WILLIAM WELLMAN

Ya, ya, pero en los primeros 30 tiene concentradas un montón de películas del inicio del sonoro, con la libertad sexual pre-código y muchas, además, con la Warner que entonces era la productora más avanzada. Es una época que me fascina especialmente.
 
BARRIO CHINO (Frisco Jenny, 1933 -William A. Wellman)


Muy buen combinado de drama y thriller rodado por el gran William A. Wellman en plena época de libertad (Pre-Code) que permitía narrar una historia atrevida para la época: El ascenso de una joven (excelente Ruth Chatterton) que tras perderlo todo en el terremoto de San Francisco y gracias a la protección de un político corrupto (Louis Calhern), se convierte en la principal “madame” de San Francisco. El film, de un ritmo implacable (son 65 minutos en los que no paran de pasar cosas), es además de un relato explicado con claridad meridiana, el ejemplo de las virtudes como realizador de este maestro del cine, que se permite algunos planos secuencias notabilisimos y adelantados a su tiempo.Muy reivindicable
 
GLORIA Y HAMBRE (Heroes For Sale, 1933 -William A. Wellman)


Joya del gran Wellman, que a nivel narrativo rodaba ya en los años 30 como un gigante, con una pericia visual, encuadres precisos y una elegancia en los movimientos de cámara que la convierten en una película extremadamente moderna y adelantada a su tiempo. Un film de ritmo implacable (apenas 70 min) que es una mezcla de drama y película social...Centrando la historia en las tribulaciones y desgracias de un soldado herido de guerra (excelente Richard Barthelmess) merecedor de unas condecoraciones que otro se llevó y que sufre todo tipo de problemas cuando intenta reintegrarse en la vida normal. Antecendente al retrato descarnado de la depresión que hizo Ford en "Las Uvas De La Ira" con un contenido político muy curioso porque da palos a todos los bandos; Criticando a los comunistas y también al gobierno y rematada con un simbólico mensaje de esperanza amarga.
 
MÁS ALLÁ DEL MISSOURI (Across The Wide Missouri, 1951 -William A. Wellman)


Memorable ejemplar de western ecologista y una clara precursora en tono y temática a muchas películas posteriores como "Las aventuras de Jeremias Johnson" o "Bailando con lobos". El film de Wellman está rodado con una sobriedad verdaderamente maestra, en un ejemplar de película de género enlazada con el cine de aventuras que muestra la trayectoria vital de su protagonista -un carismático Clark Gable- que vive junto a los indios en total armonía y respeto mutuo. Un relato explicado a través de la voz de su hijo (al parecer una imposición del estudio y aún con ello el relato quedó impecable) que es enésimo ejemplar de cine directo, sincero, puro, emocionante -atención a la sublime persecución y el enfrentamiento con Ricardo Montalbán que cierra la película- todo un ejemplo de la narrativa visual de uno de los forjadores del lenguaje del cine, que vuelve a marcar a su creador como un titan, capaz de conseguir la empatía y la emoción utilizando unos recursos tan simples (y pensados) como efectivos.Maravillosa
 
Qué ganas de ponerme con este señor cuando tenga una temporada despejada ...
 
He empezado repasando la increíble The Ox-Bow Incident (1942), y digo increíble no ya por los huevazos que hay que tener para rodar esa historia con ese final en los años 40, quiero decir, la películas morales suelen tener un final positivo después de una gran amenaza, aquí la lección moral sale del escarmiento más brutal posible, sino que, para mí, lo más difícil que logra Wellman es evitar (justamente hasta el final) que se perciba o que sea una película de discurso, dota de tanta vida propia a tantos personajes, sin ningún protagonismo para nadie (Fonda es uno más) y les da tanto espacio a todos que logra no caer en clichés y evitar así el tono moralizador. El "in media res" de ese poblado y cómo lo presenta es otra virtud acojonante y, a nivel visual, es un espectáculo de primer orden la manera en la que genera esa atmósfera única y asfixiante del relato.

