El guion no es más que una guía, un bosquejo de algo futuro y literalmente termina teniendo poquísima importancia en el resultado final al menos que la lógica interna de la película que narras sea inherentemente dramatúrgica (cosa que Trap no es).
Uno de los mejores libros de cine que se han escrito, En el momento del parpadeo de Walter Murch (montajista de Sed de mal, los Padrinos, Apocalypse Now y tantas otras) deja claro que los verdaderos narradores visuales son el director y el montajista, la logística de la película se resuelve en la puesta en escena no en su argumento (ya de por sí hablar de guion y argumento es cuestionable porque esto puede tener una multitud de significados). Libro muy recomendable para despertar del reduccionismo audiovisual.
Y como dice Mamet en Una profesión de putas, la lógica interna de una película no es la lógica del materialista frío y cerrado, es la lógica del sueño, una película no debe estar atada al sentido del mundo fenoménico, si no que lo que sucede en ella tiene que tener propósito:
''Bruno Bettelheim, en Psicoanálisis de los cuentos de hadas, escribe que el cuento de hadas (y, de manera semejante, el cine) posee la capacidad de calmar, de incitar, de apaciguar y, en último término, de afectar, porque lo escuchamos sin emitir juicio alguno. De un modo subconsciente (acrítico) nos identificamos con el protagonista.
La función esencial del cine (como la del cuento de hadas) consiste en ofrecer una solución a un problema que no es asequible a la razón. Para que sea eficaz, la obra dramática debe inducimos a dejar en suspenso nuestro juicio racional para seguir la lógica interna de la obra, de forma que nuestro placer (nuestra «cura») sea la sensación de liberación al final de la historia. Disfrutamos la satisfacción de ser partícipes en el proceso de solución antes que el logro intelectual de haber observado el proceso de construcción.
A fin de cuentas, toda película es una «secuencia onírica». Qué increíblemente expresionista es hasta la peor y más pesada película norteamericana. Platoon no es ni más ni menos realista que Dumbo. En otras palabras, todo es una ilusión. La cuestión es: ¿cómo de buena va a ser la ilusión?
Las películas de Hitchcock son melodramas de acción— un MacGuffin es eso que busca el héroe. Los documentos secretos… el gran sello de la República de Tal y Cual… la entrega del mensaje secreto… Nosotros, el público, nunca sabemos bien de qué se trata. Nunca te dicen nada más concreto que eso de «los documentos secretos». Ni falta que nos hace. Ya llenaremos el vacío por nuestra cuenta, inconscientemente, con los documentos secretos que nos parezcan más importantes. Bruno Bettelheim dice de los cuentos de hadas lo mismo que decía Hitchcock de las películas de acción: que cuanto menos identificado, caracterizado y modulado esté el personaje, más le dotaremos de nuestros propios significados internos, más nos identificaremos con él, lo que equivale a decir que nos resultará más fácil convencernos de que nosotros somos ese personaje.'' David Mamet
Y conmigo Trap ha funcionado, yo me identifico con su mascara y ahora quiero emularlo. Grande Shyamalan.