Yo he preguntado primero.
Si la inflación se debiera únicamente a un shock negativo de oferta deberíamos estar ante inflación, sí, y ante una desaceleración económica que no se estaba dando. Y al menos hasta la guerra lo que teníamos era que la mayoría de indicadores económicos mostraban signos de recalentamiento, y basta echar un vistazo al mercado laboral americano, cuya economía está más recalentada que la europea: si todos los parados estadounidenses consiguieran mañana trabajo, aún quedarían varios millones de puestos de trabajo sin cubrir.
Cuando se habla de shock negativo de oferta no se tienen en cuenta que muchos indicadores están en máximos históricos, como el tráfico de contenedores marítimo:
Y la producción de semiconductores y muchas materias primeras estaba ya a finales del año pasado en niveles pre-pandemia:
Los cuellos de botella son efecto, no causa. Y son un efecto de las políticas expansivas de gasto para cebar en exceso el gasto (tanto público como privado) que llevaron a cabo los gobiernos para reactivar la economía después del parón de la pandemia.
O podemos verlo de otro modo:
Si sigues el precio de un bien, y este sube, y la oferta también sube, puedes atribuir ese aumento de precio al aumento de la demanda; si el precio sube y la oferta cae, a la menor oferta. Ahora bien, puede haber bienes cuya oferta caiga porque los costes de producirlos se hayan disparado y ya no sea rentable producirlos. Menos oferta, mayores precios.
Y ese aumento de costes puede ser consecuencia del aumento de demanda global: demandamos tanto que algunas materias están al límite de su capacidad productiva. Por ejemplo, con los chips. La fortísima demanda post-pandemia lleva al límite la oferta de producción, su precio se dispara y por tanto algunos tipos de ordenador ya no es rentable fabricarlos: sube el precio. Pero eso es resultado de un shock de demanda, no de oferta!
Sin negar que haya algunos factores puros de oferta que expliquen la situación actual, no hay que subestimar la parte de la inflación actual que se debe a un exceso de demanda agregada (exceso de gasto nominal agregado), y menos con sentencias como "pocas cosas más claras hay".