Un completo desastre. Nolan hundiendo su saga en el fango de una manera realmente bochornosa (y eso que empezó bien con Batman Begins), con los vicios de TDK multiplicándose por mil en lo que pretende ser otra gran y compleja obra moral, o qué se yo, con las mismas ansias de trascendencia barata que se han convertido en el sello indiscutible del director. La calamidad resultante es más de lo mismo, más hinchada, más megalómana y por tanto ridícula, casi tres horas de ruido, furia y palabrería vacua que no llevan a ninguna parte, para contarnos una trama de opereta en la que Batman se enfrenta a un villano con un plan cada vez más demencial. Los innumerables agujeros de guión se deben fundamentalmente a que Nolan tiene A, le interesa llegar a B, no sabe cómo hacerlo y recurre a situaciones forzadas y sin sentido, saltándose el paso lógico de un punto a otro (luego el espectador tiene que adivinar las cosas por ciencia infusa). Eso sí, que no falten las explicaciones en voz alta para que hasta el más tonto lo pille…
El caso es que no importa lo que sobre el papel pudiera haber tenido su interés, ya se encarga Nolan de arruinarlo. Historia pésimamente narrada, sentido del ritmo nulo, inexistente sensación de paso del tiempo, elipsis locas y arbitrarias… como siempre, todo se limita al bombardeo constante de acción y a una sucesión de escenas inconexas, pasando de una cosa a otra sin ton ni son, sin pararse ni profundizar en nada, mientras los personajes sueltan frases y monologan para la posteridad. Aquí la empanada mental de Chris es tan grande que ni siquiera cuadran los tonos, introduciéndonos un rollo político-social como de Verhoeven (pero tomándoselo en serio), el tema de la secta y del héroe introspectivo como continuación de la primera parte, y por si no tuviéramos suficiente, una especie de culebrón sacado de Las mil y una noches. Muy coherente todo, desde luego.
Lo único bueno que puedo decir es que parece mejor dirigida que otras veces, no sé si porque este hombre va aprendiendo o qué, pero al menos en las peleas se entera uno de algo. Lo demás son personajes sin alma, ni entidad, ni desarrollo (secundarios como Caine y Freeman a cobrar el cheque, especialmente sangrante el ridículo que hace el primero con sus pucheros). Catwoman está por estar. El tal Bane, un villano cutrísimo (su acento gallego no es que ayude), con un final, por decirlo suavemente, indigno. Y el desenlace sólo se puede entender como un gran guiño a Adam West con la bomba de un lado para otro.
El caso es que los malos son “indignados”, obreros y presos fugados, los buenos son la policía y los curas, y la población es una masa ignorante y temerosa en manos de la demagogia más siniestra y desestabilizadora. Pero esto es casi lo de menos visto el percal, el pretendido realismo, humanismo, etc. termina siendo todo lo contrario (es decir, autismo emocional y falta de rigor en todo), y la película se queda en una mezcla de ideas sueltas que no van a ningún lado. Supongo que como ocurren muchas cosas, hablan mucho y nos martillean con música de principio a fin se supone que es buena, que es algo, pero que nadie se engañe… TDKR es la puta nada.
) cada día alguno de los mayores peros habituales me gusta más, de hecho Bane me empieza a gusta más aún que Ledger.. aunque las "resoluciones" argumentales de más de un personaje sean demasiado apresuradas.