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Other Men's Women (Mujeres enamoradas, 1931). Auténtica joya pre-hays, con una temática y un estilo que guarda mucho parecido con Raoul Walsh, camaradería masculina, personajes masculinos de humor grueso (de los personajes, no de la película), gran atención a un gremio profesional, en este caso, trabajadores de locomotoras, fisicidad en las set-pieces ... El arranque es una lección de cine en su máximo esplendor, una comedia arrebatadora sin ningún complejo sexual y que presenta entorno, personajes y situación. En la segunda mitad ya se distancia más de Walsh, aflora más el drama e incluso la tragedia, es sorprendente y estimulante al mismo tiempo el cambio de tono de la película, pero todo con un amor infinito por los personajes como demuestra la ternura de la última escena, que rima muy inteligentemente con la primera.

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Frisco Jenny (Barrio chino, 1932). Otro arranque apoteósico, otra vez en tono humorístico, por un club de noche en el San Francisco de primeros de siglo, con una repaso conciso y detallado a toda la arquitectura de no solo del club sino de la propia película, toda esta parte inicial concluye con clímax físico y dramático que es el punto de partida, otra vez, de un giro de tono y género, hacia una especie de noir fatalista con varias elipsis y un sentido de la narración envidiable para llevar a un dilema moral interesantísimo. La película remata con un final sobrecogedor y poético.

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Nothing Sacred (La reina de Nueva York, 1937). Aquí el contraste es grande, el código Hays es evidente y es una comedia de una blancura manifiesta, menos interesante que las anteriores, con un contexto principal basado en las diferencias entre metrópoli y pueblecito, pero Wellman saca oro del enredo, de una maravillosa Carole Lombard y de la honestidad con la que trata a sus personajes, con sus mentiras, sus remordimientos, sus dudas ... Consigue flotar también una punzante crítica a los medios de comunicación. Lo mejor, sin duda, el mimo formal de algunas escenas (sobre todo la de la propuesta de matrimonio en el muelle, ocultos los dos salvo las piernas hasta que la cámara retrocede y los enfoca desde atrás medio tapados por tablones de madera, una escena de una modernidad absolutamente increíble) y cómo Wellman trata, desde este punto de vista, a la comedia con el mismo respeto que a los demás géneros (esto hoy en día no pasa).

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Beau Geste

Curiosa mezcla de aventura colonial y película de intriga, con un comienzo desconcertante; un fuerte abandonado en pleno desierto del Sáhara, todos sus hombres muertos y colocados en pie como si siguieran en guardia, y ésto es sólo uno de los enigmas del lugar. A partir de aquí tenemos un extenso flashback que nos ofrecerá las claves a medida que avanza la trama (no queda todo claro hasta el mismo final), en torno a tres hermanos, la legión extranjera y el robo de una valiosa gema. Una historia sobre hacer honor al propio nombre, sobre unos huérfanos inseparables en su destino, que comparten unos valores de heroísmo, camaradería y honor... una oda al amor fraternal, en definitiva (puede intuirse un contexto de cierto desarraigo -y sobre todo de diferencias sociales- que lo ha propiciado). Sin embargo, la tan idealizada legión no deja de ser un sumidero de escoria humana (delincuentes, gente traicionera, o bien deseosa de sobrevivir como sea), en contraste con tan elevados principios; les espera una vida dura, con la muerte a dos pasos… la cosa trata, por lo tanto, de la importancia de ciertos valores individuales en medio de una realidad nada romántica y muy contraria a dichos valores (cae en la cuenta de ello ese superior gravemente enfermo, poco antes de palmarla).

Para muestra, el inolvidable villano que encarna Brian Donleavy (con una presencia imponente), el sargento Markoff, que lejos de quedarse en mera caricatura de malo malísimo acierta a ser, en toda su perversa inteligencia y crueldad, un superior digno de tus peores pesadillas (posible antecedente de otros militares cabrones como los de La chaqueta metálica o Apocalypse Now): un sujeto bien adaptado al medio, cuya ausencia del menor escrúpulo le convierte en el soldado perfecto (cosa que habla por sí misma de esta profesión, vaya). Se me queda bastante cursi la parte relativa a la infancia y los juegos de los protas, pero lo que directamente da grima es ver a un señor como Gary Cooper persiguiendo ratones en esmoquin por su casa y fingiendo ser un granuja adolescente. Los tuareg, por su parte, son tontos perdidos al dejarse engañar por cualquier artimaña: un enemigo despersonalizado y semejante a una masa anónima, a una fuerza de la naturaleza difícil de contener. La dirección, tan clásica y precisa, tan al servicio de lo contado como cabría esperarse, ofrece unas secuencias de batalla similares a las de un western, sin olvidar lo más emotivo (ese funeral vikingo enternecedor, o ese final agridulce, entre el triunfo del amor y el recuerdo de los caídos).
 
