No he acabado los viajes temporales, pero estoy leyendo otro libro (sí, leo varios a la vez
) y me gustaría comentarlo también:
Recopilación de relatos terroríficos de un autor alemán maldito y poco conocido, debido a su filiación con el partido nazi, algo parecido a lo que ocurre con Hanns Heinz Ewers (y seguidor, Strobl, al parecer más fiel a las doctrinas de Hitler, sin los claroscuros de Ewers). En todo caso, leyendo a ambos, no se detecta en sus relatos fantásticos -menos mal- señales aparentes de discursos fascistas o ideas adoctrinantes (por cierto, que comenté en su día el libro de historias fantásticas de Ewers, editado por
Valdemar:
¿Qué libro estamos leyendo? | Página 47 | NosoloHD ). Pero vamos al grano.
Se nota en Strobl (o al menos así me lo parece) más seguridad, confianza y habilidad, cuando entra en los terrenos más explícitos, grotescos y malrolleros (en cambio Ewers se movía perfectamente en el puro melodrama, de romanticismo negro, como señalo -entrando en el enlace de arriba- en esos dos soberbios relatos del género y que son de lo mejor de aquel libro), pero cuando se baja "el tono" y, por la historia, van más hacia lo sutil, no parece desplegar el mismo interés, ni ayudar a remontarlo con los desafíos estilísticos que sí emprende en los otros relatos, debatiéndose entre historias algunas entretenidas, otras regulares y algo anodinas.
Pero aún así -y olvidando las historias más flojitas que hay, como tenía también Ewers ... y casi que cualquier otro escritor- hay
ORO aquí, especialmente:
-La Cabeza: La Obra Maestra del libro, que trata sobre ... la cabeza decapitada de un hombre. Paris. Revolución. La guillotina. El relato nos describe con mórbidos pelos y señales las sensaciones (físicas ... y metafísicas) del decapitado, con un portento de estilo e inquietud que ya solo es suficiente con ello para llamar clásico al cuento. Pero hay más ... la cabeza acaba junto al cuerpo (sin cabeza) de una mujer, estableciéndose de alguna manera, para el hombre (bueno, su cabeza) una conexión con las sensaciones de la mujer (me recordó vagamente el film
"Frankenstein creó a la mujer (1967)" de La Hammer). Y por si fuera poco ... resulta que dicha mujer era ¡una vampira!. Contemporáneo prólogo y epílogo del relato, además, perfectos. Un
9.5
-El hombrecillo de la sangría. Historia de un vampiro, con cierta explícita sorna (habitual, por lo que veo en Strobl), que se hace pasar por médico para entrar a un monasterio y proceder a la habitual sangría de las monjas ... jeje. Climax final deliciosa y maravillosamente grotesco (otra vez, típico en Strobl).
8.5
-Gestos malditos. Historia de fantasmas. Un jóven pierde a su novia (ella muere) y todo interés por las relaciones sociales. es convencido por un compañero de Universidad, para ver una representación "teatral" que incluye cementerios y máscaras zombis y fantasmales sobre el escenario. El joven percibe "gestos" muy familiares en una de las enmascaradas. Atmósfera tétrica y malrollera muy conseguida.
8.5
-Tres cuadros al estilo de Jerónimo Bosco. Tres historias lo componen, destacando
"La sirena" (9), fábula de formas sutiles y emocionante (en este caso Sí funciona Strobl, más allá de lo demente, sórdido o truculento) muy bien escrita, con una sirena herida en la playa, y el muy religioso pueblo dudando entre abandonarla a su lento desangrado, o matarla a golpes directamente; y
"El juez de las brujas" (9), con un juez inquisitorial, de llegada a su casa tras ajusticiar a unas brujas, esperándole allí el mismísimo diablo, y acabando con -otro- climax grotesco pero alucinante. Completa el terceto,
"En la encrucijada" (8), muy bueno y extrañísimo, con tres brujas gigantes y sus sórdidos entretenimientos.
Me queda por leer, al parecer -y por lo menos- otra gema reluciente:
"La monja mala", de ya explícito título.