¿Qué libro estamos leyendo?

Sigo con mis lecturas de Poirot, el último fue Tragedia en tres actos y me estaba rallando porque Poirot salía muy poco y casi parecía la típica novela de misterio de la que la propia Christie se cachondea (pasadizos secretos, mayordomos, etc) y al final casi aplaudo. La motivación del villano me parece demasiado, pero está todo hilado cojonudamente, la cabrona siempre me pilla.
 
Yo precisamente estoy leyendo "Se anuncia un asesinato", novela de Miss Marple, la conocida asesina en serie que se hacía pasar por detective aficionada para cometer sus crímenes con total impunidad. Bueno, o no :P Pero es una teoría popular. Aquí la viejecita visita uno de esos pueblos ingleses rurales que uno apenas puede creerse que fueran reales, y se ve envuelta en una especie de juego de rol en vivo que termina mal.

De Marple mi favorita por ahora era "Némesis". De Poirot, "Asesinato en el Orient Exprés". No he leído todas las novelas aún, solo unas cuantas que heredé de mi tío, y las que tienen en la biblioteca pública.
 
-Siempre fue usted un loco, Hino.

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Me es difícil escoger favoritos, pero reconozco que El Asesinato de Roger Ackroyd y Peligro Inminente siempre me vienen a la cabeza por darle la vuelta a la tortilla de manera tan magistral. Sí, si... Orient Express y Diez Negritos se llevan la fama y son maravillosos, pero La Guia de Ferrocarriles es un Poirot vs asesino en serie perfecto, Cinco Cerditos es memorable y La Casa Torcida y Noche Infinita son dos de sus mejores novelas en general.

En cuanto a adaptaciones, hay muchas y muy buenas, pero aunque todo el mundo se va, y con razón, hacia Lumet y ese tren tan cargado de estrellas, mi corazón siempre ha pertenecido un poquito más a Muerte en el Nilo. Es decir....Jessica Fletcher y Miss Lovett haciendo de autora de novelas románticas subidas de tono borrachina ¿qué más quereis?

Por cierto, que leer a Christie sin las portadazas de la editorial Molino es como leer a Holmes sin Paget (bueno, no tanto... pero si).
 
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¿Alguien lo ha catado?

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En Los evangelios escarlata, Clive Barker traslada al lector al más remoto rincón del infierno (la isla llamada Yapora Yariziac), donde dos de sus personajes más icónicos —Harry D’Amour (detective de lo oculto neoyorquino) y Pinhead (tentador de la Orden de la Incisión)— se enfrentarán en una lucha a muerte en la que se decidirá el destino del infierno, la Tierra y el cielo.
Tanto los devotos de Barker como los fans de Hellraiser hallarán en esta novela —ansiosamente esperada durante años— cuanto habían soñado y mucho más: acción y sangre a raudales, además del humor negro y las truculencias del Barker más salvaje e iconoclasta.
Ni los fanáticos ni los recién llegados se sentirán decepcionados con la historia épica y visionaria, aterradora y brillantemente compleja narrada en Los evangelios escarlata. El horror en estado puro de Barker hará que tus peores pesadillas parezcan cuentos infantiles.
Como dice el mismo Pinhead: «He aquí mis evangelios, ellos contienen mis hechos y mi doctrina revelada».
 
Yo precisamente estoy leyendo "Se anuncia un asesinato", novela de Miss Marple, la conocida asesina en serie que se hacía pasar por detective aficionada para cometer sus crímenes con total impunidad. Bueno, o no :P Pero es una teoría popular. Aquí la viejecita visita uno de esos pueblos ingleses rurales que uno apenas puede creerse que fueran reales, y se ve envuelta en una especie de juego de rol en vivo que termina mal.

De Marple mi favorita por ahora era "Némesis". De Poirot, "Asesinato en el Orient Exprés". No he leído todas las novelas aún, solo unas cuantas que heredé de mi tío, y las que tienen en la biblioteca pública.
He leído biblioteca pública....por favor, que alguien lo eche del foro. Aquí sólo hay sitio para un pobre y soy yo.
 
Me es difícil escoger favoritos, pero reconozco que El Asesinato de Roger Ackroyd y Peligro Inminente siempre me vienen a la cabeza por darle la vuelta a la tortilla de manera tan magistral.

Peligro inminente lo leí hace 4 o 5 años y me pilló menos de sorpresa, pero Ackroyd lo leí de chaval, fue el segundo de Christie que leí (el primero fue Muerte en la vicaría) y su final me dejó a cuadros. Era como un baile, todo encajaba.

