estoy viendo el programa prodigios de tve en el que he caído de milagro cuando estaba buscando la final de copa. Total que he pasado del fútbol y me he enganchado. Decir que he flipado es poco. Un talento, chicos, de unos críos, en canto, instrumentos y danza que se me han caído los cojones al suelo. Brutal. Qué disfrute y gozo para los sentidos. Qué bestialidad de trabajo detrás de estos chicos y el fruto de este esfuerzo es una maravilla hipnotizante. Y claro, es comparar esto con la imbecilidad y el vacío de la mayoría de una chavalada que hoy está derrotada de entrada y a la que han convencido de que no sirve para una mierda, más que para ser oveja de un rebaño y berrear a las órdenes de un pastor, que a pesar del subidón, me ha sobrevenido un bajón. El comunismo devora al hombre con trampas, engaños y mentiras. Lo consume, lo empobrece, lo alela. Pisotea y silencia al destacado, al esforzado, al ambicioso, al talentoso. Promociona al mediocre, al sumiso, al obediente, al delator, al cabizbajo. Le pide que grite, exija y se queje, no que se esfuerce, trabaje y se gane las cosas. Los chicos de prodigios se comerán el mundo mientras los chicos de la calle se los intentarán comer a ellos.