Telefónica tendrá que abrir sus contenidos premium a terceros para que la CNMC apruebe la compra de Canal+
Telefónica y Canal+ controlarán el 82% del mercado de la TV de pago, lo que les da una posición de dominio que impediría la competencia. Para recibir el sí de la CNMC, el nuevo gigante de la TV tendrá que abrir a terceros algunos contenidos premium que ahora no comparte.
De las tres opciones con que cuenta la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para aplicar en las operaciones de concentración, la que se impone con más fuerza en la
compra de Canal+ por parte de Telefónica es la de la aprobación con compromisos y condiciones.
El superregulador que preside José María Marín Quemada podría prohibirla directamente o autorizarla sin condición alguna, pero ningún experto del sector ni los propios implicados en el proceso da un duro por ninguna de estas dos opciones.
La que permitirá que la operación salga adelante, según las fuentes del sector consultadas, será la de la
autorización con condiciones que permita que haya competencia en un mercado del que el nuevo gigante de la TV de pago tendrá el dominio cuasi absoluto. Tal y como está diseñada ahora mismo la concentración, Movistar TV y Canal+ coparían el 82% del mercado por ingresos y el 62% por número de clientes.
Con estos mimbres, los servicios técnicos de la CNMC determinarían que no hay competencia de mercado. Ante esta situación, los expertos consideran que la opción más probable es que
Telefónica ofrezca, motu proprio, "compromisos" previos como gesto de buena voluntad antes de que la CNMC se los imponga. Estos "compromisos" pasarían por ofrecer la apertura de algunos contenidos premium de las plataformas de pago a precios competitivos para que sus competidores los puedan revender a sus clientes en igualdad de condiciones.
Entre los contenidos top que se podrían abrir a terceros estarían el deporte (fútbol, Fórmula 1, motociclismo, tenis…), cine y series de televisión, que ahora ofrecen en exclusiva, según el caso, Movistar TV o Canal+.
Vodafone y Orange, dos de los grandes competidores de Telefónica, han pedido la prohibición de la operación de compra, pero sabedores de que esta opción es bastante improbable, han exigido que la CNMC sea implacable y obligue al nuevo gigante de la TV a ofrecer sus contenidos premium para que puedan competir por el mercado en condiciones de igualdad.
Pero, por ahora, Telefónica no está dispuesta a mover ficha, a la espera de que el proceso de análisis de la operación se inicie. El grupo que preside
César Alierta ha conseguido
traerse de Bruselas a España la investigación y supervisión de esta operación de concentración. Telefónica solicitó a la Comisión Europea que fuera la CNMC la que analizase la operación y el Ejecutivo comunitario ha aceptado la propuesta y ha reenviado el expediente al superregulador español.
Ahora se abre un periodo que podría rondar los cuatro meses, como este mismo martes confirmó el propio Marín Quemada. La CNMC analizará en segunda fase la operación, es decir, será una autorización con condiciones. Éstas las puede imponer la CNMC, pero también las puede "sugerir", como señala el presidente del regulador, mientras que la compañía puede, por su parte, adelantarse y presentar sus compromisos o propuestas. Posteriormente, en el tradicional tira y afloja entre la empresa y los servicios técnicos de la autoridad reguladora, ésta última acabaría fijando unas condiciones finales para evitar que el nuevo gigante controle una cuota de mercado tan alta.
En paralelo,
el regulador tendrá en cuenta las alegaciones de los competidores y partes interesadas para tomar esa decisión final.
Desde el grupo Telefónica se insiste en que "el mercado de la televisión de pago en España está aún por desarrollar". Hay mucho camino por recorrer y "todos los operadores del mercado, y no sólo Telefónica, tendrían que invertir para hacerse con contenidos y ser competitivos", señalan fuentes cercanas a la operadora.
Al ser un mercado tan pequeño (Movistar TV y Canal+ sumarían unos tres millones de clientes, en un país con más de 46 millones de habitantes), Telefónica considera que la competencia pasaría por que todos los operadores invirtieran para desarrollar y conseguir nuevos contenidos. "Vodafone ha comprado ONO y ya dispone también de contenidos propios de TV de pago", señalan las fuentes.
El presidente de la CNMC, por su parte, se ha mostrado partidario de acelerar, en lo posible, el análisis del expediente que abrirá a la operación, al ser de gran importancia: "Queremos resolver esto en el mínimo tiempo posible. Creemos que el factor tiempo, para esta u otras operaciones estratégicas, es fundamental para las empresas, la economía del país y seguridad jurídica de España". "Es un proceso que tiene sus plazos, sus normas y está perfectamente reglado", ha indicado Marín, quien ha recordado que las ofertas convergentes son resultado de la evolución natural del sector.
El consejero delegado de Vodafone, Antonio Coimbra, pidió este martes que
la CNMC sea "implacable" a la hora de analizar la operación e imponga las garantías necesarias para conseguir que haya competencia real.