"THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
- Autor Atreyub
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Trelkovsky
Anti-netflix
Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
Trelkovsky
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Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
Pues la acabo de ojear y las capturas prometían mejor calidad de la que tiene, yo paso.
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Miguel_Angel
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Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
Acabo de venir del cine de ver The Place Beyond The Pines y todavía estoy en shock.
Es tan impresionante y está tan bién hilada (excepto en un par de cosas que se le perdonan) que debe ser la mejor película que he visto en lo que llevo de año.
Un guión de los que hacen historia y unos actores en estado de gracia que demuestran que cuando se les dirige bien y hay una historia solida detrás, son perfectos.
Tiene un tempo súper pausado pero es el ritmo perfecto para contar una historia inter - generacional que hara que mucha gente vuelva a creer que el cine comienza por tener algo que contar en vez de usar solo fuegos artificiales y robots gigantes.
Un saludo.
Acabo de venir del cine de ver The Place Beyond The Pines y todavía estoy en shock.
Es tan impresionante y está tan bién hilada (excepto en un par de cosas que se le perdonan) que debe ser la mejor película que he visto en lo que llevo de año.
Un guión de los que hacen historia y unos actores en estado de gracia que demuestran que cuando se les dirige bien y hay una historia solida detrás, son perfectos.
Tiene un tempo súper pausado pero es el ritmo perfecto para contar una historia inter - generacional que hara que mucha gente vuelva a creer que el cine comienza por tener algo que contar en vez de usar solo fuegos artificiales y robots gigantes.
Un saludo.
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Serás...
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Brando
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Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
retrasada hasta Septiembre
http://www.facebook.com/Tripictures/posts/10152823602975367
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Christian Troy
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Elliott
Desconozco
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aqui se titulara EN EL QUINTO PINO
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Whedon Boy
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Atreyub
En busca y captura
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Mañana os lo cuento todo pero es una pasada. Buena es poco y deja poso. Grande como ella sola. Uf.
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Max Renn
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Yo también la he visto. Y está bastante bien: el efecto dominó de actos que traen consecuencias y que generan, a su vez, otros actos futuros; familias desestructuradas; vidas cruzadas; herencias ineludibles; culpas sin fecha de caducidad; cierre de un ciclo para comenzar otro... De ritmo sosegado pero sostenido (sus más de 2 horas no pesan en absoluto), con actores realmente notables y un guión que, estructurado en tres partes, oculta algún que otro puñetazo inesperado, y me refiero principalmente al trompazo que convulsiona la película hasta el punto de desplegarse otra historia (enlazada)... y luego otra. Es la primera parte la que planta la semilla y la que supera en interés al resto, de modo que quizá el problema de la película sea que el primer tercio resulte más doloroso y enérgico que lo que viene después.
Además, Cianfrance abandona las formas indies y algo desaliñadas de "Blue Valentine" para demostrar, aquí, que no es ningún manco a la hora de plantear una puesta en escena un tanto más... sofisticada, por así decir, a lo que contribuye una estupenda fotografía.
Para los fans de Gosling, decir que su personaje tiene algún ligero parentesco con Driver por lo que se refiere a su pasado sólo insinuado, a su magistral especialización en la conducción/pilotaje o a su lado humano en pugna con una pulsión violenta. Y es que el tío vuelve a partir la pana por presencia, por silencio, por gestualidad mínima y por un magnetismo absolutamente seductor que combina dureza con dulzura, momentos de efímera felicidad con una existencia perdida, condenada a lo trágico.
Yo también la he visto. Y está bastante bien: el efecto dominó de actos que traen consecuencias y que generan, a su vez, otros actos futuros; familias desestructuradas; vidas cruzadas; herencias ineludibles; culpas sin fecha de caducidad; cierre de un ciclo para comenzar otro... De ritmo sosegado pero sostenido (sus más de 2 horas no pesan en absoluto), con actores realmente notables y un guión que, estructurado en tres partes, oculta algún que otro puñetazo inesperado, y me refiero principalmente al trompazo que convulsiona la película hasta el punto de desplegarse otra historia (enlazada)... y luego otra. Es la primera parte la que planta la semilla y la que supera en interés al resto, de modo que quizá el problema de la película sea que el primer tercio resulte más doloroso y enérgico que lo que viene después.
Además, Cianfrance abandona las formas indies y algo desaliñadas de "Blue Valentine" para demostrar, aquí, que no es ningún manco a la hora de plantear una puesta en escena un tanto más... sofisticada, por así decir, a lo que contribuye una estupenda fotografía.