El otro día tuve la no demasiado brillante idea de ver THE HIGH AND THE MIGHTY (1954), que más que un antecedente de AEROPUERTO, desgraciadamente es uno de los pilares de ATERRIZA COMO PUEDAS junto con ZERO HOUR!
Es posible que en su momento fuera una película de interés, pero probablemente sea la que más anticuada se haya quedado que he visto en mi vida. Ni siquiera la banda sonora de Dimitri Tiomkin, de la que tan bien se ha hablado siempre, me pareció nada especial.

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Es raro porque todo lo que he visto de Wellman tiene una vigencia descomunal. Por ejemplo Cielo amarillo, vista no hace mucho, anticipa un tipo de western muy posterior. Y de los años 30 me atrevería a decir que es muy difícil encontrar a nadie con mejor obra.
 
Échale un ojo... al principio nada más... Obviamente el "setting" no ayuda, pero la narrativa, con flashbacks, presentaciones de personajes, etc. se ha quedado en la edad de piedra.
 
La tenía apuntada porque las últimas películas de estos pioneros suelen ser joyas ocultas.
 
Beau Geste

Curiosa mezcla de aventura colonial y película de intriga, con un comienzo desconcertante; un fuerte abandonado en pleno desierto del Sáhara, todos sus hombres muertos y colocados en pie como si siguieran en guardia, y ésto es sólo uno de los enigmas del lugar. A partir de aquí tenemos un extenso flashback que nos ofrecerá las claves a medida que avanza la trama (no queda todo claro hasta el mismo final), en torno a tres hermanos, la legión extranjera y el robo de una valiosa gema. Una historia sobre hacer honor al propio nombre, sobre unos huérfanos inseparables en su destino, que comparten unos valores de heroísmo, camaradería y honor... una oda al amor fraternal, en definitiva (puede intuirse un contexto de cierto desarraigo -y sobre todo de diferencias sociales- que lo ha propiciado). Sin embargo, la tan idealizada legión no deja de ser un sumidero de escoria humana (delincuentes, gente traicionera, o bien deseosa de sobrevivir como sea), en contraste con tan elevados principios; les espera una vida dura, con la muerte a dos pasos… la cosa trata, por lo tanto, de la importancia de ciertos valores individuales en medio de una realidad nada romántica y muy contraria a dichos valores (cae en la cuenta de ello ese superior gravemente enfermo, poco antes de palmarla).

Para muestra, el inolvidable villano que encarna Brian Donleavy (con una presencia imponente), el sargento Markoff, que lejos de quedarse en mera caricatura de malo malísimo acierta a ser, en toda su perversa inteligencia y crueldad, un superior digno de tus peores pesadillas (posible antecedente de otros militares cabrones como los de La chaqueta metálica o Apocalypse Now): un sujeto bien adaptado al medio, cuya ausencia del menor escrúpulo le convierte en el soldado perfecto (cosa que habla por sí misma de esta profesión, vaya). Se me queda bastante cursi la parte relativa a la infancia y los juegos de los protas, pero lo que directamente da grima es ver a un señor como Gary Cooper persiguiendo ratones en esmoquin por su casa y fingiendo ser un granuja adolescente. Los tuareg, por su parte, son tontos perdidos al dejarse engañar por cualquier artimaña: un enemigo despersonalizado y semejante a una masa anónima, a una fuerza de la naturaleza difícil de contener. La dirección, tan clásica y precisa, tan al servicio de lo contado como cabría esperarse, ofrece unas secuencias de batalla similares a las de un western, sin olvidar lo más emotivo (ese funeral vikingo enternecedor, o ese final agridulce, entre el triunfo del amor y el recuerdo de los caídos).

A colación...

 
El otro día tuve la no demasiado brillante idea de ver THE HIGH AND THE MIGHTY (1954), que más que un antecedente de AEROPUERTO, desgraciadamente es uno de los pilares de ATERRIZA COMO PUEDAS junto con ZERO HOUR!
Es posible que en su momento fuera una película de interés, pero probablemente sea la que más anticuada se haya quedado que he visto en mi vida. Ni siquiera la banda sonora de Dimitri Tiomkin, de la que tan bien se ha hablado siempre, me pareció nada especial.

