¿Qué libro estamos leyendo?

Pues coincido con Atreus, vaya final de El fin de la infancia. De esos que se te pegan como una garrapata y no te sueltan en todo el día. Yo no creo que hubiera podido tener la entereza de Jan al final..
 
Hay historias clásicas (o muy bien consideradas en general) del fantástico y el terror, que por algún motivo no me convencieron, se me atragantaron, en una primera lectura, pero en la siguiente (alguna vez nada más acabar la primera) me crecieron hasta convertirse en mis favoritas o cuando menos joyas a considerar. Me pasó con las lejanas primeras lecturas de “Los Sauces” de Algernon Blackwood, “Kerfol” de Edith Wharton, "El Conde Magnus" de M.R.James, “Negotium Perambulans” de E.F.Benson, etc … y ahora “El pueblo blanco”, de Arthur Machen.

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Quizá en mi primer acercamiento a esta historia de Machen, el preámbulo filosófico-religioso y las primeras líneas del relato tal cual, lleno de raras expresiones y denominaciones “mágicas”, me dejaron con cara de póker. Pero leído ahora, ello forma parte del raro encanto del relato. Historia que, tras esa introducción sobre lo que significan el Bien o el Mal “mundanos” o el Real (La Maldad pura y la Santidad) y cómo a veces se entremezclan; asistimos al diario de una jovencita que, expuesto en un lenguaje acorde con el emisor, nos narra su acercamiento a prácticas esotéricas, cómo su “nana” se las enseña a escondidas , cómo ella da paseos por el bosque (donde ve hermosas apariciones de “gente blanca” saliendo de las aguas) y las colinas circundantes, llenas de extrañas formaciones rocosas en ejem artificial disposición y con raras “marcas” y cómo al final encuentra a un Ser que le hace tener, maravillada y asustada simultáneamente, la “Visión” … lo que le hace volver pero con un pañuelo tapándole los ojos. La eficacia de todo esto es cómo está contado: el lenguaje infantil-juvenil, de “peligrosa” inocencia (muchas veces luego reutilizado, como “El vestido de seda blanca” de Richard Matheson), de fascinado descubrimiento inciático, de inevitable exageración de las distancias y las proporciones o deformación ad hoc de las figuras; contribuyen a darle un incomparable encanto fantástico y feerico (de una manera elusiva y, en cierta manera, indirecta ... pues a fin de cuentas, estamos hablando de evocaciones residuales a antiguamente acontecidas Misas Negras y Aquelarres), inquietante a la narración que, quizá escrita de forma convencional, resultaría en un relato vulgar. Algunos sacan a colación, no de forma equivocada diría yo, la peli "Picnic en Hanging Rock" de Peter Weir, por cierta temática y sensación final que dejan en el lector / espectador. Una Obra Maestra del relato sobrenatural.



Había leído algunos relatos sueltos antes, pero hasta ahora no había concluido el libro entero:

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Hay un puñado de relatos que no son gran cosa, afectados por ese estilo y temática “ocultista” profesional y por modas pasajeras de entonces (que empañan parte de las ghost-stories del, por otro lado, también –como Blackwood- estupendo E.F.Benson), historias benignas y caducas líneas narrativas de prefiguraciones “mortales” y argumentos cliché (“Transición”, “El cuento de fantasmas de la mujer”, “Puede telefonear desde aquí”…). Al menos, para mi gusto, claro. Pero hay cosas muy rescatables. Entre lo menos, “El encubridor” (que tiene un verdadero interés “moral”, pero como relato no me parece suficiente IMO), la curiosa fantasía sobre nativos americanos “Lobo corredor”, variaciones en clave menor de “Los Sauces” (“Luces Antiguas”) o del “Wendigo” (“El valle de las bestias”), alguna correcta historia tipo leyenda urbana (“Cumplió su promesa”), la intrigante y resultona “Transferencia” (con la idem, entre la vitalidad de un hombre y la desolación de una parcela de jardín), otra que, como excepción, sí me funciona muy bien, en clave de drama puro –con elemento sobrenatural final, claro-, algo más compleja que la ingenuidad que podría esperarse (“La Cita”). Pero en lo sobrenatural “maléfico”, hay que destacar (aparte de la inclusión de una buena historia del detective sobrenatural John Silence: “Culto secreto”), dos relatos: el que da título al libro, el notable “La casa vacía” (con dos personas, ella una psíquica, cual los Warren de las pelis… o los reales, claro; introduciéndose en una casa “maldita” para investigar su veracidad, aunque ya van ambos con miedo … relato con los resortes del suspense, el timing y la atmósfera, manejados con gran destreza por un Blackwood que supera una historia típica con asesinato por celos, repetido ad eternum) y, especialmente, el extraordinario y terrorífico “El que escucha” (historia en forma de detallado diario, con progresión de indefinido malestar –me recordó algo al “Horla” de Mauppasant-, el intempestivo clima de Londres resonando en esa vieja casa, la extraña acumulación de gatos en el callejón … y por fin, el memorable “espectro”, resuelto maravillosamente por Blackwood en cada una de sus apariciones), aunque he de reconocer, que es que historias como esta, que ligan lo fantasmagórico con las enfermedades reales, me provocan especial mal rollo (otro ej. el “Orugas” de, otra vez, E.F.Benson, con sus bichos posados sobre cuerpos o lechos, “de cáncer” Grrrr)
 