Para los fans de Gosling, decir que su personaje tiene algún ligero parentesco con Driver por lo que se refiere a su pasado sólo insinuado, a su magistral especialización en la conducción/pilotaje o a su lado humano en pugna con una pulsión violenta. Y es que el tío vuelve a partir la pana por presencia, por silencio, por gestualidad mínima y por un magnetismo absolutamente seductor que combina dureza con dulzura, momentos de efímera felicidad con una existencia perdida, condenada a lo trágico.
Atreyub
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Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
Max, qué bien la describes y qué bien lo expones, gachón. Grande. Porque es así, tal cual.
Max, qué bien la describes y qué bien lo expones, gachón. Grande. Porque es así, tal cual.
Atreyub
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Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
- con spoilers, abstenerse por favor quien no la haya visto aún (gracias) -
(The Place Beyond the Pines, Derek Cianfrance, 2012)
El pasado a lomos de una moto
En uno de los momentos álgidos uno de los personajes le espeta a Gosling el tagline del poster que en un principio pudo provocar cierta reticencia por su impostado coolismo ("si conduces como un rayo te estrellarás como un trueno"). Vista en su totalidad no hay mayor verdad en esa frase. Dividida en tres partes bien diferenciadas pero con el nexo de unión bien establecido como es que el pasado sigue su curso y en los genes está la transmisión de ciertos carácteres o ciertas resoluciones aunque los hijos no compartan vida o escena con sus padres "Cruce de caminos" es eso, en toda su amplitud y profundidad. La primera es la que todo el mundo conoce y tuvo el gusto de presenciar en el trailer: la vida desestructurada de Gosling, el protagonista de esta sección, quien al descubrir que es padre dejará su trabajo en la feria como motorista en una de las funciones más llamativas y se dedicará, con la ayuda de un mecánico, al robo continuado de bancos para poder mantener y darle un futuro (efímero) a su hijo con la fatídica repercusión y resolución que conlleva una vida tan drástica, adrenalítica y a su vez tan extrema.
Gosling, por desgracia, queriendo o sin querer, es un looser, alguien que intenta arreglar su vida y la de su hijo, la de su ex (Eva Mendes ofreciendo un rol muy acertado, la cual vive ahora con otro hombre que en sí le da una vida estable y más tranquila, más segura). Gosling, una especie del hermano bala perdida del personaje de Drive, vive al límite aunque intente llevar una vida (supuestamente) normal. Anclado en el pasado y sin ser precavido para el futuro bebe la vida como si fuese un momento, el instante, el aquí y el ahora, aunque sus intenciones sean formar la familia que pudo ser y no fue como bien expone la escena de la cuna o el momento donde se derrumba en lágrimas ante el bautismo de su hijo, relegado a un segundo plano, esforzándose por aferrarse a ese pequeño hilo conectado a una vida que no es suya y que por más que lo intente jamás podrá disfrutarla.
Derek Cianfrance, esta primera parte, utiliza un tono más pausado, únicamente roto por estallidos de tensión ante los momentos de los robos, donde la exposición más estética no es necesaria y recurre más al tono de cine verité, como si lo que contemplamos sucediera realmente, al igual que en las persecuciones, donde todo está rodado casi en primera persona, con la cámara dentro del coche de policía persiguiendo a Gosling. Siempre de espaldas porque así es como se nos presenta, dándole poca importancia a un futuro, siendo más importante el momento inmediato. Y eso es lo que me maravilla de "Cruce de caminos". Porque el punto final, tanto de esta historia como del personaje de Ryan y la relación con su familia tiene fin en una resolutiva totalmente impactante y sorprendente por como devienen los acontecimientos de la segunda parte con la aparición del personaje de Cooper y a su vez se da paso a una nueva historia.
El presente pendiente de estrechar la mano
Si la primera parte jugaba con el género del drama el segundo tramo se adentra por completo en el thriller policial, pero de una forma más sutil o menos expuesta que en otras películas similares. Pues Cianfrance expone la ambigüedad y el juego moral de lo que conlleva la policía corrupta, encabezada por un Ray Liotta perfecto, sin importarle ni un ápice acabar robando lo que robó Gosling en su momento e invadir la propiedad privada de la casa de Mendes (uno de los mejores momentos de toda la película, gracias a una exposición ausente de maniqueísmo y jugando con el tono de los grandes filmes al respecto). A partir de aquí el personaje de Cooper se torna el personaje principal de todo el metraje y acaba jugando un papel fundamental. Viendo que no es oro todo lo que reluce y que la (supuesta) bondad de un agente a lo Serpico, que no se doblega ni se deja comprar tiene un plan de alcance mayor sin importar a quien pisar por tal de conseguir ese objetivo.