En cuanto a las adaptaciones, la del Nilo mola, pero no me gusta la forma que tiene de "repasar" las teorías de Poirot, mostrando a todos los actores recreando el crimen para ir descartando, me pareció reiterativo y llegó a hacérseme pesado. Me gusta más Muerte bajo el sol (Diana Rigg, claro). El espejo roto es muy buena, también, reunión de actorazos y buena banda sonora. Pero vamos, que la mejor que se ha hecho es la de Lumet y el trenecito, de lejos.

He leído biblioteca pública....por favor, que alguien lo eche del foro. Aquí sólo hay sitio para un pobre y soy yo.

En la biblioteca pública hay incunables descatalogados que no encuentras en cualquier sitio. Un primo mío dice que una vez vio el Necronomicón.
 
Peligro Inminente es menos por la sorpresa (que también) y más por la maestría en la ejecución. La explicación funciona como un reloj y subvierte expectativas, pero bien.

A mi me gustan esas exploraciones de las teorias de Poirot, y entre el casting, los ecenarios, que es uno de los casos más interesantes de Christie con una espléndida resolución, y Ustinov (no es muy fiel al personaje escrito, pero a pesar de Suchet, es mi Hecule favorito) hacen que gane en mi corazón. Y la pongo casi a la par de Express, por mucho que Lumet sea un nombre más vistoso y luzca algo mejor la cámara.

Bajo el sol también es de mis favoritas. De hecho siempre he contemplado estas tres como una (extraordinaria) trilogia no oficial. Tiene a Rigg, sí... y unos dialogos y escenarios exquisitos. Y otra gran historia con una excelente resolución.

Espejo es bastante menor, pero también encantadora. El prólogo con la señora Fletch... digo... Marple... en el cine es lo más divertido de todo, pero Rock Hudson y Curtis brillan menos que los repartos anteriores, están más fuera de onda. Aunque cumplen sobradamente. Y la historia es maja, pero menos vistosa. Aunque Edward Fox y Lansbury están soberbios, sobre todo cada vez que coinciden en escena. Igual que Taylor y Novak, qye toman lo que podría haber sido una pelea de gatas tópica a otro nivel.

Mi primo falsifica Necronomicones, así que cuidado con eso.
 
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Breve antología que sin duda me deja con ganas de más material de esta estadounidense venerada por mucha gente, con King a la cabeza. Lo suyo es el terror puro y duro, o lo que es lo mismo, un terror que brota de la vida cotidiana, de la sospecha de que algo va mal. Insidioso y sutil, manifestándose en contrapunto con unas apariencias inofensivas, tratado además con una gran economía de medios y simpleza aparente del lenguaje, obteniendo a cambio un efecto muy potente. En “El amante demoníaco”, la búsqueda desesperada de una muchacha en pos de su futuro marido en el momento más inoportuno, nada menos que el día de su boda, deriva en una odisea llena de incertidumbre, un kafkiano y exasperante recorrido urbano tras un rastro más que dudoso… la colectividad es hostil, pero incluso desconfiamos de esta mujer, de quien apenas sabemos nada, pues puede estar todo en su imaginación. “La bruja”, “Después de usted, mi querido Alphonse” y “Charles” son tres cuentos con un tema en común; el lado perturbador de la niñez. Unos niños, su madre, un viaje en tren y un desconocido que puede ocultar algo peor que cualquier bruja supuestamente vista por uno de los nenes, ya de por sí retorcidillo en su complacencia… ¿O se trata todo de una broma pesada? La camaradería infantil, sin embargo, contrasta con el mundo adulto, el prejuicio ante la cuestión racial y la excesiva compasión hacia quienes son vistos como pobrecitos desfavorecidos; una bondad extrema que encubre algo incómodo. El tercero de estos tres relatos, de nuevo sobre el pequeño monstruo tras una fachada de mentirijillas muy reales, sobre la agresividad que te estalla encima en toda tu comodidad paternal, es quizá un poco más previsible.

“Siete tipos de ambigüedad” viene a ser un ejercicio aparentemente intrascendente de refinada crueldad, ambientado en un entorno bibliófilo, con unos personajes bastante normales que no sabemos sin son muy inocentes, o por el contrario, unos hijos de puta; aquí la devoción hacia la lectura es lo contrario a quienes consideran la cultura como un simple artículo de lujo a adquirir sin más… formidable pieza que en su ambiente tristón, en su decir sin decir del todo, me recuerda un poco a Hemingway o a Chéjov. En cambio, “La muela” es todo un viaje surreal entre el sueño y la vigilia que arranca a partir de una experiencia tan común, pero tan terrible a la vez, como un dolor de muelas; se dan extraños trasvases de la identidad, se repiten situaciones en espiral, la clínica dental toma de golpe unos tintes inhumanos, amenazantes… la autora nos zarandea, cuestiona los límites, su tratamiento de las realidades superpuestas se parece aquí al de un Cortázar.

