Terrence Malick

A ver mamones, si, me refiero a esa dualidad de la protagonista, donde no queda claro si es una zorra o un ángel, de quien está enamorada realmente, si son hermanos o no, etc.
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me refiero a esa dualidad de la protagonista, donde no queda claro si es una zorra o un ángel

Es ambas cosas, sino no tendría entidad como personaje.

de quien está enamorada realmente

Del dinero.

si son hermanos o no

Creo que queda clarito desde el principio que no lo son, vuelve a escuchar sino la narración de la niña en el comienzo.


Un saludete
 
Días del cielo

Segundo largometraje de Malick, cuento cinematográfico absolutamente arrebatador, con el inconfundible estilo del misterioso cineasta del sombrero. Drama romántico, historia de pasiones humanas, amor, celos, traición... en el marco de una naturaleza omnipresente, que determina las vidas de unos seres insignificantes ante la majestuosidad del paisaje y el ciclo inmutable de las estaciones. Un triángulo sentimental se establece entre dos jóvenes errantes y enamorados que guardan un secreto, y un adinerado terrateniente cuyo poder no mitiga su soledad. Entre medias, la voz en off de una niña que recuerda. Dios y el diablo detrás de todo, una parte de bien y otra de mal en cada uno de nosotros. Las buenas intenciones acarrean consecuencias insospechadas y fatales, en forma de plaga de langostas (impresionante escena) que convierte el paraíso celestial en un inferno de llamas purificadoras. Todo ello más sugerido que otra cosa, sin sacar conclusiones concretas.

Sobre todo durante su primera parte, la película es un retrato lento y meticuloso de un tiempo y un país. De una forma de vida y de una época difícil, presidida por la miseria y el hambre, también por los sueños de una existencia mejor. La banda sonora de Morricone, de un enorme lirismo e inseparable del apartado visual. El famoso trabajo fotográfico de Néstor Almendros, eligiéndose las horas precisas para rodar, de una calidad impresionante y casi pictórica. Como director de orquesta, un creador dotado de una sensibilidad única como es Malick, sacándole el máximo partido al entorno y consiguiendo unas imágenes irrepetibles, poesía en estado puro. ¿Falta de ritmillo? Probablemente, al ser un relato narrado como a retazos y con un montaje un tanto brusco. Dos cosas: créditos iniciales en blanco y negro a modo de introducción (con “El carnaval de los animales” de Saint-Saens) y la visita del circo, como de realismo mágico.

En mi humilde opinión, una obra maestra.
 
Malas tierras

Tal vez el principal mérito (entre los muchos que tiene) del primer largometraje de Malick sea su capacidad para contar una historia que es pura crónica negra como si de una mágica y misteriosa fábula se tratase. Dos adolescentes huyen, él es una especie de psicópata inestable y dominante, ella es una tonta que va a donde la lleven, debatiéndose entre el temor y la fascinación hacia su rebelde sin causa de gatillo fácil. Sin justificación romántica que valga (no está nada claro que haya amor), en el fondo son dos críos que no saben muy bien lo que hacen, tan solo saben que comparten un mismo destino en su búsqueda imposible del paraíso. Más que una crítica a la hipocresía y la admiración hacia los criminales famosos, creo que el final pretende mantener esa ambigüedad en torno a los héroes/villanos de la función, sin que podamos llegar a juzgarles de manera definitiva.

Cuando se habla del tío del sombrero siempre se habla de “poesía” en sus imágenes, y ya desde el principio de su trayectoria se hace patente esa obsesión por la naturaleza, marco insustituible de las andanzas de sus personajes, inmersos en ella. Pero no es una poesía forzada o artificial, sino que surge a partir de lo real, de un tiempo y un lugar concretos; en este caso, la América rural del medio oeste, años 50. La mano maestra tras encuadres, fotografía y montaje, el original empleo de la voz en off y de la música de Carl Orff, la manera de integrar pequeños elementos visuales en el relato (el globo elevándose, el tren en la lejanía, las fotos de archivo...) junto con escenas de enorme belleza en sí mismas (el incendio, el baile...), todo ello desde luego no se esperaría de un director principiante.

Una joyaza setentera, para revisionarla y seguir creyendo en la magia del cine.
 
La delgada línea roja

Malick reflexiona una vez más sobre la relación entre el hombre, dios y la naturaleza, sobre los horrores de la guerra y el enfrentamiento entre el bien y el mal; una dualidad que recorre la película de principio a fin (gente muriendo, pasándolas muy putas, pero también muchas imágenes del entorno natural, imbuidas de indescriptible misticismo malickiano). Si Dios no es más que el misterio último de la creación, de una totalidad armónica, idílica, de donde todos venidos y donde todos regresamos... la angustiosa pregunta por el origen del mal, de ese mal que aniquila una suerte de inocencia originaria del ser humano, carece de respuesta. El enfoque coral, sin un protagonista claro, donde los personajes son más bien estereotipos que representan distintas posturas frente al conflicto, carece por supuesto de cualquier discurso épico, patriótico o moral... en realidad, es Guadalcanal como podría ser cualquier otro escenario bélico. Lo más interesante es ver cómo Malick juega con todo ello, combinando imágenes, sonidos y texto.

Sin embargo, y ahora viene lo negativo, el metraje me parece a todas luces excesivo, el tramo final me parece un coitus interruptus brutal, con esa última escaramuza que no aporta nada porque ya lo hemos visto antes, con esa sucesión de finales que ni El retorno del rey... ahí desconecto porque veo a un director demasiado ebrio de sí mismo, o que todavía no logra cuajar el relato convencional con lo propio del cine más experimental que hace ahora. Y es una putada, porque los momentos de emoción pura abundan (los flaskbachs del soldado, o el final con la plantita, sin ir más lejos), con ese score zimmeriano además, y las batallas posiblemente sean de lo mejor jamás rodado dentro del género (acojonante lo que logra ese montaje rápido y esa planificación, con la cámara prácticamente volando). Son cosas que siempre han estado ahí en el cine de este señor, pero que resultan particularmente dolorosas cuando todo lo demás brilla a tanto nivel.

Gran espectáculo visual y sonoro, delicado lirismo, inquietud filosófica... puro Malick, en resumidas cuentas, con todo lo bueno que tiene y con lo menos bueno también.
 
Última edición:
Malick se saca la polla, se mea en Saving Private Ryan, y vuelve a casa silbando.

Everything is right with the world.
 
Sigo teniendo problemas con esa película, en concreto con su collage de personajes y la forma de plantearlo, pero qué bonita de ver es. De la nueva etapa pre-TREE es la menos redonda, eso sí.

y Sorelio ANTISEMITA, claro
 
Sigo teniendo problemas con esa película, en concreto con su collage de personajes y la forma de plantearlo, pero qué bonita de ver es. De la nueva etapa pre-TREE es la menos redonda, eso sí.

Pues a mí es la que más me funciona de las "modernas", quizás porque la guerra es el tema que se ajusta más a su manera caótica de concebir las películas.
 
Joder, es que aparte del Journey to the line, -quemadísimo si, PERO...- está la maravilla de...



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Pillo sitio.

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