Esta parte vuelve a jugar con un tono acomodado, no tan frenético como pudiera parecer pero desde luego es vital para comprender el devenir de lo que está por llegar. Imprescindibles los momentos donde padre e hijo comparten plano y los consejos que sirven simplemente para encauzar su viaje hacia la política y sin reparar en lo que puede perder como es el caso de su esposa al separarse de ella y destruir la vida de su hijo al no propiciarle la atención requerida. La otra cara de la moneda de Gosling, quien descubre que tiene una familia y procura enmendar su error aunque sea tarde. Aparte que el suspense, aunque sea a cuentagotas y en un metraje más espaciado, tiene acto de presencia como el momento donde a Cooper le piden que le devuelva el favor o la llegada al bosque, apartado del camino principal.
El futuro a lomos de la moto del pasado
Claro está 2 horas y media casi es un metraje extenso pero el director juega sobreseguro pues sus dotes como tal son excelentes. En ningún momento se hace pesada ni en ningún momento decae a pesar de que puede llegar a parecer que conste de algo de arritmia cuando todo está al servicio, encauzado y enfocado hacia el tramo final, el que demuestra que el título (en español) tenía toda la razón de ser y como si de una caja de muñecas rusa se tratase cada episodio encierra un motivo para comprender el porqué del siguiente. Como indicaba al principio el pasado siempre aparece, no importa lo mucho que uno se esfuerce en dejarlo atrás acaba por salir a la superficie. En este caso a través de los genes. Los hijos de Gosling y Cooper formarán parte del último apartado, el más importante y el que decide si se puede pasar página o estamos obligados a repetir una y otra vez los errores cometidos por nuestros antepasados, en este caso los padres.
Dane DeHaan como el hijo de Gosling (un actor a tener en cuenta para el futuro por sus buenas dotes interpretativas aunque pueda parecer encasillado en el rol de chico asocial, retraído y poco amistoso) y Emory Cohen como el hijo de Cooper, por esas coincidencias del destino se darán cita en un mismo lugar: el instituto y debido a no contar con un padre que los guíe (el uno por muerto y el otro por estar más preocupado por su vida política que familiar) acabarán en un camino casi de autodestrucción, casi siguiendo los pasos de los que ya no están. Impresionante como DeHaan descubre quien es quien, como descubre quien fue su padre y como decide acabar convirtiéndose en un clon de lo que él fue. El plano del bosque con Cooper arrodillado es uno de los mejores de toda la película y como la decisión final, con la moto como elemento de conexión y símbolo de un viaje que a su vez es un punto de partida demuestran que hay esperanzas al final.
- con spoilers, abstenerse por favor quien no la haya visto aún (gracias) -
(The Place Beyond the Pines, Derek Cianfrance, 2012)
El pasado a lomos de una moto
En uno de los momentos álgidos uno de los personajes le espeta a Gosling el tagline del poster que en un principio pudo provocar cierta reticencia por su impostado coolismo ("si conduces como un rayo te estrellarás como un trueno"). Vista en su totalidad no hay mayor verdad en esa frase. Dividida en tres partes bien diferenciadas pero con el nexo de unión bien establecido como es que el pasado sigue su curso y en los genes está la transmisión de ciertos carácteres o ciertas resoluciones aunque los hijos no compartan vida o escena con sus padres "Cruce de caminos" es eso, en toda su amplitud y profundidad. La primera es la que todo el mundo conoce y tuvo el gusto de presenciar en el trailer: la vida desestructurada de Gosling, el protagonista de esta sección, quien al descubrir que es padre dejará su trabajo en la feria como motorista en una de las funciones más llamativas y se dedicará, con la ayuda de un mecánico, al robo continuado de bancos para poder mantener y darle un futuro (efímero) a su hijo con la fatídica repercusión y resolución que conlleva una vida tan drástica, adrenalítica y a su vez tan extrema.
Gosling, por desgracia, queriendo o sin querer, es un looser, alguien que intenta arreglar su vida y la de su hijo, la de su ex (Eva Mendes ofreciendo un rol muy acertado, la cual vive ahora con otro hombre que en sí le da una vida estable y más tranquila, más segura). Gosling, una especie del hermano bala perdida del personaje de Drive, vive al límite aunque intente llevar una vida (supuestamente) normal. Anclado en el pasado y sin ser precavido para el futuro bebe la vida como si fuese un momento, el instante, el aquí y el ahora, aunque sus intenciones sean formar la familia que pudo ser y no fue como bien expone la escena de la cuna o el momento donde se derrumba en lágrimas ante el bautismo de su hijo, relegado a un segundo plano, esforzándose por aferrarse a ese pequeño hilo conectado a una vida que no es suya y que por más que lo intente jamás podrá disfrutarla.
