Vistos algunos de sus documentales del pack fnac... junto a alguna pieza curiosa como el del saltador de esquí y escultor Steiner, un poco largo (las propias intervenciones de Herzog a lo reportero) pero con imágenes hipnóticas de los saltadores volando a cámara lenta; una absoluta suspensión de la realidad, probablemente la mejor manera de vender al neófito la atracción de ello sobre el practicante... o algún corto de principiante que acabé viendo muy por encima.
El que es impresionante, ya desde el título es
EL PAÍS DEL SILENCIO Y LA OSCURIDAD: sordiciegos y la normalización de sus rutinas para (sobre)vivir. Vale que a veces huele un poco a Werner soplándole por el pinganillo a la protagonista alemana y es un poco lo peor del documental, cuando se pone discursiva; pero lo demás, el seguimiento de su situación y las interacciones entre ellos está tratado de forma casi tierna, muy poco trágica (y con aciertos de espontaneidad, como el mono haciendo visible la cámara; buen detalle no cortarlo). Herzog prefiere señalar, en silencio, los pequeños momentos en los que se abren las grietas en esa interacción imperfecta, y recuerdas lo inquietante de esas vidas: la protagonista sola en el banco, o el tipo al final perdido en el jardín (momento muy herzogiano), como si estuviese en un desierto; también la explicación del lenguaje manual, que es fascinante ver en marcha. Es por eso que estremece cuando hacemos una visita al caso más grave, el del chico aislado; verlo golpeándose con la pelota es
escalofriante.
Otro sobre discapacidades, la normalización de ellas en la vida diaria y, sobre todo, la exposición (en apariencia) fría sobre esas vidas es
FUTURO ILIMITADO, sobre niños con mermas físicas; realmente alarmante por momentos y conmovedor en otros, con alguna escena que te desarma como la del chaval que trepa sin brazos... o el discurso interesante de Herzog sobre cómo pretender una igualdad en estos casos solo aumenta las dificultades de cara a incluir en el sistema.
Y hablando de niños,
BALADA DEL PEQUEÑO SOLDADO; tema evidente, niños soldado, en este caso en la guerrilla sandinista. Qué inicio en plena zona de batalla, con el cámara a punto de que le vuelen la cabeza; da muchas vueltas situando contexto y sobre todo, a Herzog SE LE VE EL PLUMERO intentando sacar más desgracias a cámara a las indígenas. Pero es esencial todo el último tramo, ya en el campo de entrenamiento. Ojo a las declaraciones de los niños, y sobre todo a las intervenciones del tipo que los recluta (
"¿dirías que les laváis el cerebro?" "sí, por supuesto"), con el otro director jugándose a que se lo cepillen allí mismo.