STALKER y el hilo de Tarkovsky

¿Llena de pegas? Puede tener alguna pega...y una de ellas es precisamente ese beso y todo lo que le rodea, bicho, ajjajaja.

A mí el uso de imágenes de archivo me pareció sobrecogedor y muy bien utilizado. Y lo de Masacre, Ven y mira...¡será al revés, que es posterior!

Yo ya digo...una de las diez mejores óperas primas de la historia del cine. Con sus peros y todo, ¿eh?
 
¿Llena de pegas? Puede tener alguna pega...y una de ellas es precisamente ese beso y todo lo que le rodea, bicho, ajjajaja.

¿En serio no te gustó? :sudor

A mí el uso de imágenes de archivo me pareció sobrecogedor y muy bien utilizado
A mí efectista, manipulador (sentimentalmente hablando) y, éticamente, fuera de lugar. Una SOBRADA.

Y lo de Masacre, Ven y mira...¡será al revés, que es posterior!
Ya, hombre. El problema no es la cronología...

Si hasta tú mencionaste Ivan como borrador de la otra...

Yo ya digo...una de las diez mejores óperas primas de la historia del cine. Con sus peros y todo, ¿eh?
Eso sí :ok
 
¿Cómo me va a gustar el capítulo de La Infancia de Iván del amor paralelo? Si es una trama jodidamente eliminatoria.

¿Sobrada por enseñar imágenes de guerra y adoptarlas a la ficción? A ver si ahora nos vamos a asustar, sabiendo que el tío respeta...

Lo de Iván como borrador de la otra, claro...Masacre es cien veces mejor...pero tenía inspiración en ésta también joya, ¿no?

¡TE QUIERO!
 
¿Cómo me va a gustar el capítulo de La Infancia de Iván del amor paralelo? Si es una trama jodidamente eliminatoria.

Aislado, fuera de la peli, me encanta.

La trama (y casi todo lo que no sea Ivan en plano) sobra, sí.

¿Sobrada por enseñar imágenes de guerra y adoptarlas a la ficción? A ver si ahora nos vamos a asustar, sabiendo que el tío respeta...
Imágenes de guerra no, enseña los cadáveres (y sólo los de los nazis que se suicidaron y arrastraron a sus hijos con ellos, no la barbárie que también parieron los rusos)... entre imágenes del aftermath en la cancillería, que SÍ están totalmente justificadas.

Asustar no, y el tío respetaría todo, PERO.

Lo de Iván como borrador de la otra, claro...Masacre es cien veces mejor...pero tenía inspiración en ésta también joya, ¿no?
Claro, si lo uno no quita lo otro :ok

:beso
 
Hoy Stalkeremos en Madrid (mi casa). Están ustedes invitados. Privado si apeteciera.
 
Raultarkovskeando.jpg


Raúl tarkovskeando fuerte.

Con cariño.
 
Desgarrador documento.

P.D. Que tampoco me extrañaría, me parece bastante más hardcore Stalker que Zerkalo, por ejemplo.
 
Me hubiera dormido igual. Me había levantado a las seis de la mañana. Normalmente, en estos ciclos paramos cada tres cuartos de hora, cuando estoy en turno de mañana, para que no ocurra lo de la instantánea.

Pero Vegania, cuadrao, se impone a esa acción. Y hace fotos de la consecuencia.
 
Cuarto film y seguramente el más personal de la filmografia del realizador ruso Andrei Tarkovsky, cuya idea databa de la década anterior, cuando ya se planteó realizar un film semi-autobiográfico que mezclara recuerdos, ensoñaciones y realidad, con el personaje principal, el propio realizador, siempre fuera de la pantalla, por lo que únicamente se escucha su voz y sus interacciones con los otros personajes que le rodean. El resultado es primoroso, profundamente poético e hipnótico, además de seguramente desconcertante para aquéllos que no estén familiarizados con el autor, pero en cualquier caso, lo que cuenta es tan emocional y Tarkovsky aúna de forma tan bien hilvanada realidad/sueño/recuerdo, que no hay que encajar todos los elementos -y aún así, todos lo hacen de forma natural- para sentarse y disfrutar de esta maravilla.

Zerkalo-03.jpg


"El Espejo" en Harmonica Cinema.
 
Después de veros divagar el pasado año con bastante envidia por mi parte, y aprovechando la compra del pack , me he pasado una semana digiriendo blinis de plomo servidos por este buen señor… Ya conocía alguna otra (con recuerdos desiguales) pero me las he visto en riguroso orden y quizá haber esperado un cierto tiempo para hacer este viaje ha merecido la pena.

No voy a comentar mucho porque creo que es un cine que no precisa de excesivo comentario, y al igual que la buena poesía, desmenuzarlo en cuestiones formales le resta parte de su misterio; además ya habéis dejado dicho por aquí mucha cuestión… Iré comentado paulatinamente que sigo con la digestión…

La infancia de Iván: no la conocía y me ha encantado. A pesar de ello se percibe inexperiencia -sobre todo narrativa- aunque compensada por una indescriptible puesta en escena y un uso del espacio que ya deja claro cuál será uno de los puntales de su cine. Un espacio geográfico que siempre será el protagonista. Espacio que respira, vive, siente y conforma de alguna manera la esencia de los humanos que transitan por él.