Derek Cianfrance, esta primera parte, utiliza un tono más pausado, únicamente roto por estallidos de tensión ante los momentos de los robos, donde la exposición más estética no es necesaria y recurre más al tono de cine verité, como si lo que contemplamos sucediera realmente, al igual que en las persecuciones, donde todo está rodado casi en primera persona, con la cámara dentro del coche de policía persiguiendo a Gosling. Siempre de espaldas porque así es como se nos presenta, dándole poca importancia a un futuro, siendo más importante el momento inmediato. Y eso es lo que me maravilla de "Cruce de caminos". Porque el punto final, tanto de esta historia como del personaje de Ryan y la relación con su familia tiene fin en una resolutiva totalmente impactante y sorprendente por como devienen los acontecimientos de la segunda parte con la aparición del personaje de Cooper y a su vez se da paso a una nueva historia.
El presente pendiente de estrechar la mano
Si la primera parte jugaba con el género del drama el segundo tramo se adentra por completo en el thriller policial, pero de una forma más sutil o menos expuesta que en otras películas similares. Pues Cianfrance expone la ambigüedad y el juego moral de lo que conlleva la policía corrupta, encabezada por un Ray Liotta perfecto, sin importarle ni un ápice acabar robando lo que robó Gosling en su momento e invadir la propiedad privada de la casa de Mendes (uno de los mejores momentos de toda la película, gracias a una exposición ausente de maniqueísmo y jugando con el tono de los grandes filmes al respecto). A partir de aquí el personaje de Cooper se torna el personaje principal de todo el metraje y acaba jugando un papel fundamental. Viendo que no es oro todo lo que reluce y que la (supuesta) bondad de un agente a lo Serpico, que no se doblega ni se deja comprar tiene un plan de alcance mayor sin importar a quien pisar por tal de conseguir ese objetivo.
Esta parte vuelve a jugar con un tono acomodado, no tan frenético como pudiera parecer pero desde luego es vital para comprender el devenir de lo que está por llegar. Imprescindibles los momentos donde padre e hijo comparten plano y los consejos que sirven simplemente para encauzar su viaje hacia la política y sin reparar en lo que puede perder como es el caso de su esposa al separarse de ella y destruir la vida de su hijo al no propiciarle la atención requerida. La otra cara de la moneda de Gosling, quien descubre que tiene una familia y procura enmendar su error aunque sea tarde. Aparte que el suspense, aunque sea a cuentagotas y en un metraje más espaciado, tiene acto de presencia como el momento donde a Cooper le piden que le devuelva el favor o la llegada al bosque, apartado del camino principal.
El futuro a lomos de la moto del pasado
Claro está 2 horas y media casi es un metraje extenso pero el director juega sobreseguro pues sus dotes como tal son excelentes. En ningún momento se hace pesada ni en ningún momento decae a pesar de que puede llegar a parecer que conste de algo de arritmia cuando todo está al servicio, encauzado y enfocado hacia el tramo final, el que demuestra que el título (en español) tenía toda la razón de ser y como si de una caja de muñecas rusa se tratase cada episodio encierra un motivo para comprender el porqué del siguiente. Como indicaba al principio el pasado siempre aparece, no importa lo mucho que uno se esfuerce en dejarlo atrás acaba por salir a la superficie. En este caso a través de los genes. Los hijos de Gosling y Cooper formarán parte del último apartado, el más importante y el que decide si se puede pasar página o estamos obligados a repetir una y otra vez los errores cometidos por nuestros antepasados, en este caso los padres.
Dane DeHaan como el hijo de Gosling (un actor a tener en cuenta para el futuro por sus buenas dotes interpretativas aunque pueda parecer encasillado en el rol de chico asocial, retraído y poco amistoso) y Emory Cohen como el hijo de Cooper, por esas coincidencias del destino se darán cita en un mismo lugar: el instituto y debido a no contar con un padre que los guíe (el uno por muerto y el otro por estar más preocupado por su vida política que familiar) acabarán en un camino casi de autodestrucción, casi siguiendo los pasos de los que ya no están. Impresionante como DeHaan descubre quien es quien, como descubre quien fue su padre y como decide acabar convirtiéndose en un clon de lo que él fue. El plano del bosque con Cooper arrodillado es uno de los mejores de toda la película y como la decisión final, con la moto como elemento de conexión y símbolo de un viaje que a su vez es un punto de partida demuestran que hay esperanzas al final.
