Mi ciudad ideal sería como un monstruo de Frankenstein:
Tendría un callejón lleno de casas de te japonesas, como Pontocho, en Kioto:
Y otro lleno de teterías árabes, como la Calderería en Granada:
Y una calle de sidrerías y tapas, como la calle Gascona de Oviedo:
Una plaza donde echar un porro en algún coffe-shop, como Leidseplein en Amsterdam:
Un barrio hippy lleno de outsiders del mundo entero para sorprenderse en todos los idiomas mientras bebes una cerveza de cáñamo, como Christiania en Copenhague:
Un barrio alto al que llegar en tranvía para tomar vinos, gambas y pescados, como Alfama en Lisboa:
Un barrio marinero donde contemplar hermosos barcos mientras disfrutas de unos buenos ahumados, como Nyhavn en Copenhague:
Un lugar donde cenar con vistas maravillosas sobre la desembocadura de un río, como los restaurantes cercanos al puente de Galata en Estambul:
Un barrio tecnológico y friki en el que comprar mil gadgets, juguetes, comics... como Akihabara, en Tokio:
...y mogollón de cosas más...
Pero como esta ciudad solo existe en mis sueños, me conformo con Madrid, que también tiene lo suyo...