Última edición:
Junto con El pueblo blanco también quería comentar (no sé cómo demonios se me olvidó) otra historia impresionante, que en primera lectura no me acabó de convencer del todo (seguramente por su parecido con La caída de la casa Usher de Poe, con protagonista maldito, etérea presencia femenina, llamada en auxilio a un amigo y final catastrófico), pero en segunda oportunidad, su abrumador poder de lenguaje expresivo, la fuerza de su iconografia visual -y sonora ...- me han hecho rendirme a sus pies.

Hablo de House of Sounds (1911) maravilla absoluta, una de las weird stories favoritas de Lovecraft y obra de un autor, M.P.Shiel, al que debemos una adelantada y estupenda novela fantástica de último-hombre-vivo-en-la-Tierra, La nube púrpura (1901), que comenté aquí hará un par de años.

La Mansión de los Sonidos trata sobre una gran casa construida en una isla junto al mar, más allá de las Shetland y en pleno ambiente polar, dejándose en el aire hasta el final el quién del constructor (aunque flota la idea de un fantasma, de un resucitado, que la hizo regalo envenenado para su asesino -de hecho, su hermano- y toda la descendencia). Ese espectro es un atractivo -creo que hasta se podría haber explotado más-, pero la gloria del relato se la llevan tanto el despliegue atmosférico de Shiel (el tenebroso viaje del invitado hacia la isla y el demente tema central del relato, los sonidos, pues la casa está azotada tan continuamente por los vientos y oleaje, día y noche, que es imposible entenderse a viva voz, por lo que escriben en tablillas para comunicarse ... sonidos que acaban en, lógicamente, los signos de locura), como la ubicación del lugar (rodeado por los precipicios, bajo un gran cascada, acceso unico hacia la puerta por un camino sobre las aguas) y el matemático diseño de la propia casa, que se sugiera como una peonza, que al llegar el predestinado y malvado fin-de-los-dias, 500 años tras su construcción, se desprenderá de su sujeción y dará vueltas y vueltas ... hasta el derrumbamiento. Fin, Hora marcada, cuando se acaben las pequeñas bolitas que caen en una habitación, de una gran urna esférica en lo alto, hacia un negro líquido.
Que hay que leerlo, vamos.
 
Última edición:
Me apunto La mansión de los sonidos.
De Machen casi que me gusta más El gran dios Pan, da autentico mal rollo. Y La novela del polvo blanco es puro entretenimiento bien hecho, de esos relatos que puedes releer cada poco tiempo para pasartelo pipa.
 
@Jesse Custer Jesse, ojo, "La novela del polvo blanco", si te gustó ese relato, no sé si sabrás que pertenece realmente a una novela de Machen de relatos-dentro-del-relato-pero-con-justificación, titulada LOS TRES IMPOSTORES.

Es una MARAVILLA. La he leído ya dos veces. Es finito y baratito, lo tenéis en Alianza Editorial con una de esas típicas portadas ASQUEROSAS...
 
