¿Qué libro estamos leyendo?

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Un trago difícil de digerir. Te preguntarás varias veces qué narices haces leyendo esto, dudarás de si es arte o solo una forma un poco más refinada de pornografía, si es que antes no lo tiras directamente a la basura.

Su lectura es como estar encerrado entre cuatro paredes con su abyecto protagonista, autor del peor crimen imaginable, en toda su verdad descarnada, maloliente. No hay un intento de justificar o de redimir, como mucho se intenta entender, adentrarse en su psique torturada. A un tema ya de por sí tabú se le incorpora una provocación basada en la amplia presencia de sangre y esperma, heces, vómitos y orines, obscenidad sexual de todo tipo, tan capaz de asquear como de volverse reiterativa y banal sin más… o quizá no basta la distancia aséptica y sí que es en realidad necesario todo este componente asqueroso para que sintamos mejor la sordidez que invade la existencia carcelaria de un pederasta, así como la recreación mental que este hace de las cartas que le envía una joven aspirante a tal condición, obsesionada con su nueva y pubescente presa. Por otra parte, el submundo de la prisión, con sus normas propias de supervivencia y sometimiento, con los singulares freaks que la pueblan, se parece demasiado al infierno.

La autora no pierde oportunidad para demostrar que es una chica mala, pero que muy mala, y en su afán amenaza con echar por tierra el intento, siempre serio y respetable, de reflexionar sobre cuestiones delicadas, imponiéndose con estruendo por encima de lo narrado. Se hace evidente la influencia del clásico de Nabokov ya en el motivo de la mariposa, cual intento radical de enmendar la plana al refinado novelista ruso-estadounidense. Está a punto de caer en el tópico de la ninfa perversa y del demonio sensible y enamorado para acabar convirtiéndolo en una historia de amor impagable, trágicamente retorcida, a medida que abraza la fatalidad y conocemos el disfuncional historial familiar y afectivo de nuestro hombre; de nuevo, el abuso y el abandono durante la infancia es la explicación del comportamiento patológico de algunos sujetos.

El cuestionamiento que la amarga voz del delincuente efectúa del sistema (quién es él para impartir lecciones sobre nada, podemos pensar) no se queda en ese estilo de vida americano que genera insatisfacción entre quienes de modo tan estereotipado lo profesan, que oculta con pudor los instintos malsanos, sino que llega a interpelar al lector, último depositario de su historia, desafiándole. Todos somos en mayor o menor medida como ese monstruo del que nos apartamos a toda costa, negamos cualquier posible similitud, pero compartimos su vulgaridad y al menos él es sincero sobre sus inclinaciones. No deja de haber cierto morbo en torno a su figura, que impulsa a la gente normal a escribirle, tan interesada.

Se cruzan los narradores, las perspectivas, en un relato que bordea lo fantástico precisamente en la crudeza escatológica de su lenguaje, que arroja constantes dudas sobre la fidelidad de lo contado y que experimenta con el montaje y la temporalidad. Quizá nada es por completo lo que aparenta en un juego endiablado de paralelismos, de similitudes y diferencias (la libertad y el encierro, la lejanía física frente el pernicioso influjo de un alma en otra, los culpables y las víctimas...), que hace brotar el pasado y permite reconstruir lo sucedido, quedando al final más preguntas que respuestas. Final, desde luego, nada halagüeño; a la trama parece que le cuesta trabajo cerrarse, y cuando lo hace, es mediante un suceso horrible a más no poder, que condensa el título y concluye este puzle atroz de culpabilidades enterradas e instintos difíciles de reprimir; el peor enemigo no está entre rejas… el peor enemigo lo eres tú mismo.
 
Ya era puta la hora... :cortina :diablillo

¿Sabes lo más gracioso? Porque tiene tela. Que tenía tal mosqueo con Gilgamesh por su puñetera dejadez con esta antología, que me dije "ATPC, no lo compro, ¡no lo compro, por mis cojones!". Pero claro, es Matheson... así que un buen día pensé que ya era hora, y saqué la cartera.

Pues no, no era hora, Gilgamesh había desaparecido, y el primer volumen, que es el que yo quería (el contenido del segundo volumen es prácticamente idéntico al de la antología de Valdemar, que ya tengo) es INENCONTRTABLE. De segunda mano, a 180 pavos lo he llegado a ver.

Resumiendo, que lo estoy leyendo en el Kindle, a lo piratón. Y me ALEGRO. Si lo hubieran sacado cuando tocaba... :cura
 
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Por fin los terminé. No voy a añadir nada que no se sepa ya de esta trilogía, obra cumbre de la ciencia ficción. Pensé que se me iba a hacer bola pero me ha resultado bastante entretenida esta epopeya galáctica. Voy a por la serie de AppleTV a ver qué tal.
 
ahora que están editando colecciones de relatos de Bradbury más inencontrables, y habiendome leído media docena no deja de asombrarme el nivelón brutal que mantiene, estoy con El convector Toynbee, y es lo de siempre, o sea, una maravilla, magia, viajes en el tiempo, paradojas, paisajes de la infancia.

y de paso va metiendo relatos de algunas de sus novelas y personajes muy identificables (De la ceniza volverás)
 
Minotauro está sacando bastantes recopilaciones de relatos de Bradbury con un diseño muy chulo. Me leí no hace mucho "Siempre nos quedará París" y ahora voy a empezar "La muerte es un asunto solitario". Desde que lo descubrí en "Crónicas Marcianas" es de los autores que más disfruto leyendo.