Trelkovsky
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Ya en alta estepa, impacientes.
Ya en alta estepa, impacientes.
Miguel_Angel
Miembro habitual
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Emurion, con ese comentario estás fuera de mi lista de amigos, ¡que lo sepas!
¡Revisionala!
Emurion, con ese comentario estás fuera de mi lista de amigos, ¡que lo sepas!
¡Revisionala!
Atreyub
En busca y captura
Respuesta: "THE PLACE BEYOND THE PINES / CRUCE DE CAMINOS": con Ryan Gosling y Bradley Cooper
Emurion, explica algo más.
Emurion, explica algo más.
ESPÓILERES
“The Place Beyond the Pines” (Cruce de caminos, 2012), de Derek Cianfrance
Me gusta Derek Cianfrance. No he visto su primera película ni sus documentales, pero entre esa costra a punto de caerse que era Blue Valentine y la idea de este ambicioso título que la sucede es fácil pensar en un tío con ganas de hacer películas con un punto sincero y noble, diferente de su cansina horda de compatriotas “indies”. Porque parece querer de verdad a sus personajes y querer de verdad a los actores que los dan vida, permitiendo que surjan esos momentos de bendita complicidad que te dejan asintiendo con la cabeza delante de la pantalla como un imbécil.
El camino hacia lo alto es sin embargo más neblinoso cuando se sale de una película tan aclamada como Blue Valentine. Parecía un proyecto hecho con el estómago en la boca, doloroso para el director y guionista, levantado dentro de una casa con el tesón de tres jóvenes profesionales comprometidos de verdad con sus respectivas artes. Aquí Cianfrance, henchido (inevitable), decide acometer un drama épico que se extiende entre dos generaciones y múltiples temas. Y la casa se le queda pequeña, y afuera en la calle se le escapan los personajes.
El principal problema que le veo a la película es que parece nacer del personaje de Ryan Gosling, de ese motorista acrobático de pasado incierto y mirada en carámbano filoso, y ese amor por el personaje que decía se siente vibrar en su fragmento, pero este resulta ser solo el extenso punto de partida. Y que no se me entienda mal; Cianfrance tiene el atrevimiento de plantear varios saltos mortales en la narrativa de la película, el principal siendo esta estructura de tanta base para que pueda soportar lo demás y alcanzar luego hasta el personaje de su hijo, y me parece una idea muy buena. Lo malo viene a la hora de invertir el mismo cariño en escribir las otras dos partes, y en dar una visión contundente sobre los temas que se despliegan en ellas.
Así tenemos una primera parte donde Cianfrance confía tanto en la atracción de Luke que no le importa meter unas elipsis de tamaño peligroso para ser tan tempranas. La historia lo exige y los personajes dados su dibujo y su situación lo admiten. Con un par. Luke, el motorista fantasma, vuelve para pedir que se le deje ejercer de padre tras descubrir (en una escena “Es tuyo” muy peliaguda) que Romina no le dijo nada hace un año. En el momento del bautizo, observando desde la parte trasera de la iglesia, el padre mira a su hijo y a su pasado, a todo lo que Cianfrance nos ocultaba en el plano inicial, y decide emprender un camino en consecuencia hasta que el dinero fácil se cruza por medio. Prácticamente todo en este segmento desconcierta para bien, desde el conflicto presentado sin miramientos, una Eva Mendes que juega con los tiempos de forma inesperada, y un ambiente sonoro tenebroso que establece un tono en el día que recuerda a las noches de Lynch. Hay un encuentro adrenalítico en un bosque, con un plano malrrollero de los ojos de Gosling, y unos atracos bien ejecutados. Y hay, sobre todo, una persecución fantástica rodada con una sencillez que no la convertirá en hito, pero sí es digna de aplauso (lástima de plano subjetivo final acercándose a la casa, que no pintaba nada).
A partir de aquí Bradley Cooper y los premios del gremio parecen hacerse cargo de la película. Cooper me gustó mucho en Silver Linings Playbook (El lado bueno de las cosas) hasta el punto de que no habría abucheado un Oscar, pero ahora se nota que ni tiene las dotes de su compañero Gosling ni la misma química con Cianfrance, y no consigue brillar en su primer papel dramático jugoso. Tampoco ayuda que sea el protagonista del segmento más disperso, más indeciso. Este empieza tratando la angustia del héroe, entra en escena la corrupción de sus compañeros, el dinero fácil, el sentimiento de culpa por el asesinato, por el crío huérfano, los caminos de la justicia… y todo se hace con detenimiento pero sin sutileza (hay diálogos horribles como el del hospital o el de la psicóloga) y sin decisión. Todo se toca para tocar de todo pero sin profundizar demasiado, hasta el punto en que me pregunto seriamente qué quiere contarnos Cianfrance, o si quiere contarnos algo, puesto que está claro que esta película busca por todos los medios contar.
