Son muy buenos algunos artículos sobre clima en La Voz de Galicia. Deben de ser de los pocos buenos que tienen.
El fenómeno que enfría las aguas en el Pacífico favorece un anticiclón de bloqueo en el Atlántico
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Como es de pago, os pongo el contenido completo, es muy interesante. Aunque, como ya indica el artículo, siempre son todo suposiciones. Creemos que ciertos fenómenos generan determinadas consecuencias... hasta que llegue el día en que eso no ocurra y haya que seguir evaluando qué ocurre.
La Niña se fortalece y podría mantener la sequía en Galicia durante el otoño
Por si no hubiera suficientes anomalías meteorológicas por toda la Tierra, lo que está sucediendo con La Niña tiene completamente desconcertada a la comunidad científica. Hace solo dos meses sorprendió con un comportamiento errático y ajeno a cualquier modelo científico que trataba de predecir su evolución. Es decir, que ha estado haciendo lo que le venía en gana. Hay que añadir que lleva activa mucho más tiempo de lo normal. Este será su tercer año consecutivo a pleno rendimiento, algo que solo había ocurrido un par de veces desde 1950. Además, durante esta primera quincena de agosto las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Pacifico ecuatorial han pasado de intensidad débil a moderada. El fenómeno, contra todo pronóstico, se está fortaleciendo.
El Niño /La Niña Oscilación del Sur (ENSO) es un ciclo de aguas frías y cálidas que se desarrolla en el Pacífico ecuatorial con una cadencia caótica. Aunque alguna de las dos fases suele aparecer cada tres años aproximadamente. Cuando se calienta más de la media se produce El Niño y cuando se enfría, se desarrolla La Niña.
Como ocurre con los afloramientos en Galicia, este evento se pone en marcha por el viento. En condiciones normales los alisios que soplan de este a oeste provocan un ambiente húmedo y cálido en zonas como la costa noroeste de Australia e Indonesia y frías y secas en América del Sur, en Chile y Perú- Cuando la circulación se detiene se invierten las condiciones y aparece el Niño. Si soplan más fuertes las condiciones se intensifican y surge la Niña.
Los efectos que generan ambas fases del ENSO trascienden al océano más grande del mundo. De hecho, está considerado como el evento natural que más repercusiones tiene sobre el clima del planeta después del paso de las estaciones, que ocurren por motivos astronómicos. Sin ir más lejos, El Niño del 2016, uno de los más intensos desde que existen registros, favoreció que siga siendo hasta la fecha el año más cálido desde al menos 1880.
Lo que ocurre en el Pacífico tiene su huella en el vecino océano, el Atlántico. Una manifestación que repercute en Galicia. El caso de La Niña se relaciona con un anticiclón de bloqueo. El sistema de altas presiones de las Azores es de tipo termodinámico y semipermanente. Quiere decir que a lo largo del año ocupa una posición cerca del archipiélago portugués que precisamente le da nombre, pero puede modificar su ubicación en cualquier momento. Sus constantes idas y venidas explican buena parte de la variabilidad meteorológica que reina en toda la fachada atlántica de Europa.
Sin embargo, también puede ocurrir que el anticiclón se sitúe al noroeste de la Península con una elevada presión y permanezca mucho tiempo sin moverse. Entonces empieza a ejercer un papel de bloqueo. Esta configuración es la que acaba generando una sequía en Galicia. La comunidad gallega depende de la lluvia que traen las borrascas. Esta dependencia es mucho mayor que en el resto de España, donde las precipitaciones primaverales, que descargan las tormentas, suelen ser las más importantes.
Un anticiclón de bloqueo interrumpe el paso normal de las bajas presiones, obligándolas a tomar nuevas rutas, más al norte o al sur de lo habitual. Esto tiene un espacial impacto durante el otoño y el invierno, cuando Galicia acumula buena parte del agua que descargan los frentes. Y es justo lo que ha estado ocurriendo durante todo el 2022.
Activo hasta el 2023
El hecho de que ahora La Niña se haya fortalecido puede provocar que las altas presiones sigan situadas al norte y alejen las borrascas que deberían llegar en los próximos meses. La previsión indica que el fenómeno oceánico seguirá en desarrollo durante todo el otoño y con una probabilidad elevada de que se mantenga también en el primer trimestre del 2023.
La atmósfera es un sistema complejo. Se aprecia todos los días, cuando los meteorólogos intentan predecir el tiempo. Por tanto, no se puede asegurar al cien por cien que La Niña sea la culpable de la sequía, pero incluso puede apreciarse una cierta correlación estadística. Las sequías más intensas del siglo XXI (2005-2007,2011-2012, 2016-2017) en Galicia coincidieron con anomalías frías muy acusadas en el Pacífico ecuatorial. Curiosamente la Niña actual está evolucionando de una manera casi inédita mientras Europa sufre la peor sequía en 500 años.
La Aemet predice un trimestre más cálido y seco
La persistencia de un anticiclón de bloqueo que frena el paso de las borrascas empiezan a reflejarse ya en las previsiones estacionales. La Agencia Estatal de Meteorología ha publicado su previsión para el próximo trimestre. En lo referente a la precipitación la Aemet sostiene que hay un 45 % de posibilidades de que la estación presente una anomalía seca y solo un 20 % de que pueda llover más de lo habitual. El otro 35 % restante indica que los valores serían normales. No es una buena noticia ya que solo un otoño lluvioso o muy lluvioso podría aliviar esta sequía tan severa. Y no parece que eso vaya a ocurrir. También se espera una estación más cálida de lo normal.
La información que aportan las previsiones estacionales hay que asumirlas con mucha prudencia. No dejan de ser un herramienta experimental, pero que cada día resulta más demandada por sectores como la agricultura y el turismo. Así que todo es posible este otoño, aunque tiene mucho sentido que estén apostando por unos meses más secos.
En cuestión de un mes y medio la Aemet también dará a conocer las cifras del año hidrológico, que comprende el período entre el 1 de octubre del 2021 y el 1 de octubre del 2022. El valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas en estos momentos es de un 26 % menos que el valor normal correspondiente al período 1981-2010 (583 mm).
Claro que esa cifra varía en cada una de las comunidades autónomas. En este sentido, Galicia presenta uno de los déficit de lluvia más altos de España, con la mitad de precipitación de la que suele caer. Es decir, la lluvia se ha distribuido durante buena parte de este año justo al revés de lo que suele ser normal. Una circunstancia que tiene mucho que ver precisamente con el anticiclón de bloqueo. En primavera, las borrascas se encontraban con la barrera que levantó el sistema de altas presiones y tuvieron que moverse más al sur de lo habitual. Esto configuración generó un tren de bajas presiones aisladas (DANA) que regaron el sur peninsular, pero que no dejaron ni una sola gota en el noroeste de la Península.