He leído cuatro de los siete volúmenes
Gran Super Terror, lo mejor del terror contemporáneo de Martinez Roca (el 1, 4, 5 y 7) y tengo curiosidad por el
2, que muchos citan como entre los mejores (del
3 y el
6 casi nunca se habla, por lo que imagino que no me pierdo mucho).
De los catados, voy a ir
in crescendo cualitativo: el
7 es el más anodino, por lo que no voy a nombrar siquiera contenido alguno. El recopilador del
4 (Dennis Etchison) intentó una unificación temática de tono experimental (relatos usualmente urbanos, acerca de psicosis modernas y casi más centrados en tristes y/o turbios dramas metafísicos que el terror “convencional”) y, aunque hay mucho relato filfa, sí alberga varios interesantes, especialmente: los conseguidos y muy sórdido-sexuales
“Adiós, amor oscuro” de Roberta Lannes y “
Lagunas” de Karl Edward Wagner; el muy breve y espasmódico –pero sugestivo- “
Vampiro” de Richard Matheson ; y principalmente, el que más se acerca a lo magnífico,
“Rosa azul” de Peter Straub, bastante desasosegante retrato de la infancia de un psicópata, de cómo provocando la muerte de su hermano menor, destroza a su –ya de por sí, peculiar- familia (por ej, los pasajes de clavar alfileres a su hermano bajo hipnosis provoca repelús). Mencionar también cuando menos, el triste y efectivo
“Pálida, estremecedora juventud” de W.H.Pugmire & Jessica Amanda Salmonson,
“La última piedra” de William F.Nolan (famosillo relato –que ha dado lugar a películas- de un nuevo Jack el Destripador rondando el nuevo puente de Londres construido en Arizona) y el muy crudo
“El monstruo” de John Haldeman.
Los volúmenes 1 y el 5 son los mejores, o cuando menos los que poseen varias historias brillantes, incluso geniales. Resaltaré las, para mi gusto, mejores del 1 y comentaré el 5 al completo, dado que me parece en conjunto el mejor (y el único que carece de relatos malos).
Del
1:
-“El patio trasero de Canavan” de Joseph Payne Brennan. El autor de uno de los mejores relatos de horror que haya leído nunca (“Horror en el castillo de Chilton”, también conocido como “La cámara de los horrores”) firma esta otra estupenda e inquietante historia de un solar cubierto de matorral, donde fue ejecutada una bruja siglos atrás, y que produce un extraño hechizo en el actual dueño de la casa contigua. Must-See ****
-“Muerte al conejito de Pascua” de Alan Ryan. Un viejo, con su hipnótica forma de ser y relatar historias, convence a un grupo de jóvenes para ir a la caza de un gigante conejito de Pascua (que lleva cestita y todo) que deambulará por el bosque en la noche del día de marras. Y maravillosas últimas líneas del relato jaja. Delirante y mordaz historia, que consigue ser a la par: divertida, atmosférica, entretenidísima y absurdamente malsana ****
-“El cuarto de goma” de Robert Bloch. La verdad es que me gustan más los relatos aislados de Bloch que he leído (incluyo “Nina” –que comento luego, en el volumen 5- ), que todos los que conforman el recopilatorio de “Dulces sueños” de Valdemar, dedicado al autor. Aquí estamos ante una historia poderosa, de loco esquizofrénico encerrado en una celda acolchada, temática puede que ya vista, pero el mal rollo conseguido entre la obsesión antijudía del tarado y sus visiones en la celda, logran un relato claustrofóbicamente muy notable ****
-“Entre los muertos” de Gardner Dozois y Jack Dann. Extraordinaria historia ubicada en un campo de concentración nazi, por donde vaga un vampiro (descrito tal si fuera el Nosferatu de Murnau) que entre todo el horror real, añade el suyo propio, en modo chupóptero de los moribundos… hasta que el protagonista logra percibirlo. Terror, tristeza y patetismo, todo en uno. Genial y, junto al de Brennan, lo mejor del volumen *****
Mención aparte para:
“Nunc Dimittis” de Tanith Lee (que precursoramente recuerda a la peli “Déjame entrar”),
“Las flechas” de Chelsea Quinn Yarbro (autora con muchos detractores, pero al menos este relato IMO es bastante interesante) y “
Talento” de Theodore Sturgeon (parecido al famoso episodio de “Twilight Zone” del niño con poderes, de hecho se publicó el mismo año que la otra historia, la que dio lugar a dicho episodio … ¿quién se inspiró en quien? ¿o fue casualidad?).