Y esto llega en la parte final, a la que quería llegar el director desde ese bautizo horriblemente musicado: la relación paternofilial que es mucho más que sangre, el amor por el progenitor arrancado que sabes que te quería y que te cuidaba, las pulsiones atávicas. Ahora la historia de amistad sí tiene un pathos que se respira a bocanadas cortas, y la reacción de venganza en la cabeza de ese adolescente perdido surge sin andamios de guión, apoyada en la interpretación del siempre solvente Dane DeHaan. No puedo decir lo mismo del error que interpreta al hijo de Cooper, incapaz de aportar nada a un personaje de por sí pobre y antipático.
The Place Beyond the Pines parece ser el sitio para ajustar cuentas de los personajes y de su creador. A partir de ahora Cianfrance deberá decidir qué hacer con sus ambiciones, si sacarlas adelante con el nervio en la mano, sin el miedo a los retos que ha impulsado este proyecto; o depurar imperfecciones y ofrecer un cine de más cohesión, siempre que se pueda mantener el tacto para que los actores duerman con sus personajes y para que la cámara abrace lo que se le ponga delante. Todo eso tan fácil.
Nota: a pesar de la ineptitud y vagancia de los trabajadores de Tripictures, incapaces de dar con un título mejor que el del hipermercado francés, y de estrenarla antes de que saliesen copias pirata de muy buena calidad, creo que por la escala del drama y por la fotografía de Sean Bobbitt merece verse en cine. Espero que podáis aguantar unos meses, si la estábais esperando.
“The Place Beyond the Pines” (Cruce de caminos, 2012), de Derek Cianfrance
Me gusta Derek Cianfrance. No he visto su primera película ni sus documentales, pero entre esa costra a punto de caerse que era Blue Valentine y la idea de este ambicioso título que la sucede es fácil pensar en un tío con ganas de hacer películas con un punto sincero y noble, diferente de su cansina horda de compatriotas “indies”. Porque parece querer de verdad a sus personajes y querer de verdad a los actores que los dan vida, permitiendo que surjan esos momentos de bendita complicidad que te dejan asintiendo con la cabeza delante de la pantalla como un imbécil.
El camino hacia lo alto es sin embargo más neblinoso cuando se sale de una película tan aclamada como Blue Valentine. Parecía un proyecto hecho con el estómago en la boca, doloroso para el director y guionista, levantado dentro de una casa con el tesón de tres jóvenes profesionales comprometidos de verdad con sus respectivas artes. Aquí Cianfrance, henchido (inevitable), decide acometer un drama épico que se extiende entre dos generaciones y múltiples temas. Y la casa se le queda pequeña, y afuera en la calle se le escapan los personajes.
El principal problema que le veo a la película es que parece nacer del personaje de Ryan Gosling, de ese motorista acrobático de pasado incierto y mirada en carámbano filoso, y ese amor por el personaje que decía se siente vibrar en su fragmento, pero este resulta ser solo el extenso punto de partida. Y que no se me entienda mal; Cianfrance tiene el atrevimiento de plantear varios saltos mortales en la narrativa de la película, el principal siendo esta estructura de tanta base para que pueda soportar lo demás y alcanzar luego hasta el personaje de su hijo, y me parece una idea muy buena. Lo malo viene a la hora de invertir el mismo cariño en escribir las otras dos partes, y en dar una visión contundente sobre los temas que se despliegan en ellas.
Así tenemos una primera parte donde Cianfrance confía tanto en la atracción de Luke que no le importa meter unas elipsis de tamaño peligroso para ser tan tempranas. La historia lo exige y los personajes dados su dibujo y su situación lo admiten. Con un par. Luke, el motorista fantasma, vuelve para pedir que se le deje ejercer de padre tras descubrir (en una escena “Es tuyo” muy peliaguda) que Romina no le dijo nada hace un año. En el momento del bautizo, observando desde la parte trasera de la iglesia, el padre mira a su hijo y a su pasado, a todo lo que Cianfrance nos ocultaba en el plano inicial, y decide emprender un camino en consecuencia hasta que el dinero fácil se cruza por medio. Prácticamente todo en este segmento desconcierta para bien, desde el conflicto presentado sin miramientos, una Eva Mendes que juega con los tiempos de forma inesperada, y un ambiente sonoro tenebroso que establece un tono en el día que recuerda a las noches de Lynch. Hay un encuentro adrenalítico en un bosque, con un plano malrrollero de los ojos de Gosling, y unos atracos bien ejecutados. Y hay, sobre todo, una persecución fantástica rodada con una sencillez que no la convertirá en hito, pero sí es digna de aplauso (lástima de plano subjetivo final acercándose a la casa, que no pintaba nada).