De Machen también es muy recomendable la novelita "El Terror (1917)", quizá el primer relato eco-terror, de rebelión animal de la historia; eso si, en clave de "ataque" mucho más velado, indefinido y abstracto que un vulgar "perros salvajes o elefantes destrozando a dentelladas o despanzurrando humanos", por ej.
 
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Novelita cifi ligera y amena, que forma parte de la “Serie Heechee” de Pohl, siendo el quinto libro de dicha saga (el primero –“Pórtico”- al parecer es Top del género). Los cuatro primeros no los he leído, pero es que este es el que se me ha cruzado por delante y he decidido echarle un ojo. En realidad está compuesto por capítulos individuales que supuestamente, por lo que dicen, sirven para explicar algo más de ese mundo creado por Pohl, o profundizar en algún personaje tratado antes. No parece gustar mucho, pues hablan de que es “más de lo mismo” y, aunque veo que son como “descartes” de algo más grande y jugoso, me ha parecido entretenido su episódico repaso “histórico” a las Exploraciones, aunque es comprensible que el que haya leído los libros anteriores, se acabe aburriendo. Se estructura en diez capítulos, que nos hablan de cómo el hombre encuentra restos extraterrestres en túneles de Venus (de aliens que, por algún motivo, abandonaron el lugar para no volver) y, cual fiebre del oro, multitud de aventureros (como ya sugerí antes, cada indómito explorador con capítulo propio) se lanzan a la aventura sideral y /o para obtener ganancia por la tecnología alienígena abandonada. En el episodio más largo con diferencia, pues ocupa la mitad del libro, hallamos a uno de estos tipos, que hace de chofer “turístico” (aerotaxi) en la colonia humana del planeta venusiano y necesita –a vida o muerte- dinero para cambiar su moribundo hígado, lo que espera de una pareja de millonarios que lo contratan para seguir la pista de un “mapa del tesoro” que tienen entre manos.




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Otra novela Cifi, que no es la Obra Maestra que proclama el autor del prólogo en la traducción al español (“obra capital de la sf en inmerecido olvido”), aunque se deja leer. Cyril Judd es, en realidad, dos escritores: Judith Merrill y Cyril Kornbluth (coautor –junto a, curiosamente, Frederick Pohl- de la que dicen, pues aún no la he leído, una Obra Maestra del género como “Mercaderes del Espacio”); y lo que nos cuentan ambos aquí, es una de esas historias de elogio pionero, en clave humanista y de sentimientos (aunque con un tono expositivo más crudo que poético), con varias colonias humanas instaladas en Marte y sobreviviendo como pueden y ante todas las adversidades. Nos centramos en la colonia Lago de Sol, y se añade una trama del presunto robo de droga marcaína por parte de uno de sus habitantes al siniestro potentado de otra colonia, lo que podría provocar la clausura de LdS y el necesario regreso de sus moradores a la Tierra… y más pobres. A esto que también existen las leyendas sobre unos supuestos Duendes, criaturas marcianas que nunca han mostrado real y claramente su existencia… ¿hasta ahora? El tema de los Duendes y lo que finalmente pudieran ser, es bastante interesante, incluso fascinante, y el libro es una cosa sencillita, poco complicada desde cualquier punto de vista, por lo que se lee sin molestia, aunque sin real entusiasmo.




Y ahora estoy con… TACHÁN TACHÁN

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Emociónate Atreus :juas Bueno, emocionado puedo ser, llevo 30 páginas y me está pareciendo intrigante (veremos qué pasa en esa misteriosa Depresión en Titán… que imagino será sólo el principio de lo que acabará en muy distintos derroteros). De momento expectativas en todo lo alto.
 
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Antología de relatos de licántropos, que no alcanzan las cotas de las (para mi gusto y, claro, de lo que he leído hasta ahora) dos mejores obras de ficción sobre el tema (El lobo blanco de los Montañas Harz de Frederick Marryatt y La mujer lobo de Clemence Housman), sin olvidar las soberbias historias licantrópicas de Claude Seignolle o la extraña pero potente “The Cell” de David Case; pero son suficientemente diversos en fondo y forma, y hay un puñado de relatos muy reseñables. Tras una introducción en que Harlan Ellison nos declara su amor por la peli El Hombre-Lobo (1941) de la Universal, pasamos al contenido:

