Re: MALICK
El cine es un arte extraordinario. Cuando eres escritor, estás tú y la página en blanco. Si eres pintor, el lienzo, y si músico, un pentagrama y, quien sabe, hasta un piano. Hay veces que tienes una colaboración, como es el caso de el comic, donde pueden, pero no necesitan ser, entintador, rotulador, colorista, dibujante y guionista, una misma persona. O el musical, donde puedes juntar a una retahila de genios como Leonard Bernstein, Jeromme Robbins, Stephen Sondheim, Arthur Laurents y sacar todo un West Side Story, y no hablo ahora de la pelicula.
Lo que quiero decir es que cuando estás solo dependes muchísimo de ti mismo. Si eres un escritor medicocre, es muy difícil que consigas hacer nada que no sea mediocre. Es cierto, ocasionalemente, quien sabe los motivos, aunque como en todo abundan als teorias, unas más inteligentes que otras, unas más inventivas, un escritor mediocre escribió un libro sublime, un pintor vulgar hizo vida soberbia con sus pinceles, o un múisco rutinario creó la más extraordinaria de la ssinfonias, todo ello para volver a sus acostumbradas calidades, o falta de caluidades debería decirse, al punto y al instante.
Sin embargo, cuanto mayor es la colaboración, y mayor el talento involucrado, a pesar de la necesidad de una mano que guíe, las oportunidaes para que una serie de personas mediocres nos sorprendan es mayor, puesto que siempre pueden encontarse con una colaboración sublime, un control o indicación perfecto, un material ajeno que ellos mismos jamás podrían crear, pero que es excactamente el necesitado para que la parte más virtuosa de un talento pequeño explote en su mejor vertiente. A veces, los talentos se pueden complementar, y de uno ínfimo, nacer sin embargo algo inmenso.
El cine es un arte de tan colosal colaboración, aunque siempre bajo la batuta de una vsiión que unifique las partes en un todo coherente y personal, algo raramente conseguible en grupo, que no es difícil a veces sorprenderse ante la gracia de una revelación extreaordinaria. Lo mismo podría decirse, si hemos de ser sinceros, de la falta de calidad; por muy ojo a vizor que tenga la inteligencia y el genio un autor o autora, a veces el mar que lo circundaes traicionero en su mácula.
No suelo esperar de un bajo escritor obras altas, o de un pintor nefasto un color brillante, aunque siempre mantengo mi propio ojo bien avizor,a fin de no cerrar puertas que lleven a inesperadas landas de inexploradas bellezas. Pero si me dicta la experiencia que en el cine esas pequeñas joyas de lo inesperado son mucho más frecuentes, y por ello trato de, a pesar de admitir las posibilidades más plausibles que esa misma experiencia me ha dictado, esperar lo inesperado, manter una sospecha, pero acallar el ladrido de la confirmación.
Veo pues peligroso renegar de un autor, de un actor, un guionista, cualquier artífice del arte cinemátografico, por sistema. Incluos el peor de los directores, escritores, o actores, pueden parecer un Kubrick, un Schulberg o un Olivier el día menos pensado ¿no estamos acaso acostumbrados a que un Brando parecza un Keanua a veces? La decepción debería ser siempre ligera, jamás total, pues esa viene a ser la decepción de los poco preparados, y a ese tipo de error solo tienen derecho... los enamorados.