De verdad pretende utilizar el conocidísimo progreso de la humanidad de los últimos siglos para negar los riesgos futuros derivados del cambio climático?
¿Pero tú has estado prestando atención a lo que se dice en el vídeo? Fernando Díaz Villanueva en ningún momento niega los riesgos futuros derivados del cambio climático. Lo que hace es dejar en evidencia en que el discurso de Greta Thunberg no es más que una sarta de mentiras, una detrás de otra.
Thunberg afirma que la gente está muriendo y sufriendo por culpa del cambio climático. No se está refiriendo a un futuro apocalíptico a 50 o 100 años vista, se está refiriendo al mundo de hoy. Y eso es completamente falso. Es mentira que la gente, a día de hoy, esté agonizando por culpa del cambio climático. Más bien al contrario, la humanidad está en su mejor momento (puede que el planeta no, pero eso es otro tema). Los que a lo largo de la historia han sido los grandes azotes de la humanidad (la pobreza, el hambre, la violencia, la enfermedad) están siendo acorralados y vencidos a marchas aceleradas y sin embargo el discurso que nos venden demagogos como los que les escriben los discursos a Thunberg es que el mundo que le estamos dejando a nuestros hijos y a nuestros nietos es mucho peor que el que heredamos de nuestros antecesores. Y esa afirmación es tremendamente discutible.
Y no, discutir esta afirmación no significa ser un negacionista del calentamiento global, ni cerrar los ojos a los retos que nos presenta el futuro, ni negar los errores que hemos cometido por el camino y que sin duda deberemos corregir. Pero caer en la demagogia barata, en el chantaje emocional, en el sentimentalismo de garrafón y en la manipulación informativa no es algo que nos vaya a ayudar a avanzar en la buena dirección. Y de ahí mi mensaje "Qué bien nos vendrían más Fernandos y menos Gretas", porque frente a la pornografía emocional de Thunberg y acólitos, Díaz Villanueva ofrece datos empíricos y apela a la razón. Y eso es lo que nos ha permitido avanzar tanto en los dos últimos siglos: la razón. Y si conseguimos superar los retos que nos plantea el calentamiento global será gracias a la razón, al conocimiento, a la ciencia y al desarrollo científico y no gracias a los lloriqueos de una niña malcriada cuyo concepto de salvar el mundo consiste en hacer novillos.
No reprocho la actitud de Greta, me parece la esperable en alguien de su edad; yo también he tenido 16 años y soy perfectamente consciente de que a esa edad todos los adolescentes piensan que el mundo es una mierda y sueñan con poder cambiarlo a mejor. Pero precisamente porque yo también he pasado por esa etapa, sé que la visión que los adolescentes tienen del mundo a esa edad es una visión ingenua y sesgada, muy bienintencionada pero también muy simplista y equivocada. Por eso, es la última persona que debería liderar una revolución social de este calado. Basta mirar muchas de las pancartas de la manifestación del pasado viernes para darse cuenta de que aquí la ciencia y la evidencia empírica importan un comino, el movimiento ecologista está completamente dominado por creencias infantiles e irracionales; no es pues de extrañar que una persona como Thunberg se haya acabado erigiendo en líder de este movimiento.
Dice Greta que los grandes líderes mundiales le han "arrebatado la infancia". Yo creo que a quien debería dirigir esa responsabilidad es a unos padres culpables de meterle en el cuerpo una angustia vital que desde luego no debería tener una niña que ha nacido en uno de los países más prósperos del mundo. Una niña que no se ha visto en la obligación de ser soldado con 10 años, una niña que no ha tenido que pasar por la experiencia de la mutilación genital, una niña que no ha sido forzada a casarse con un desconocido.
Si algo sobra en este mundo son los ultraliberales, que creen que el crecimiento económico es ilimitado, inocuo y la fuente de toda felicidad.
Pues ya me dirás cómo logras proporcionar unas condiciones de vida dignas a 7.300 millones de personas (que se estima que serán 8.500 millones en 2030 y los 9.700 millones en 2050) sino es a través del crecimiento económico.
Que yo sepa, hasta el momento nadie ha demostrado que el crecimiento económico no pueda ser ilimitado. Tampoco se ha demostrado que necesariamente tenga que ser destructivo. Es decir, es obvio que durante muchas décadas hemos estado creciendo sin preocuparnos por las consecuencias o por la sostenibilidad del sistema, pero eso no implica que no podamos adoptar modelos de desarrollo alternativos 100% sostenibles. De hecho, crecer económicamente no tiene por qué implicar necesariamente consumir más recursos y contaminar más; se puede crecer consumiendo y contaminando menos. Cuanto mayor es el grado de desarrollo tecnológico, menos recursos se necesitan consumir para obtener unos resultados determinados. Por ejemplo, a día de hoy, un barril de petróleo cunde muchísimo más de lo que hacía hace 50 años. A día de hoy disponemos de instalaciones, vehículos, electrodomésticos... que contaminan menos y que consumen menos energía que sus homólogos de hace medio siglo. Y lo normal es que esta tendencia siga en aumento, y ya no solo porque beneficia al medio ambiente, sino porque obtener mayores resultados con menos recursos nos permite mejorar nuestra calidad de vida.
Por otra parte, puede que el crecimiento económico no sea la fuente de toda la felicidad pero, en reglas generales, los países más prósperos del mundo, con mayor bienestar y mejores condiciones de vida son los países más desarrollados, mientras que los países más miserables suelen ser los menos desarrollados, así que como dice el dicho "puede que el dinero no de la felicidad, pero ayuda bastante".