-"A la deriva, frente a los islotes de Langerhans: latitud 38º 54' N, longitud 77º 00' 13'' O" de Harlan Ellison: sin duda original, pero IMO muy aburrida historia con Lawrence Talbot (por supuesto) en una mística trama seudofuturista, hasta con mención a Moby Dick *

-"Lobo, hierro y polilla" de Philip José Farmer. Historia clásica con hombre lobo aniquilando ganado y gente en zona más o menos rural, con una piel lupina a ponerse sobre la persona y que proporciona la transformación, y con su humor (¿una revista secreta, distribuida por y para los hombres-lobo del mundo? Juas ***

-"Luna de ángeles" de Kathe Koja. Acercamiento poético-siniestro al mito, con un escritor-poeta analizando sus sensaciones al convertirse en lobo y vagar por la ciudad, asimilando su condición a las transformaciones de los alados “ángeles”. Curioso, pero no me convence demasiado **

-"Desatada" de Nina Kiriki Hoffman. Otra historia rara, más simpática (a su excéntrica manera), con la curiosa relación que se establece entre una mujer que se transforma de noche en hombre (asesino psicópata) y un hombre que se transforma en (pacífico) lobo y que cuidará del bebé de ella por las noches ***

-"La marca de la bestia" de Kim Antieau. Vamos a lo más clásico: ambiente europeo, gótico y decimonónico; lo que añadido a su toque de fábula y poco escondida lectura feminista, hace recordar un tanto a “En compañía de lobos”. Nada nuevo, es verdad, pero me gustan este tipo de historias old fashioned, qué se le va a hacer ***

-"La guerra contra el hombre lobo" de Jerome Charyn. Un HL ataca Nueva York, arrancando grandes trozos de carne a sus víctimas. La idea de cierto análisis sociológico, el monstruo como emulsión de los vicios de una ciudad, tiene su gracia, pero no me entusiasma el relato. Podría ser mejor **

-"El día del lobo" de Craig Shaw Gardner. Otra ciudad, aquí asolada por violencia de bandas, camuflando así un lobo sus desmanes… pero no por mucho tiempo. Aquí es un hombre que puede transmite la maldición a quien lo toque, librándose él de ella. Dilema moral y tal. Buen final ***

-"Luz de luna en el auditorio" de Mel Gilden. En una ciudad utilizan a un HL para ajusticiar a delincuentes (los dos en una jaula, en medio de un parque y ante el ilustre público y autoridades), pero llega que le toca el turno de ejecución a la novia del shape-shifter. ¿Qué hará él? Original, divertido y también emocionante relato ****

-"Raymond” de Nancy A. Collins. Un niño con malformación en las manos es objeto de burla de sus compañeros de clase. Predecible aunque agradable historia tipo Stephen King o Ray Bradbury, con final feliz (o así) y espectáculo geek de feria incluido **

-"Hay un lobo en mi máquina del tiempo" de Larry Niven. Espléndida historia con paradojas temporales, pues un hombre va de caza al pasado y se trae un lobo, pero la máquina del tiempo debe estropearse y acabar en una línea alternativa temporal, pues llega a un mundo de hombres que descienden de los lobos y no de primates. Rápidas evoluciones y involuciones en los distintos personajes. Divertida, loca y final ajustadamente brillante ****

-"Al sur de Oregon City" de Pat Murphy. Clásico triángulo amoroso, pero aquí entre un vaquero, un lobo y una figura a medio camino de ambos: una chica india que es mujer-lobo. Me encantan las historias sobrenaturales en el universo Western, no tengo mucha más disculpa para mi alta puntuación aquí ****

-"Maquillaje especial" de Kevin J. Anderson. Un actor está harto de las largas sesiones de maquillaje, y su maquilladora gitana la dará (aunque no explicará consecuencias) una buena solución. Comedia y un relato simplemente aceptable, aunque la última línea sea genial **

-"Plata pura" de A. C. Crispin y Kathleen O’Malley. Maravillosa e infeliz historia de una chica que trabaja cuidando a animales heridos en la ciudad (algún caso espeluznante), y que cruza su camino con un viejo judío que se dedica a dar caza (nunca mejor dicho) a criminales nazis huidos y escondidos. Violento, vibrante y triste relato *****

