El arranque del segundo con Vaughn es de película de terror, creo que es difícil presentar a personajes más puteados y, al igual que en la primera, asimila muy bien el entorno (residuos tóxicos, urbe deshumanizada, ...) al pesimismo de los personajes. De momento, el caso es más mcguffin que la primera porque ahí sí había un impulso obsesivo por resolverlo dada su naturaleza, aquí incluso se plantean si resolverlo pero, brillantemente, tenemos el punto de vista de Vaughn que sí va a muerte con el caso.
Final muy cabrón, en cualquier caso.