El
5:
-“Ventana” de Bob Leman. Científicos y militares americanos se topan, por accidente, con una ventana a otra dimensión paralela. Como “The Mist” de King, pero en mejor. Aquí no son criaturas lovecraftianas las que amenazan “el más acá”, sino lo que se ve es una aparentemente apacible familia de rasgos humanos (con casa, vestidos… todo “normal”), hasta que les revelamos nuestra presencia… revelando ellos su verdadera naturaleza. Escalofriante relato, y el final aún más *****
-“Insectos en ámbar” de Tom Reamy. Aceptable historia (la más larga del libro) que comienza como haunted house irónica, que se interna luego en poderes extrasensoriales. Curiosa **
-“Tierra gratis” de Charles Beaumont. Comicidad negra para la historia de un hombre obsesionado por conseguir todo gratis, y no va a dejar escapar una oportunidad como la que indica el título. Simpatiquilla **
-“Las aguas suben” de Patricia Ferrara. Interesante historia old fashioned de fantasmas habitando una casa anegada por un lago artificial. No está mal, quizá todo resulta demasiado visto y “correcto”, y funcionaría mejor de ser obra de un escritor de principios del siglo pasado **
-“La noche del tigre” de Stephen King. El cruel y de asalvajados rasgos dueño de un circo trata muy mal al enorme tigre del espectáculo. Todo visto, como se espera en King, a través de los ojos de un niño, que asiste al circo todos los años… hasta que en uno ocurre el mortal climax final **
-“Pobrecito guerrero” de Brian Aldiss. Este ya lo comenté en un recopilatorio de historias cifi sobre dinosaurios: un cazador se quiere traer una enorme pieza del Mesozoico. No preverá las consecuencias. Entretenido, eléctrico y con mala uva ***
-“Nina” de Robert Bloch. Un occidental se enamora de (y copula con) una nativa en pleno corazón selvático amazónico. Se dice que ella pertenece a un “pueblo serpiente” al que las demás tribus temen. Malévola última línea, típico “golpe final” de Bloch, pero aquí, para mi gusto, sustentado por un relato con más entidad que el ser un simple chiste ****
-“El vestido de seda blanca” de Richard Matheson. Relato narrado por una niña que echa de menos a su misteriosa madre, se interna en su habitación (sin el permiso de la abuela) para probarse sus vestidos, pero no soporta la falta de respeto que muestra la amiguita que la acompaña. Pero ello tendrá agradables (bueno, depende para quien) consecuencias. Magnífica historia de la mano de un clásico ****
-“El Gregory de Gladys” de John Anthony West. Historia satírica divertida, de evidente tono revenge feminista, con el club de mujeres que organizan fiestas tras cebar (literalmente) a sus maridos, escogiendo al más obeso (comprobando con báscula y todo) para… bueno, ¿hace falta decirlo? ***
-“Junto al río, Fontainebleau” de Stephen Gallagher. Excelente versión arty de “La matanza de Texas”, con un pintor que se enamora de una joven que vive en una cabaña en medio del bosque francés del título. Gallagher consigue aunar lo sutil con lo macabro, lo realista con lo fantasmagórico (consiguiendo una atmósfera bastante única) para una historia que pretende una discurso sobre “la decadencia artística, las apariencias y la superstición”, desembocando en un final fantástico y ambiguo *****
-“Glory”. Historia de una antigua y famosa actriz de Hollywood desaparecida, vuelta a encontrar (viva y joven), muchas décadas después en un sótano. Deciden hacer un film biográfico en que se interprete a sí misma, pero presentándola cómo alguien muy parecido a la vieja estrella. Hay un problema: es una vampira. Entretenido **
-“Manada” de Charles L. Grant. Hasta ahora no se había introducido en las historias licantrópicas, la idea de la organización y estructura de las manadas en los animales salvajes reales. En una ciudad empiezan los salvajes asesinatos y un hombre se lía con una mujer, al parecer nueva en la zona. Buen y eficaz relato ***
-“Dientes largos” de Edgar Pangborn. Un bigfoot (o parecido) secuestra de una cabaña en los bosques de Maine, a la mujer del protagonista, que los perseguirá por agrestes paisajes. Tipo Stephen King, pero con un Pangborn poderoso y conciso, tejiendo un relato de oscura atmósfera y suspense con(y sos)tenido, y breves pero contundentes explosiones de violencia. Todo ello de forma brillante ****
-“
La casa de los insectos” de Lisa Tuttle. Tiene mala fama Tuttle entre ciertos sectores, pero al menos éste es un muy buen relato, sobre una vieja casa junto al mar, infestada de insectos en sus paredes y cimientos, y una mujer que llega a ella y lo que encuentra a mayores … Efluvios (ejem) tipo Cronenberg, para una historia bien escrita y de desagradable (es decir, buen) final ****
-“La mano en el guante” de Robert Aickman. Aickman es renombrado por su estilo de historias fantasmagóricas “sutiles y ambiguas”, que es algo que teóricamente me atrae. Pero no es al menos el caso entre manos. Dos amigas, una excursión, y avatares más o menos inconexos (dificiles de explicar, así que lo dejo ahí) para una relato pasable, pero no creo que especialmente conseguido **
-“El infierno de Balgrummo” de Russell Kirk. Historia de casa encantada, aunando el regusto gótico clásico, enmarcado en época contemporánea. Kirk consigue hacer funcionar el invento, que podía caer en un tópico, aburrido y dated; gracias a su funcional pero meritoria habilidad de estilo ***
-“La vieja oscuridad” de Pamela Sargent. Típica historia de apagón general nocturno de luz e incidentes (y locura) que ello conlleva. Aquí haciendo de “la oscuridad” una especie de ente vivo, que-se-lleva a infortunados que desaparecen aún tras volver el día o la claridad. No gran cosa, pero se puede leer **
-“Ritos de recuperación” de Ian Watson. Las “desventuras” de una familia que va a pasar el día buscando restos útiles en el basurero municipal, encontrando una nueva dosis de “terror y paranoia urbanos”, que no desentonaría en el Volumen 4. Buen relato ***
-“Prueba” de Theodore L. Thomas. Breve, dickiana historia sobre un accidente de tráfico y lo que pasa (decide) luego el conductor causante del “estropicio”. Algo demasiado básica, pero divertidilla **
-“La autopsia” de Michael Shea. Uno de los relatos favoritos de la gente que ha leído el libro. IMO no es para tanto, aunque sí es una buena historia sobre las vicisitudes de un forense llegado a un pequeño pueblo, que recuerda a las pelis “La cosa” (de Carpenter) o “Hidden”, incluso diría que a la más reciente “I’m not a serial killer”. No está nada mal ***