Llegamos por fin a “La lotería”, quizá el escrito más famoso de Jackson, mil veces antologado, comentado y sumamente controvertido en su momento. Es como un tratado de antropología en miniatura, la descripción detallada de una especie de ritual arcaico asociado a los ciclos estacionales que no obstante pervive en la América moderna; un argumento precursor de eso que hemos acabado por denominar “folk horror”. El miedo es un mecanismo de control, la violencia más atroz se encuentra totalmente normalizada, sancionada por la tradición; esto es una sátira social con muy mala baba del conformismo y de la violencia escondida bajo el manto idílico de las pequeñas comunidades, que casi parece una versión siniestra de cierto realismo mágico-fantástico.

Finalizamos con tres textos de no ficción y un relato más. “Experiencia y ficción” y “Notas para un joven escritor” sirven a Jackson para hablar un poco en general del proceso creativo, arraigado en una realidad corriente de donde toma la mayor parte de sus temas e inspiración, pero lógicamente, reelaborándola artísticamente para que tenga sentido, interés, por sí misma. Se ve esto reflejado en “La noche en que todos tuvimos gripe”, simpática narración autobiográfica de una escena familiar disparatada… pues esta Shirley no deja de ser la típica ama de casa norteamericana de posguerra. Sus consejos sobre escritura para principiantes, dirigidos a lograr la cohesión narrativa, eliminar lo innecesario de las tramas, prescindir de palabras rebuscadas, mejorar la relación con el lector… son muy básicos y de sentido común, susceptibles de figurar en cualquier taller de escritura actual. “Biografía de una historia”, por último, es su crónica en primera persona de toda la polémica que siguió a la publicación de “La lotería” en el New Yorker, digna de Twitter sin existir aún las redes sociales. Básicamente, oleadas de misivas de lectores indignados, horrorizados ante la crueldad de la historia, algunos faltando al respeto, otros simplemente estupefactos y sin haber entendido un carajo, o bien haciéndose sus propias teorías… con decir que incluso hubo trolls y frikazos varios de por medio, queda todo dicho en torno a un caso curioso de literatura como pequeño fenómeno sociológico que dice más acerca de los miedos, neurosis, idiosincrasia, etc. de los propios lectores que por entonces se daban por aludidos.


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Publicados en 1908, se inspiran supuestamente en anécdotas reales, con la utilización sistemática de un recurso como es el del narrador indirecto, que al presentar al auténtico relator de los hechos ofrece una mayor veracidad y proximidad a lo oral, pese al elaborado estilo que caracteriza al autor. Se abre este libro con una canción infantil: “Las pequeñas marionetas / Dan, dan dan / Tres volteretas / Y luego se van”… sencilla manera de hacer referencia, quizá, a esas fuerzas ciegas que impulsan la siempre imprevisible y contradictoria naturaleza humana, que nadie acaba de entender.

Ambientada en la guerra de la independencia de Chile, “Gaspar Ruiz” es una nouvelle bélica que gira en torno a las insólitas peripecias de un humilde campesino convertido después en caudillo gracias a su vigor físico excepcional, que llega a militar en ambos bandos del conflicto y cuya vida está marcada de algún modo por la traición, a la vez que su destino se une al de una mujer que protagoniza una historia de venganza y rencores hacia ese movimiento independentista que hace tener sus días contados en la región a la perdedora y otrora todopoderosa España. Gaspar, superviviente nato, es un individuo de un carácter humano singular, incendiario cual pura fuerza de la naturaleza, o personalidad característica romántica; un tipo, aún con esas, metido en el ajo porque así le ha correspondido en suerte, ligado muy a su pesar a los avatares políticos, aún teniendo él mismo sus propios valores, su apasionada fidelidad a los suyos que le hace salir de los peligros, de las situaciones más extremas… así nos lo da a entender un admirado narrador en su vejez, un hombre de carácter y de existencia desde luego más convencional, desde la distancia y el mito.

En un ambiente distendido y vacacional transcurre “El Conde”. El encuentro azaroso y violento entre un personaje aristocrático y caballeroso, muy mesurado en su forma de ser, y un delincuente perteneciente a la infame Camorra napolitana que intenta atracarle, se salda con un grave daño a un bien mucho más importante que la mera integridad física, que es el sentimiento de humillación, de afrenta a la dignidad, cuyas consecuencias pueden ser importantes y drásticas.