-"Afeitado al ras" de Brad Linaweaver. Otra comedia, con un peluquero buscando la solución para el hijo de su amigo Barón, que causa el pavor en la región, pues es un HL. Y no le afectan las balas de plata. Divertidilla y absurdamente loco clímax final **

-"Compañeros" de Robert J. Randisi. Un policía tiene de compañera a una mujer con una especial fuerza y poder (aparte de la Ley y una pistola) para usar contra los maleantes, que viene muy bien para salvarles la vida. Y todos en el Cuerpo lo saben. Buen relato acción / horror de compañerismo profesional ***


-"Mal atávico" de Bill Pronzini. Correcto pero un tanto tosco relato sobre un grupo de caza y un HL que vive en una cueva en una agreste región apartada **

-"Y la luna llena brilla" de Brad Strickland. Como la de la máquina del tiempo, otra cifi, esta vez el gobierno experimenta con un HL atado y encerrado, sus cualidades físicas y psicológicas etc. Él, por supuesto, quiere escapar, y lo conseguirá… momentáneamente. ¿Cuál sería un buen lugar para él, adónde podría ir? Hmm le han sugerido ir a Venus… Buena historia con resabios a lo Lobezno ***


-"Luna llena sobre Moscú" de Stuart M. Kaminsky. Historia de una chica atacada en una noche de plena ventisca de nieve en Moscú, por un HL. No es algo realmente especial, pero me ha gustado la atmósfera, y el humor negro de la “romántico-lésbica” sorpresa final ***

-"Lobo guardián" de Robert E. Weinberg. Pues bien claro y predecible el título, ¿no? El guarda nocturno de un edificio presume que ninguna incursión criminal en su lugar de trabajo parece producirse. El jefe quiere hablar a la mañana siguiente con él. “¿No querrá despedirme? Merezco un aumento. Un momento, oigo un ruido. Hmm voy a tener doble cena hoy, y luego limpiar los restos ” :diablillo Robusto, divertido y muy bien resuelto relato de acción-horror ****

-"El gambito del hombre lobo" de Robert Silverberg. Floja historia-chiste a lo EC Comics, con un conquistador que se hace el interesante con las damas diciendo que es un peligroso hombre-lobo. Una de ellas se lo cree de verdad, siendo el final sorpresa para ambos. Psé *



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Un clásico de las haunted houses y una de las novelas favoritas de algunos escritores famosos como Arthur Conan Doyle, Lafcadio Hearn y Robert Aickman, o de ensayistas del género como Andrew Lang o Peter Penzoldt. El libro, escrito en 1859, es algún aspecto importante claro precedente de “La casa infernal” de Richard Matheson y deambula entre la visión “racionalista” y descreída (con muchas disquisiciones “científicas” del protagonista acerca de los “fantasmas” y las posibilidades de su existencia, pero a su parecer nunca sobrenaturales), y los tics y ambientes típicos del género. El primer tercio de relato seguramente es el preferido de los lectores asiduos de “historias de fantasmas” y, aunque me parece lo menos interesante, es correcto, muy directo y con cero florituras (y me sorprendió cierto humor), con indicios y apariciones espectrales, siguiendo un esquema típico y clásico. Pero a partir de las apariciones de la mujer, el hombre y la criatura informa de ojos rojizos, la cosa remonta bastante el interés y crea buen desasosiego y clima siniestro; llegando al último tercio (que el autor no incluyó en las primeras ediciones del libro) que seguro decepcionará a muchos por su cambio de género (aunque ya lo vaya apuntando mucho antes) hacia lo (super)criminal, pero aparte de ser una temática que me parece interesante, me transmitió finalmente un muy eficaz mal rollito. Novelita pionera mejor de lo que esperaba: un notable.