A partir de aquí Bradley Cooper y los premios del gremio parecen hacerse cargo de la película. Cooper me gustó mucho en Silver Linings Playbook (El lado bueno de las cosas) hasta el punto de que no habría abucheado un Oscar, pero ahora se nota que ni tiene las dotes de su compañero Gosling ni la misma química con Cianfrance, y no consigue brillar en su primer papel dramático jugoso. Tampoco ayuda que sea el protagonista del segmento más disperso, más indeciso. Este empieza tratando la angustia del héroe, entra en escena la corrupción de sus compañeros, el dinero fácil, el sentimiento de culpa por el asesinato, por el crío huérfano, los caminos de la justicia… y todo se hace con detenimiento pero sin sutileza (hay diálogos horribles como el del hospital o el de la psicóloga) y sin decisión. Todo se toca para tocar de todo pero sin profundizar demasiado, hasta el punto en que me pregunto seriamente qué quiere contarnos Cianfrance, o si quiere contarnos algo, puesto que está claro que esta película busca por todos los medios contar.
Y esto llega en la parte final, a la que quería llegar el director desde ese bautizo horriblemente musicado: la relación paternofilial que es mucho más que sangre, el amor por el progenitor arrancado que sabes que te quería y que te cuidaba, las pulsiones atávicas. Ahora la historia de amistad sí tiene un pathos que se respira a bocanadas cortas, y la reacción de venganza en la cabeza de ese adolescente perdido surge sin andamios de guión, apoyada en la interpretación del siempre solvente Dane DeHaan. No puedo decir lo mismo del error que interpreta al hijo de Cooper, incapaz de aportar nada a un personaje de por sí pobre y antipático.
The Place Beyond the Pines parece ser el sitio para ajustar cuentas de los personajes y de su creador. A partir de ahora Cianfrance deberá decidir qué hacer con sus ambiciones, si sacarlas adelante con el nervio en la mano, sin el miedo a los retos que ha impulsado este proyecto; o depurar imperfecciones y ofrecer un cine de más cohesión, siempre que se pueda mantener el tacto para que los actores duerman con sus personajes y para que la cámara abrace lo que se le ponga delante. Todo eso tan fácil.
Nota: a pesar de la ineptitud y vagancia de los trabajadores de Tripictures, incapaces de dar con un título mejor que el del hipermercado francés, y de estrenarla antes de que saliesen copias pirata de muy buena calidad, creo que por la escala del drama y por la fotografía de Sean Bobbitt merece verse en cine. Espero que podáis aguantar unos meses, si la estábais esperando.
Dr_X
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Hablando de Tripictures, aunque no dudo que puedan estar interesados en estrenarla lo antes posible, la fecha de estreno vuelve a estar en el aire.
Por lo que han explicado en su Facebook, están intentando que venga Bradley Cooper para promocionar la película pero no tiene la agenda libre hasta septiembre. Imagino que hasta que no aclaren este tema no darán la fecha definitiva.
Por lo que han explicado en su Facebook, están intentando que venga Bradley Cooper para promocionar la película pero no tiene la agenda libre hasta septiembre. Imagino que hasta que no aclaren este tema no darán la fecha definitiva.
Miguel_Angel
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Pues Emurion, siento no estar de acuerdo contigo en dos tercios de tu crítica.
El primer segmento que has escrito acerca del personaje de Gosling es muy acertado, obviamente toda la película está supeditada a ese arranque portentoso y dramático que crea el director en la historia del motorista, donde nos cuenta con todo lujo de detalles a través de miradas, gestos, pausas y elipsis su relación con su padre, su hijo y su familia.
También nos muestra la moral que va a intentar transmitir a su hijo, que casualmente se verá truncada en el futuro.
Respecto al señor Bradley, tiene un papel muy muy dificil y bajo mi punto de vista lo desarrolla de manera realmente magistral, no solo porque evoluciona muchísimo, desde el policia pardillo y asustadizo que vemos en ese primer plano hasta el gobernador del estado X, pasando por las mentiras y corrupciones en las que se ve envuelto.