Andrey Rublev: Vista por segunda vez y ufff…. es complicado acreditar una obra maestra en Trakovsky, o discernir cual es su película más “completa”. Rublev eso sí creo que siempre estaría entre las 2 ó 3 escogidas. Fresco insultantemente gigantesco a todos los niveles. La obra de un artista que se sabe como tal por encima de todo, que conoce su condición y que utiliza la biografía del pintor ruso para hacer una declaración de intenciones colosal. “Artista en tiempos revueltos” podría denominarse; la necesidad del arte como respuesta a la barbarie y al horror. Necesidad por otra parte alimenticia y práctica, profesión al servicio del gestor de dicha barbarie, y las dudas que eso acarrea, en un paralelismo suicida y brillante de la situación del propio Tarkovky en la Unión Soviética. Si a lo largo de la historia el hombre ha necesitado del arte, de la religión y de la ciencia como las tres patas sobre las que asentar la significación del mundo y por tanto su autoconocimiento, podría decirse que el cine del ruso significa la más perfecta combinación de esos tres elementos en su respuesta a los enigmas que atenazan a la condición humana. La búsqueda de una fe, amparada en -depende del contexto de cada película pero la llamada angustiosa hacia algo trascendente es siempre la misma- algo que en primer lugar posibilite la existencia de esa fe, es el tema constante de su obra. En este caso el arte es una de esas respuestas, un arte que reivindica a un Dios que permite la matanza indiscriminada y el dolor. Que se le va a hacer, es la Edad Media!… pero ojo que estamos en los prolegómenos del s. XV; toda Europa sigue sumida en tiempos oscuros que la historiografía posterior ya ha dejado más o menos claro que no son tan oscuros… Hacia esas fecha más o menos en Florencia ya hay un puñado de tipos -Brunelleschi, Masaccio y Donatello entre otros- que amparados en un espíritu de su tiempo que había empezado tiempo atrás, están a punto de dar la “campanada”, nunca mejor dicho. Precisamente en esa escena final, ante la enorme campana que anuncia un tiempo nuevo, un grupo de embajadores italianos -¿florentinos?- contemplan la hazaña. Es un tiempo de descubrimientos y grandezas que se entresacan de la brutalidad. Como el “viaje” en globo del principio, protociencia leonardesca. O la humanidad verista con que Rublev siente y entiende las figuras sagradas, ya claramente diferenciado del periodo anterior. En cuanto a técnicas y capacidades artísticas del film, haría falta un paquete de folios y letra pequeña porque no es de este mundo. Uno de los topes absolutos del arte del cine, sin ninguna duda.


Solaris: Curiosamente una de las que nunca había visto, y que pensaba que me iba a gustar algo más. Junto con Sacrificio quizá la que menos me ha llegado, aunque eso no quiere decir que sea floja. Pero creo que ha envejecido mal en algunos aspectos. No ayuda el protagonista hierático, y disfrazado de chapero de provincias. Fuera de coñas, el rodaje casi entero en interiores no ayuda a la consecución de uno de los puntos fuertes de Takovsky, la conexión con la naturaleza. Además creo que está demasiado dilatada, y no me refiero a planos como el de la autopista, que es hipnotizante incluso en su eternidad. Es que narrativamente tiene momentos que agota en su escasez expresiva. Por otra parte el tema en sí, la significación del ser humano en su vertiente filosófica y biológica, en especial las escenas dentro de la biblioteca, son abrumadoras. El arte y el gusto como esencias humanas y acotadoras del ser. A pesar de ello son muchos los interrogantes que mantengo, y es una peli que necesita de mucha discusión y visionados diversos… pero dejaré esperar un tiempo la verdad.
 
Última edición:
El espejo: la ruptura total; si ya en Solaris el nivel de cripticismo había aumentado, es aquí cuando la narrativa se torna en algo completamente abrupto. Curiosamente también considero que es su película más poética y creo más personal. No obstante el hecho de que parezca autobiográfica, hecha a base de fogonazos de memoria, la convierte en un extraño puzzle intimista. El argumento es nimio y además da igual, la fuerza evocadora de sus imágenes te atrapa por completo en un viaje al interior del recuerdo poético, donde cada fragmento es de un preciosismo arrebatador. Aquí además es donde se empiezan a percibir algunas constantes de su cine, los flashbacks, el cambio de tono y color, el agua omnipresente y sobre todo aquello que esconde lo acuático, como si bajo ella se encontrara una realidad más pura y esencial. Y el final es probablemente de lo más hermoso que ha rodado nunca –y eso es mucho decir- además de sencillo; tres personajes, un bosque y un atardecer. No le hace falta nada más para construir una de las secuencias más bellas de toda la historia del cine. Absolutamente mágica.