Ahora tengo que hacer acto de contrición, pues comenté en su día esto:

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diciendo que sólo el famoso (y soberbio) relato “El signo amarillo” merecía la pena. Debía estar beodo en aquel tiempo, porque habiendo vuelto a leer las cuatro historias que forman parte de la mitología de “El rey de amarillo”, he de expresar que, aunque la del “signo” me sigue pareciendo la mejor, la masterpiece, las otras tres son también magníficas. Así pues, si alguien me hizo caso en su momento (espero que no, además lo dudo mucho :garrulo) y “dejó pasar el libro”, ya está recuperándolo. “El reparador de reputaciones” es un estupendo cifi/fantasy inquietante, historia en un imaginario USA político-social alternativo al que luego fue (relato escrito en 1895), de primera mitad del S.XX (con, entre otras cosas: casas estatales para cumplir los deseos de los suicidas) y uno de los más fascinantes retratos de la “locura”, que infecta al protagonista (que se cree Rey de ese Universo Amarillo ¿Fantástico?), la narración y al lector, haciéndole dudar de todo lo que ocurre (si tuviera que asociarlo con algo sería con Terry Gilliam, no sólo por temática que trata, también significativamente por las notorias notas de excentricidad). “En el pasaje del dragón” es el más abstracto de los cuatro, presentando básicamente una situación única, con un tipo en la misa de una iglesia, y que al salir es perseguido por el “diabólico” organista, una especie de enviado de ese oculto “Mundo amarillo y de las lunas de Carcosa”, finalizando con un doble twist y una atmósfera completamente lisérgica. “La máscara” sería la historia más convencional, pero tan deliciosamente escrita, tan bella y singular la atmósfera conseguida, con su historia de triángulo amoroso y soluciones químicas que convierten en réplicas de piedra a cualquier ser vivo, que lo previsible de ella (y un final de tipo muy diferente al de las otras tres historias) no empaña el hermoso hipnótico efecto creado (aquí la comparación, en mi POV, sería con un tipo de “emoción” -y combinación de varias historias- de Bécquer).



Bueno, creo que he aprovechado bastante bien el tiempo últimamente, porque me temo que ahora pasaré mucho sin poder entrar por aquí (deberes importantes me aguardan) ni poder leer siquiera (espero poder ir avanzando con “Fiasco”, aunque sea una página por día :cuniao). Que paséis buenos ratos leyendo, viendo pelis, con videojuegos, series o babeos Fanning / Daddario y… hasta más pronto que tarde, amigos :hola
 
Cuanta calidad Frank :D Yo ahora estoy leyendo La pata de mono y otros relatos de WW Jacobs.

El relato homónimo es la caña, de momento he leído Tres hermanas (buena atmósfera pero no me acabó de convencer aunque el rollo avaricia lo vi muy universal y podía estar ambientado en Puerto Urraco) y El pozo que tiene ecos de Poe y mucha mala leche.
 
@frank zito

No he leído todavía ninguno de los Pórticos, pero iba a ponerte este emoticono :apaleao por comenzar por la quinta parte de una saga...

...hasta que he leído lo de FIASCO y el que te voy a poner es este: :amor:amor

Eso sí, relaja las espectativas, que como todo Lem es un libro extremadamente reflexivo y puede no gustar a la primera si se espera otra cosa.

Tendrían que alzar un monumento foril en tu nombre por tus contribuciones, compañero. Qué maravilla.
 
@frank zito

No he leído todavía ninguno de los Pórticos, pero iba a ponerte este emoticono :apaleao por comenzar por la quinta parte de una saga...

...hasta que he leído lo de FIASCO y el que te voy a poner es este: :amor:amor

Es el único que tengo en papel y no pude resistir empezar con él :cuniao Bueno, por lo que leía, no se adscribe a lo que era la trama principal de la saga, optando por las ramificaciones colaterales, por lo que creo que no me fastidiará la lectura (cuando sea) del primer Pórtico (sí, juro que el siguiente será el 1º ... y luego por órden :juas)


Atreus dijo:
Eso sí, relaja las espectativas, que como todo Lem es un libro extremadamente reflexivo y puede no gustar a la primera si se espera otra cosa.

Es el primer Lem que encaro, pero siendo el autor de "Solaris" (que no he leído, pero sí visto la peli de Tarkovsky, que, aunque sea diferente, apuesto a que da buena pista del estilo jeje) ya voy predispuesto: toi preparao para lo reflexivo.

Atreus dijo:
Tendrían que alzar un monumento foril en tu nombre por tus contribuciones, compañero. Qué maravilla.