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Pues me ha dado por releer viejos libros de la juventud, en aquella época unas ediciones lastimosas en tapa blanda, de Sven Hassel, que siempre me gusto porque trataba la guerra sucia desde el punto de vista de un batallón de castigo alemán, el "lumpen del lumpen".

El viejo, Porta, Hermanito, el Legionario.... que recuerdos tan buenos.

Una de las imágenes que se me quedo grabada era que usaban dos palos unidos con alambre para los ataques silenciosos en las lineas enemigas (y de vez en cuando caía también alguno del propio bando).

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Pues me ha dado por releer viejos libros de la juventud, en aquella época unas ediciones lastimosas en tapa blanda, de Sven Hassel, que siempre me gusto porque trataba la guerra sucia desde el punto de vista de un batallón de castigo alemán, el "lumpen del lumpen".

El viejo, Porta, Hermanito, el Legionario.... que recuerdos tan buenos.

Una de las imágenes que se me quedo grabada era que usaban dos palos unidos con alambre para los ataques silenciosos en las lineas enemigas (y de vez en cuando caía también alguno del propio bando).

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Yo me leí el primero hace muchos años, La legión de los condenados. Entretenido, aunque al final no me quedé con ganas de más y no leí ningún otro de la saga. ¿Quien no tiene un amigo que se parezca, aunque sea un poco, al gilipollas adorable de Porta?
 
La legion de los condenados es el mejor y quizas el mas autentico si se trata de una autobiografia, los demas fantasean mucho pero son muy entretenidos y adictivos, este pasado invierno me relei una docena de el.
 
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Quizá lo más llamativo de los cuentos de esta uruguaya sea su brutal sentido de la ironía, que a través de la expresión sencilla, o incluso ingenua, carga contra las realidades más anómalas de nuestro siglo, las cuales sin embargo hemos acabado dando por válidas y perfectamente normales. Cuentos crueles, próximos algunos en su esencia a la anécdota o al chiste, a menudo con giro de tuerca (a veces más o menos previsible) y que se sitúan en todo el inventario de escenarios de la vida moderna y urbana, a menudo transitorios, pero donde tienen lugar los encuentros, las historias más decisivas y que mejor definen tanto a hombres como a mujeres; un puticlub de La Mancha (“After hours”), un programa televisivo de reencuentros (“Se busca”), un entorno vacacional (“Las tres eses”), el siempre sórdido mundillo de los congresos (“HB2”, “Dormir de amor”)… pero si algo tienen en común es su abstracción, la ausencia a veces de referencias concretas que permitan ubicar estos ambientes, tantas veces idénticos. Hace tiempo que cayeron los muros para dar paso a un mundo maravilloso de libertades y de razón, de civilización y adelantos tecnológicos que no impiden la soledad, el anonimato de vidas grises, a menudo fracasadas. Que buscan un alivio, un refugio aunque sea temporal, a veces con resultados frustrados o inesperados. Que no pueden ocultar el hecho de ser criaturas de carne y hueso que desean, follan, matan, duermen... o simplemente, se entristecen cuando llega la hora de crepúsculo.

Porque las identidades son, la mayoría de las veces, inestables, pura fachada, más aún desde que existe internet. Cuando se ama a un fantasma ¿Quién es el auténtico espectro… ese fantasma, o quien lo ama? Cuando se juega a un juego online como único objetivo existencial (“Carta blanca”) ¿Qué es más lamentable, el deseo de vencer a la máquina a toda costa… o de dejarse vencer, y directamente, enterrar por ella? El gran negocio de la industria farmacéutica, la práctica médica, psiquiátrica y psicoanalítica y sus frivolidades, por su parte, son atacados de modo especialmente hiriente, del mismo modo que la realidad atroz de la prostitución.

Surgen monstruos, enfermos, locos, como el asesino convicto de mujeres de “La redención”, en cuya correspondencia muchas y muy diversas personas proyectan sus delirios cotidianos, o la madre de familia con tendencias suicidas de “Terapia”... o bien un poético atracador en “Como la chistera de un mago”, que sueña con replantear los usos y las lógicas del dinero. Seres que por alguna razón no se ajustan a las exigencias del sistema, cuyos actos nos parecen incomprensibles o descabellados, pero que guardan un fondo de razón, de subversión. Como en “La lección de zoología”, excéntrica, erudita y erótica reivindicación de los instintos más puramente animales, viscerales, que paradójicamente son los más humanos, tiernos, de los que somos capaces, que revelan una condición auténtica antes de retornar a las buenas y falsas maneras del día a día.
 
Leyendo "En el sur profundo", la última aventura de Charlie Parker, que en realidad es un flashback ambientado a "mitad" de la primera novela. Menos sobrenatural (que es muy tenue, casi siempre), pero con maldad a tope y con villanos carismáticos a full como siempre. Familias que controlan condados, corrupción política, racismo casual, pederastia, hipocresía... El autor es izquierdoso (medio foro pasando ya cuando John Connolly es autorazo xD), pero tampoco se corta en mostrarte mujeres peores que hombres.
 
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