No hay que olvidar que el personaje de Bradley es un cínico total ¡y mentiroso!, aunque luego se arrepienta y decida arremeter contra el resto de su departamento, aunque ejecuta ese movimiento porque sabe que haciéndolo va a llegar donde su padre quiere; al fin y al cabo la película es la historia de las relaciones entre padres e hijos y como influyen las decisiones de los primeros en los segundos.
Definitivamente, el personaje de Bradley Copper cambia de registro cuando está con su padre en la piscina, en la secuencia siguiente vemos como planta cara al jefe de su departamento y se levanta con la mente puesta en su candidatura.
Ahí vemos por primera vez a ese político que no se va a arrugar ante nada y que dejará todo lo que le sobra para centrarse en su carrera, y lo que le sobra son, ni más ni menos, las relaciones.
Relaciones a las que temerá cuando pasemos a la siguiente fase de la película.
Consiguiendo el más dificil todavía, Derek Cianfrance da un giro de 360º para, con un par de huevos, seguir la historia con dos personajes súper súper complicados, los hijos de los dos primeros protagonistas.
Reconozcámoslo, la idea es increíble y está muy bien ejecutada. ¡Es cine, cualquier cosa puede pasar! y el encuentro fortuito de ambos es tremendamente verosímil.
Ante tamaño papelon, el de cerrar la película de una manera digna y que permanezca en la memoria, ambos jovenes lo hacen de maravilla, el hijo del motorista por ser un vivo reflejo de la juventud del mismo (o así lo veo yo) y el hijo del gobernador por ser lo que es, un niñato rico sin ningún tipo de preocupación.
No solo la película tiene un broche final perfecto si no que completa el circulo de las relaciones mostrando lo que, sin duda, podría ser el comienzo de otro nuevo motorista huerfano.
En fin, una película maravillosa que bajo mi punto de vista está totalmente hilada y que deja un buen sabor de boca y te invita a pensar mucho tiempo después de haber salido del cine.
Un saludo.
El primer segmento que has escrito acerca del personaje de Gosling es muy acertado, obviamente toda la película está supeditada a ese arranque portentoso y dramático que crea el director en la historia del motorista, donde nos cuenta con todo lujo de detalles a través de miradas, gestos, pausas y elipsis su relación con su padre, su hijo y su familia.
También nos muestra la moral que va a intentar transmitir a su hijo, que casualmente se verá truncada en el futuro.
Respecto al señor Bradley, tiene un papel muy muy dificil y bajo mi punto de vista lo desarrolla de manera realmente magistral, no solo porque evoluciona muchísimo, desde el policia pardillo y asustadizo que vemos en ese primer plano hasta el gobernador del estado X, pasando por las mentiras y corrupciones en las que se ve envuelto.
No hay que olvidar que el personaje de Bradley es un cínico total ¡y mentiroso!, aunque luego se arrepienta y decida arremeter contra el resto de su departamento, aunque ejecuta ese movimiento porque sabe que haciéndolo va a llegar donde su padre quiere; al fin y al cabo la película es la historia de las relaciones entre padres e hijos y como influyen las decisiones de los primeros en los segundos.
Definitivamente, el personaje de Bradley Copper cambia de registro cuando está con su padre en la piscina, en la secuencia siguiente vemos como planta cara al jefe de su departamento y se levanta con la mente puesta en su candidatura.
Ahí vemos por primera vez a ese político que no se va a arrugar ante nada y que dejará todo lo que le sobra para centrarse en su carrera, y lo que le sobra son, ni más ni menos, las relaciones.
Relaciones a las que temerá cuando pasemos a la siguiente fase de la película.
Consiguiendo el más dificil todavía, Derek Cianfrance da un giro de 360º para, con un par de huevos, seguir la historia con dos personajes súper súper complicados, los hijos de los dos primeros protagonistas.
Reconozcámoslo, la idea es increíble y está muy bien ejecutada. ¡Es cine, cualquier cosa puede pasar! y el encuentro fortuito de ambos es tremendamente verosímil.
Ante tamaño papelon, el de cerrar la película de una manera digna y que permanezca en la memoria, ambos jovenes lo hacen de maravilla, el hijo del motorista por ser un vivo reflejo de la juventud del mismo (o así lo veo yo) y el hijo del gobernador por ser lo que es, un niñato rico sin ningún tipo de preocupación.
No solo la película tiene un broche final perfecto si no que completa el circulo de las relaciones mostrando lo que, sin duda, podría ser el comienzo de otro nuevo motorista huerfano.
En fin, una película maravillosa que bajo mi punto de vista está totalmente hilada y que deja un buen sabor de boca y te invita a pensar mucho tiempo después de haber salido del cine.
Un saludo.