Moitas gracias, compi :ok
 
a ver, que me he terminado El fin de la infancia yo también, me ha parecido asombroso (lo de los recuerdos como premonición del futuro es una de las varias ideas alucinantes de esta casi especie de relato largo, apenas 200 páginas) pero a veces soy un poco simple y me pierdo, y no sé si entiendo lo mismo que vosotros:

al final, ¿la humanidad en realidad es algo así como una especie elegida para formar parte de la auténtica raza de superseñores que sería la supermente, aunque en el camino pierde su esencia como hombres; y los superseñores demoniacos en realidad son una especie de supersiervos que no forman parte de todo ésto sino como simples espectadores?

yo creo que según cada uno ésto se puede ver de forma pesimista o no (yo, bastante "materialista" y descreído lo veo como aun auténtico drama, quizá alguien religioso pude ver que esta disolución del alma humana en el alma de esta especie de supermente es un paso evolutivo a formar parte de cierta "divinidad", porque entiendo que por encima de la supermente no hay nadie más?)

es dificil de explicar, a lo mejor es una tercera vía entre un ser supremo y el resto de la existencia, al fin y al cabo la super-mente desafía cualquier ley "universal" física y se mueve por sus propios patrones, cosa que acaba explicando el interés de Karellen y compañía por el interés humano en la superstición, la magia, étc... como si a lo mejor esta pequeña especie supiese "algo más"

supongo que se deja al espectador el pensar qué características hacen a los humanos ser una raza elegida (parece que antes ha habido cuatro razas en otros puntos del espacio) para formar parte de este supercuerpo que vaga por el espacio o que quizá es omnipresente y parte inseparable del cosmos.

al final no deja de hablar, creo yo, de qué nos define como hombres el alma o la materia, y de si esta especie de reencarnación supone un fin o una continuidad, el alma-conciencia se destruye o sólo se transforma? , no sé, me desborda bastante, el hombre cumpliendo su sueño de llegar a las estrellas pero no de la forma prevista sino de una más tortuosa e imprevista, formando parte de las estrellas... algo que por otra parte sería una parte del ciclo cósmico ya que en un lejano principio todo formaba parte de una unidad y venimos del cosmos y de una misma y primigenia entidad...una especie de retorno al principio.

el hombre no como creación subordinada de la ""divinidad"" sino como parte de ella, lo que da lugar a derivas filosóficas no religiosas inabarcables.

la verdad es que las 10 páginas finales son un sense of wonder brutal como dice @Jesse Custer;
yo creo que la clave es la palabra "Apoteosis" que cita Clarke ¿una sola vez? como proceso y fin fundamental de toda la trama (hay que estar atento) y yo no tenía muy claro que significaba en su término religioso-filosófico y he leído a conciencia ahora:


Apoteosis (palabra griega que significa contarse entre los dioses, divinizar, deificar; apo: idea de intensidad; theo: Dios; osis: formación, impulsión) se llamaba a una ceremonia que hacían los antiguos para colocar en el número de los dioses o héroes a los emperadores, emperatrices u otros mortales.
Apoteosis - Wikipedia, la enciclopedia libre













dicho todo ésto, su parte final me parece más disfrutable horas después de haber terminado el final y empezando a pensar lo que uno ha contemplado.
es curioso como casi siempre se acusa a algunos de los escritores más grandes de "deshumanización" (Asimov, Clarke) cosa en la que nada estoy de acuerdo y al final uno de los mejores momentos es pensar, paradojicamente, en la reacción final de Karellen.

no sé, igual estoy diciendo muchas jilipolleces desordenadas, pero si alguien tiene reciente la lectura a ver si cree que voy muy desencaminado.

por cierto, La caída de la Noche me sigue pareciendo mejor que este notable y enorme fín de la Infancia, ahí lo dejo.
 
Última edición:
Qué cojones vas a estar diciendo gilipolleces desordenadas, @sikander ¡Esto no es Política! :p

Estupenda capacidad de análisis, como siempre. Yo pienso igual; de hecho, también comparto el punto de vista trágico. La humanidad da un paso adelante hacia algo mejor, sin duda. Pero ¿todo cuánto se pierde? Todo el arte vertido a lo largo de la historia, todos los buenos sentimientos que también nos definen como raza... todo eso parece quedar dejado de lado como migajas de polvo dispuestas a ser devoradas por la explosión final. La primera vez que lo leí, todo esto me dejó bastante tocado. Pero la última fue a través de una nueva perspectiva, que es la de ser padre. Y todo el drama inexorable por el que atraviesa el personaje (y el resto de últimos humanos) al final me provocó una punzada de dolor infinito.

