Respuesta: Wes ANDERSON
Sólo me falta la primera.
Es un cocktail difícil de explicar su cine. A simple vista parece hostiable desde varios puntos de vista, tanto de dirección como de escritura, porque su cine emana pose postmodernista desde lejos y, por otra parte, sus resoluciones son moñas y buenrollistas.
Creo que es la mezcla de las dos lo que hace que se desprenda verdadera ternura de sus historias, porque esa distancia que nos crea la sensación de "pose" hace que no nos chille que nos está soltando un discurso humanista y, sin darnos cuenta y sin saber porqué, simpatizamos con esos personajes frikis, outsiders, peterpanescos, obsesivos con unos objetivos y unas cruzadas personales absolutamente surrealistas.
Aunque el mayor secreto para enredarnos en su telaraña son sus geniales puntos de partida:
- un estudiante fracasado creador de obras de teatro y emprendedor de tropocientas actividades más, enamorado de una profesora que le dobla la edad compitiendo por ella con su mejor amigo que le triplica la edad.
- La más surrealista y quebrada de las familias se vuelve a unir veintipico años después porque el patriarca finge tener un cáncer después de que le echaran del hotel donde vivía.
- La expedición de una tripulación más surrealista que la familia de la anterior, comandada por un personaje imposible, de vuelta de todo, sin éxito, sin pasta, que quiere vengar la muerte de su mejor amigo a manos de un tiburón brutal de una especie desconocida.
- 3 hermanos perdedores y perdidos en un cinematografiquísimo viaje en tren por la India.
- Las aventuras de un ladronzuelo de guante blanco, aparentemente rehabilitado por el bien de su familia, que decide volver a las andadas.
- La aventura amorosa por antonomasia entre dos niños "raritos" que deciden escaparse para vivir su amor.
Y claro, estas brillantes premisas, con un tono tristón, siempre están bañadas por su universo coral de familias desestructuradas, relaciones paterno-filiales, adultos que se comportan como niños y viceversa, loosers con necesidad de paz y redención, que suelen desembocar en la ternura (lo repito porque poquísimos directores me la han mostrado sin empalagar) del que sabe que ha tocado fondo.
Y todo esto nos depara secuencias inolvidables como los 3 hermanos de Darjeeling tirando las maletas de su padre para coger el tren como metáfora de que han dejado atrás el pasado, o los protas de Moonrise bailando en la playa, o Bill Murray Cousteau dando un volantazo para recuperar a su mujer y también el rumbo de su misión, Max Fisher presentando el verdadero oficio de su padre a Bill Murray, o Gene Hackman llevándose a gamberrear a sus nietos, o Mr. Fox encontrando, por fin, al Lobo.
Y además compone secuencias musicales maravillosas.
Y además encuadra de puta madre.