Stalker: otra que era revisión. Ya me gustaba mucho aunque sigo reconociendo que la dificultad de su texto en ocasiones, más en los diálogos ambiguos que en la acción narrativa, a veces me hace gruñir ligeramente. No obstante puede que sea la quintaesencia de su cine conceptualmente hablando. El tema de la fe, tratado aquí de forma absolutamente angustiosa es donde más y mejor ha quedado representado. La desesperación de Stalker, incapaz de transmitir la fe que posee a los que buscan algo y no lo encuentran acaba en una declaración de intenciones como una casa: Tarkovsky es un hombre de fe, no necesariamente religiosa, pero sí absolutamente trascendente. La fe en su caso quizá como un sacerdocio del arte, algo en lo que creer a pies juntillas ante la deshumanización del mundo contemporáneo. Y enfrentado a hombres de ciencia, tecnócratas o gestores de rendimiento que buscan el ingreso inmediato de cualquier producto en el que se invierta, incluido “la utilidad de lo inútil” que es el arte. Lucha eterna entre fe y razón, fe y ciencia. La escena ya en el epicentro de “La zona”, cuando el científico saca la bomba dispuesto a destruir aquello que puede provocar los deseos incorrectos (metáfora brutal del totalitarismo de corriente única de pensamiento), y acaba tirándola al percibir que ahí no hay nada y que no tiene ni sentido el usar el explosivo, es esclarecedora. Y finalmente la existencia de lo trascendente como motor del ser humano, sea lo divino para un creyente, la naturaleza, el arte o la magia si eres Alan Moore. La fe en la creencia en algo inefable que nos acompaña y que aquellos que poseen el don de la hipersensibilidad –el artista, el Stalker- son capaces de domesticar para ofrecerlo al mundo, como el propio Tarkovsky. Genial por cierto la interpretación de los tres vasos de Dravot post atrás…

Nostalgia: el propio título lo aclara todo. Película que juega con este concepto a tres bandas me atrevería a decir. La nostalgia del compositor ruso que trabaja en Italia para el príncipe de turno y que es el motor/mcguffin de la trama. La nostalgia del poeta que busca seguir los pasos de su compatriota y estudia su figura; y la nostalgia del propio Tarkovsky alejado de su Rusia natal. Quizá menos compleja que sus predecesoras, también muy personal y con todos los recursos de su cine antes mencionados a pleno rendimiento. Queda claro además su amor por el primer renacimiento italiano, en particular con esa primera escena en la Toscana ante el fresco de Piero della Francesca (en Sacrificio tiene gran importancia un Leonardo y Rublev para mi habla de la propia noción de renacimiento). El resto es un viaje de un hombre buscando algo que de sentido a un viaje iniciado años atrás y que no termina de encontrar, hasta el punto de parecer que ha perdido incluso el significado y objetivo de ese viaje. En el camino se encontrará con un extraño personaje que le pedirá un acto de fe, y este acto acabará en el absolutamente asombroso plano secuencia del final, donde el propio Tarkovsky ofrece un nuevo significado al tiempo cinematográfico. Tiempo y espiritualidad, recuerdo y Nostalgia. Abrumadora…

Sacrificio: y llegó el final… La última película de Tarkovsky es quizá la que menos me ha gustado. Es donde más problemas con tiempos muertos he tenido; hay escenas que se me dilatan interminablemente sin que me sea reconocible ese “algo” indescifrable que tiene el ruso; ese intangible con el que consigue poetizar su mundo hasta el punto en que el tiempo (como ocurre en Nostalgia) deja de fluir o se adapta a los deseos de su creador. Sobre todo en su primera parte, hasta que Erland Josephson abandona la casa. Luego hay momentos de enorme belleza y la cosa mejora. Aunque el final está a un paso de convertirse en Benny Hill… La verdad es que tiene momentos de una fuerza enorme, pero en general me parece un paso por debajo del resto de su cine.
 
Siete Tarkovskis en una semana... y emerges superviviente.

Efectivamente una de las cosas que más fuerza tienen en él es la fe, la fe como presencia que existe, y sobre cuyos límites o capacidad dudan los personajes; la fe aceptada, pero ¿tenemos algo que hacer con ella, o nos es ajena? Caté las pelis del silencio de Dios (una versión personificada de la fe, pero ya sabemos por dónde vamos) del sueco más o menos al tiempo que éstas, y es curioso cómo se diferencia, cómo aquí adopta un tono absolutamente triunfalista. Lo de la campana de Andrei Rublev es, literalmente, filmar un milagro... ¡y funciona, te lo comes enterito!

Solaris tiene cosas chulas (ella, la resurrección, el final) pero es la que menos me gusta. Se me hace bola, lo cual no me pasa con las otras... salvo algún tramo de Sacrificio. Cuestión de asumir tono.

Stalker, en su condición telúrica de entorno consciente, de viaje a las entrañas (desde un mundo artificial muerto, seguimos sus raíces hasta una naturaleza viviente y finalmente... dentro de los viajeros), es monumental. La vi medio desprevenido y me dejó KO.

Sigo pendiente con El espejo. Demonios.
 
Última edición:
A mí las mejores me parecen Andrei Rublev y El Espejo, pero necesito revisión de todo.
 
Arriba Pie