En los sesenta se pusieron de moda los pósters y los cuadros de niños con ojos grandes, pero nadie sabía que
Margaret Keane era la autora de esas imágenes. Ahora, cincuenta años después,
Tim Burton (California, 1958) estrena
'Big Eyes', filme que retrata la historia de esta mujer que durante años
permitió a su marido, Walter Keane, firmar su obra como suya. La estética de Margaret y los desvelos causados por su mentira son el sujeto del nuevo biopic del director de 'Beetlejuice', 'Eduardo Manostijeras', 'Ed Wood' o 'Big Fish'.
La actriz Amy Adams, nominada esta semana a los Globos de Oro por este papel,
interpreta de forma brillante a la pintora, mientras que
Christoph Waltz se mete en el papel de Walter. En Nueva York, en exclusiva para Gonzoo, tuvimos oportunidad de hablar con Tim Burton sobre 'Big Eyes', una historia con la que se siente identificado, porque al igual que Margaret él
nunca ha sido aceptado por el 'establishment' de Hollywood.
GONZOO: ¿Cuál ha sido tu relación con las pinturas de Margaret Keane?
TIM BURTON: Crecí en California, en una región donde era normal ver este tipo de pinturas.
Si me preguntas si me gustan, te diría que no. De hecho, las encuentro algo perturbadoras, pero es un fenómeno de la cultura pop de aquella época. Siempre he sido consciente de su popularidad y de cómo otros artistas la copiaban. La obra de Margaret Keane se convirtió en un movimiento.
A mí me daban miedo, me asustaban, así que este filme es un tributo a todo eso.
G: El arte aceptado por el público a veces no es reconocido por los críticos, ¿no?
T.B.: Esta es una historia escrita por los guionistas de
'Ed Wood' con un tema similar sobre lo que consideramos bueno y lo que consideramos malo. Entre ambos hay una línea muy fina. La gran pregunta que hay que hacer sobre estos cuadros es:
¿por qué un arte tan malo gustaba a tanta gente? Es una cuestión muy interesante para la que no tengo respuesta. Eso es algo con lo que yo me identifico porque mi relación con Hollywood es disfuncional. A mí estos extraños niños de Margaret me parecen una
visión distorsionada del famoso sueño americano. Temas que yo mismo he vivido con mis propios filmes porque han sido vilipendiados por los críticos y luego alabados por el público. El tema de cómo la gente percibe el arte me parece muy interesante.
G: Hay un nexo entre esta historia y tu propia historia.
T.B.: Sí, porque como te he dicho también lo he vivido y es algo que entiendo. Además,
estas pinturas alimentaron mi infancia, me educaron. Por otra parte, la categorización es algo que siempre he odiado. Mucha gente pensaba que Walter era el artista, yo incluido. Por no ser aceptado por el 'establishment'
no se convirtió en portada de The New York Times,sino que apareció en la tercera página del Honolulu Times. Mientras sus pinturas eran populares, ellos como artistas estaban marginados por los críticos de arte.
G: ¿Cuándo decidiste dirigir este filme?
T.B.: La verdad es a veces más extraña que la ficción. Por eso
he tratado de contar la historia de una forma simple. Hemos intentado no exagerar los eventos en la vida de esta mujer por lo absurdo de su situación y porque su realidad parece una fantasía.
G: ¿Qué tipo de arte prefieres comprar?
T.B.: No puedo comprarme un Picasso porque no puedo pagarlo. Creo que
ahora no puedo ni pagar un Keane. Donde yo crecí, en mi cultura, Keane era el arte que tenía disponible. Yo no sabía de la existencia de Picasso, ni de
Matisse, y no fue hasta mi edad adulta cuando empecé a descubrir, apreciar y entender otro tipo de pintura. Llegué tarde a ver las obras de Van Gogh también.
En mi vida todo ha ido llegando tarde.
G: Tus películas y dibujos se exponen en museos. De hecho, este filme se estrenó en Art Basel, en Miami.
T.B.: Es interesante. Confieso que
en el mundo del arte hay cierta pretenciosidad que no me interesa. Reconozco que no es algo exclusivo de arte, la pretenciosidad existe en cualquier mundo artístico, ya sea en la pintura, la moda o la música, aunque creo que en el cine la hay en menor medida.
G: Has conocido a Margot [Margaret Keane] personalmente, ¿no?
T.B.: Sí, me interesó investigar sobre ella por su forma de pelear. Es la mujer más tranquila y callada que he conocido en mi vida. Siempre dice que
no fue una víctima de su marido, sino cómplice de la mentira. Cuando se presentó en la corte no lo hizo por venganza, lo hizo para quitarse el peso del engaño. De una extraña manera, Margot es
la mujer feminista más singular que haya conocido nunca.
G: Lo cierto es que esta es una historia sobre forasteros y ese es un tema constante en tus obras.
T.B.: Es algo que siento, que me mueve, que me inspira.
Ser un tipo raro es algo natural para mí porque así me he sentido siempre. Desde mi infancia he visto cómo la gente era categorizada por los demás. Yo trato de resistirme, pero siempre caigo en los mismos temas.
La verdad es que me siento extranjero en mi propio país, como si hubiera nacido en otro lugar. Esos son los personajes que yo entiendo.
G: Pero eres un director alabado.
T.B.: No siempre.
Mis dos primeras películas estuvieron consideradas como las dos peores del año cuando se estrenaron. Hablo de
'Pee-wee's Big Adventure' y
'Beetlejuice'. En una escala del uno al diez, los críticos
me han dado un menos tres muchas veces y aun así, mi trabajo ha gustado a cierto público. Esa dinámica entre la crítica y los espectadores me parece fascinante porque no tengo una respuesta rea.
G: ¿Es cierto que vas a rodar la secuela de 'Pesadilla antes de Navidad'?
T.B.: No.
Hay películas que es mejor no tocar nunca porque son perfectas tal y como son.
