componentes soldados en la placa, pantallas pegadas al cristal y demás, se aseguran que los equipos no pasan por el servicio técnico para ser revisados sino para ser reemplazados por otros.
Y en medio de esa vorágine, ¿dónde nos quedamos? Hay dos opciones: seguirles el ritmo o plantarse. Y al ritmo que presentan productos, ni siquiera a los que somos candidatos a lo que llaman early adopters nos queda tiempo para asimilar todo ese torrente de novedades, así que toca plantarse y establecer una estrategia. Más aún si eres profesional.
En el caso de un profesional, se debe estudiar el retorno de la inversión. ¿Cuánto cuesta lo que voy a comprar?, ¿qué vida útil le voy a dar?, ¿cómo lo voy a pagar?, ¿será un gasto a través de un renting o lo podré considerar una inversión?, y si es así, ¿en cuánto tiempo recupero la inversión?... todas esas preguntas combinadas nos darán una respuesta que la deberemos formular en un número de años.
Si hacemos ese planteamiento y tenemos ese número de años en mente, nuestra opción siempre será comprar el mejor equipo que podamos permitirnos para que al final de su vida útil nos siga dando el mejor de los servicios.
Pero las circunstancias personales no son siempre iguales y hay veces en donde simplemente no se llega y los números no salen. En esos casos hay que considerar la compra de modelos un poco más antiguos pero que están mejor de precio y con los que los números sí que salen, acudir a la compra de modelos refurbished o bien al mercado de segunda mano.
Todo esto en el lado del usuario profesional, el caso del usuario doméstico es otro mundo que no responde a parámetros empresariales, sino a compras compulsivas a partir de estímulos que algunos fabricantes saben perfectamente cómo enviar, y que en el caso de Apple no sólo lo saben sino que además son auténticos maestros en su gestión.
Por eso algunos me contestarían:
Shut up and take my money!