La crítica a los movimientos revolucionarios subversivos se hace patente en “El delator” y en “Un anarquista”. En el primero la mira está puesta además en esa burguesía diletante que hoy y ayer disfruta con las figuras estrafalarias y provocadoras de postín; muy actual lo de la revolución como hobby de gente bien, aún siéndose lo contrario a aquello que se pretende ser. Mucha ironía en cuanto a que el topo traidor de una de estas células terroristas es quien más sólidos principios mantiene. En el segundo tenemos en cambio una sátira maliciosa del capitalismo y de la incipiente mercadotecnia, del tratar a los trabajadores como a ganado. Un pobre diablo es zarandeado, estigmatizado e involucrado sin comerlo ni beberlo en una lucha que, una vez atrapa, no permite la huida, es paradójica por tanto la búsqueda de la libertad, el hecho de que, tras un sinfín de aventuras, la práctica esclavitud laboral sea tristemente una mejor opción frente a quienes son locos sin escrúpulos, con más entusiasmo y convicción que sesera.

“La bestia” es el único cuento de temática marinera, en el que una nave gigantesca que parece tener conciencia propia, que ningún marino es capaz de dominar por completo, orgullo y condena de una prestigiosa familia de navieros, arruina vidas y siempre se lleva a alguien por delante causando accidentes. Sólo podrá ser derrotada por el único ser de la creación susceptible de superarla en cuanto a perversidad, o al menos en ser imprevisible… una mujer. Sin comentarios, señor Conrad, un buen capón para usted y un buen curso de deconstrucción de género, a juzgar por esta obra y por las restantes.

Aparte habría que mencionar la novela corta “El duelo”, lo más conocido de la recopilación y diría que con mayor enjundia. Cuenta la rivalidad entre dos oficiales napoleónicos durante más de una década, originada en un incidente del todo banal que actúa como mero pretexto para el odio irracional y enquistado entre los dos hombres, opuestos en todo (carácter, origen social y geográfico, incluso físico) y que no paran de desafiarse a duelos de honor en cuanto tienen oportunidad. La templanza de uno, más acomodaticio, apegado ante todo a la institución militar, contrasta con la exaltación del otro, impulsivo, herido por el resentimiento y férreo defensor de la causa bonapartista. El enconado rechazo, especialmente de uno hacia el otro, roza la obsesión y se prolonga hasta el absurdo incluso cuando ambos luchan en el mismo bando. Su historia personal se inserta en el maremoto de la Historia de Europa, que va desde las guerras napoleónicas hasta el restablecimiento de la monarquía, que convertiría a los partidarios del hombre de Santa Elena en reliquias, en despojos humanos, con todo el cambio de circunstancias y de valores imperantes.

El sentimiento tan viril de la honra es por lo tanto lo central, por mucho que fuera ya entonces una costumbre anticuada o pura arrogancia, pues su pervivencia aún no se había extinguido. Lo más interesante de esta ficción histórica, creo yo, es la idea de cómo una enemistad tan profunda puede marcar una vida y condicionar a ambos contendientes, estableciéndose una extraña vinculación, una simbiosis entre dos sujetos inseparables pese a todo. Pese a lo disparatado del desafío, el protagonista acaba descubriendo lo inestimable del coraje, del peligro de muerte, del amor incluso, acercándose a esa humanidad descarnada y en estado puro, frente a una existencia acomodada y no tan adecuada a fin de cuentas para un león que se ha batido en los campos de batalla de media Europa… descubriéndose a sí mismo sin quererlo. Notable la descripción del duelo final, de esa tensión sostenida que nunca alcanza a resolverse, la fascinación, el eco mítico que termina generándose en el entorno de los contendientes; gran novela incluso hoy cuando nos resultan tan distantes estos conceptos que, sin embargo, daban sentido a tantas cosas hace siglos.
 
Harkness, busca de vez en cuando esto en e mercado de segunda mano:

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Es el libro íntegro que publicó en vida y contiene sus 25 cuentos. Yo lo encontré por 10 euros hace tres años, pero lo veo de vez en cuando asomar su naricita por unos razonables 17-20 (otras veces ya se va a 40, que ya lo que valore cada uno...). Se agradece que aparezca en España, pero a mí esa antologia de minúscula me pareció... pues eso... minúscula. Demasiado. Apenas da una idea de su genio.

Lástima que otro de sus mejores cuentos, Los Veraneantes, haya que buscarlo en antologias. A ver si se animan a publicar la póstuma Come Along With Me, que contiene muchas de sus historias no publicadas en su primer colección.

Deja Que Te Cuente es una colección de obras y fragmentos sin publicar o inconclusos, obras tempranas y ensayos. Aunque es recomendable, pues tiene sus joyas. Es una lástima que para un solo libro de cuentos que publicó en vida, en vez de sacarlo íntegro haya que contentarse con una selección tan ínfima. Sobre todo cuando ya estuvo publicado una vez.

En todo caso, imprescindibles La Guarida y Siempre Hemos Vivido en el Castillo. La primera es más famosa, pero la segunda es tan buena o mejor, y ambos son fáciles de encontrar y están a buen precio.

Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.
 
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