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Sí, hay que reconocer que con los años se le notan mucho las costuras, aunque apostaría a que el mismo Wellman, que era muy fan del autor y guionista, Ernest K. Gann, fuera consciente de ello y hay pasajes que nota que no se la tomará en serio y juguetea a conciencia con el material. Y que sentó el molde para este tipo de producciones, no cabe ni duda.

Con todo, tendré que revisarla, que hace un siglo que no la veo.

La que hizo justo antes de esta, Island in the Sky, también sobre otra novela de aviadores de Gann y de nuevo con Wayne protagonizando, es bastante más interesante...
 

EL TELÓN DE ACERO (The Iron Courtain, 1948 -William A. Wellman)​




Joyita del gran Wellman, en este caso rodando una película que muestra el procedimiento de trabajo de un grupo de comunistas infiltrados en Canadá que empiezan a espiar contra occidente. Un argumento claramente politizado y que en manos de un realizador cualquiera hubiese sido un film de propaganda anticomunista sin interés, pero que el maestro convierte en un gran relato de suspense, donde la psicología de los personajes es fundamental y el cómo su protagonista (enorme Dana Andrews) poco a poco va cambiando de pensamiento está expresado de modo totalmente creíble. Muy recomendable
 

EL HACHA JUSTICIERA (The Hatchet Man, 1932 -William A. Wellman)​



Thriller aparentemente menor del gran William A Wellman pero -como siempre ocurre en todas las películas de este director- muy bien rodado y con un sentido de ritmo sorprendente. Perjudicado tal vez por el hecho de mezclar un elenco de actores occidentales caracterizados con otros orientales verdaderos estos últimos siempre en papel secundario (práctica ridícula, pero muy habitual en el cine de los años 20 y 30). Si obviamos este hecho, el film es una buena mezcla de Thriller y drama que narra las vicisitudes de un chino que vive en los Estados Unidos (un Edward G Robinson en una sorprendente caracterización) que pertenece al clan de los Tongs y tiene que asumir las consecuencias de su pleitesía al clan. Producto curioso y muy reivindicable en el que el sentido del ritmo y la puesta en escena están a primer nivel y con un final además bastante sorprendente e inesperado que cierra de alguna manera el círculo de toda la historia
 
Hay criticas contrapuestas en filmaffinity acerca de Island in the Sky


A mi no me parece mala en absoluto, tiene sus problemas como poner a Wayne como prota, alguien que pudiese reflejar más la debilidad y la desesperación hubiera funcionado mejor... los interludios cómicos tampoco funcionan, ya imagino que en aquella época marcarse una peli de supervivencia pura y dura seria veneno para la taquilla... pero meter secuencias como la del hotel de alivio cómico (donde un personaje es lanzado por una ventana porque despierta a otro)... o la secuencia de la piscina que también queda como un apósito.
 
Hay criticas contrapuestas en filmaffinity acerca de Island in the Sky


A mi no me parece mala en absoluto, tiene sus problemas como poner a Wayne como prota, alguien que pudiese reflejar más la debilidad y la desesperación hubiera funcionado mejor... los interludios cómicos tampoco funcionan, ya imagino que en aquella época marcarse una peli de supervivencia pura y dura seria veneno para la taquilla... pero meter secuencias como la del hotel de alivio cómico (donde un personaje es lanzado por una ventana porque despierta a otro)... o la secuencia de la piscina que también queda como un apósito.

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A SALVO EN EL INFIERNO (Safe In Hell -William A. Wellman)​




Interesante, a ratos muy notable mezcla de drama y thriller, con una mujer dedicada a la prostitución que mata accidentalmente a un hombre y debe huir del país para llegar a una isla donde vivirá exiliada y escondida de la justicia. El film, muy bien rodado por el gran William Wellman apuesta por ser una mezcla de drama y thriller colocando al personaje femenino en una situación de indefensión, en una isla en la que todos los hombrew quieren aprovecharse de ella. Presenta además un final tan inesperado como contundente/nada complaciente que demuestra como eran las películas y que tipo de ideología destilaban en la etapa Precode.
 
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