Por otro lado, tampoco es difícil establecer empatía con Karellen y el resto de Superseñores debido a ese callejón sin salida biológico en que se encuentran. La tristeza y los anhelos que le pasan por la mente en las últimas páginas del libro son, paradójicamente, extremadamente humanos, quizá el perfecto contrapunto (y a la inversa de lo esperado cuando uno comienza la lectura) a todo aquello que se pierde por parte de la antigua humanidad. Sin posicionarse claramente, Clarke nos presenta ambas situaciones dejando que todos sus prismas, tanto los positivos como los negativos de cada uno, germinen en la mente del que cierra la contraportada.

Aunque no puedo entenderlo, he visto en qué se ha convertido mi raza. Todo lo que hemos logrado se ha ido a las estrellas. Quizás es esto lo que trataban de decir las antiguas religiones. Pero todas estaban equivocadas. Creían que la Humanidad era algo tan importante. Sin embargo, nosotros somos sólo una raza en… ¿saben ustedes cuantas? Y nos hemos convertido en algo que ustedes nunca podrán ser.
 
Novelita cifi ligera y amena, que forma parte de la “Serie Heechee” de Pohl, siendo el quinto libro de dicha saga (el primero –“Pórtico”- al parecer es Top del género). Los cuatro primeros no los he leído, pero es que este es el que se me ha cruzado por delante y he decidido echarle un ojo. En realidad está compuesto por capítulos individuales que supuestamente, por lo que dicen, sirven para explicar algo más de ese mundo creado por Pohl, o profundizar en algún personaje tratado antes. No parece gustar mucho, pues hablan de que es “más de lo mismo” y, aunque veo que son como “descartes” de algo más grande y jugoso, me ha parecido entretenido su episódico repaso “histórico” a las Exploraciones, aunque es comprensible que el que haya leído los libros anteriores, se acabe aburriendo. Se estructura en diez capítulos, que nos hablan de cómo el hombre encuentra restos extraterrestres en túneles de Venus (de aliens que, por algún motivo, abandonaron el lugar para no volver) y, cual fiebre del oro, multitud de aventureros (como ya sugerí antes, cada indómito explorador con capítulo propio) se lanzan a la aventura sideral y /o para obtener ganancia por la tecnología alienígena abandonada. En el episodio más largo con diferencia, pues ocupa la mitad del libro, hallamos a uno de estos tipos, que hace de chofer “turístico” (aerotaxi) en la colonia humana del planeta venusiano y necesita –a vida o muerte- dinero para cambiar su moribundo hígado, lo que espera de una pareja de millonarios que lo contratan para seguir la pista de un “mapa del tesoro” que tienen entre manos.

Yo leí hará cosa de un año los dos primeros de la Saga de Pórtico y son canela fina, dejé la saga porque leí que el nivel bajaba abruptamente.

Ahora estoy con
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Uno de los boom de este año en USA a nivel de crítica y ventas. Lo de crítica lo entiendo porque es tremendo, aunque en momentos ralla el porno-emocional, pero lo de ventas no porque es duro, durísimo además de no ser corto precisamente, más de mil páginas. Si os gusta pasarlo mal y sufrir leedlo lo disfrutareis.
 
Terminé el de WW Jacobs, la verdad es que el relato más macabro es el de La pata de mono. Muchos son de humor, que son agradables de leer, pero no lo que esperaba.
Ahora estoy con el primero de la saga Cienfuegos de Vazquez Figueroa. Del autor solo he leído La iguana que me gustó mucho.
 
De Vazquez Figueroa he leído su trilogía Piratas, cuyo título sólo hace justicia en el primer libro, luego se centra demasiado en un tema que parece obsesionar al autor, la esclavitud.
Muy buen escritos y didácticos eso sí.
 
Después de muchos meses sin leer ningún libro (DEMASIADOS!) esta semana ha caído American gods de Neil Gaiman.

Y el libro es BRUTAL. Un cinco estrellas total. Me ha enganchado de principio a fin. Como hacia mucho que no me enganchaba un libro (quizás por eso ,tanto tiempo sin leer).
 
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