La adaptacion moderna tiene su gracia porque cuando la gente leía sus aventuras originariamente era de una modernidad urbanita apabullante y completamente revolucionaria. Holmes era NUEVO, tan nuevo y moderno que creó escuela. Pero las calles de Londres, la cultura, el punto de vista... Todo pertenecía al AHORA. Por eso siempre es bueno para mi al menos que se intenten adaptaciones contemporaneas (no olvidemos que la mayoría de las veneradas de Rathbone ya lo eran) para aprovechar esa modernidad que ebulle del estilo de Conan Doyle y que se acaba convirtiendo a veces en un acto de nostalgia por una era pasada que es completamente contraria a un autor que tanto en Sherlock como fuera de él era un innovador lleno de vitalidad y pulsiones casi subversivas para la época. El propio Holmes está lleno de crítica social y comentarios sobre las injusticias y prejuicios de índole clasistas y sociales, tan lleno de pobre nobles y ricos y aristocratas cabrones como de ricos nobles y pobres aprovechados y deleznables. Lo peor que le puede pasar a Doyle es quedar como pieza de museo.
Por otro lado Holmes es tan moderno para su época, que la sangre victoriana forma parte de la esencia misma de su personaje, así que si, hay motivos para celebrar tanto la constante revitalización actualizadora de sus adaptaciones como las fieles representaciones puras de su naturaleza. Ambas nos regalan aspectos fundamentales del personaje que la otra no puede, así que me parece de lo más normal que se nos haga el culo pepsi boom zero cuando una gran adaptacion con grandes actores nos da las dos cosas, porque potencialmente podemos acabar con un Sherlock aún más completo y rico.