100 años de David Lean

Es un cortometraje semi-documental (ensayado) realizado en la época en que estuvo a punto de dirigir una adaptación de "Mutiny on the Bounty" para Dino de Laurentiis. Creo que tenía que ver con la operación de rescate del ancla de uno de los barcos británicos de la época, pero no lo he visto.
 
Primero, ante todo, indicar que he estado de vacaciones (como es de comprender) y el jueves (a últimas horas de la noche) acabé de ver (¡por fin!) Doctor Zhivago y sólo tenía tiempo de hacer una cosa de dos: o colar las votaciones de las nominadas a los Oscar del 65 o meter la crítica y como con la crítica me iba a llevar un rato opté por lo sencillo y fácil.

Una vez aclarado el punto, vamos allá con la crítica. Indicar que quizás contenga varios spoilers así que si no la habéis visto no leáis aún mi crítica.

Doctor Zhivago: Grandiosísima película, una verdadera joya del 7º arte. Es más que una obra maestra. Es la esencia del cine. Un gran clásico, con aroma a eterno, imperecedero. Una vez vista esta monumental pieza de orfebrería me tiro de los pelos y me golpeo la cabeza pensando "¿como es posible que no vi esta película antes? ¿como es posible que haya estado aplazando durante tanto tiempo el visionar algo así?".

Desde los primeros instantes ya se puede percibir que estamos ante algo que nos va a hipnotizar, algo que no es una mera película para ver y olvidar. Es algo más. Viendo esa pose de Sir Alec Guinness, observando desde la noche oscura, desfilar a esos obreros en la presa sabemos que esto es cine de calidad y cantidad, a partes iguales. Y no me equivocaba ante esa primera opinión. Lean nos adentra, a través de una narración exquisita, lenta, pausada, para que no perdamos ni un sólo detalle, las vivencias de Yuri, Lara, Tonya y todos los personajes. Todos, sin faltar ninguno. El tempo y ritmo (a la par) es extremadamente pausado pero es que es embriagador, sublime, esencial para poder degustar y ver todos los elementos tan bien reflejados en una historia esencial, mítica y a la vez desgarradoramente humana.

Enfrascados en una parte crucial, triste y desoladora de la historia universal esa narración expléndida nos adentra en las contiendas de la revolución rusa. Ese cambio de imagen, drástico y rápido, como Lean suele hacer, pasando de la claustrofóbica habitación donde Guinness interroga a la que se supone (y cree) es la hija ilegítima de Yuri y Lara al extenso, basto y enorme paraje frío y nevado de las montañas ante el entierro de la madre de Yuri, el cual queda al cuidado de sus familiares. La película nos conduce, nos lleva, nos hace viajar, nos hace sentir y sobre todo nos hace disfrutar de todos y cada uno de los paisajes, parajes, lugares y situaciones con un dulce y brutal sentido de la majestuosidad.

Lean es un maestro en todo lo que se propone (al menos con esta película, el resto cuando visione) y en todo lo que hace. La fotografía es impresionante. Una de las muchas cosas que más me han gustado de ella es como transmite lo que quiere. Frío con los parajes nevados, helados, como esa nieve blanca nos llega a calar, como el calor y candor del sol primaveral nos hace entrar en una sensación de bienestar para volver a caer en las zarpas del más crudo frío invernal (un ejemplo es como las banderas rojas resaltan o destacan aún más en medio de esa blancura). El blanco impoluto de la nieve y el hielo es increíble de lo bien plasmado que está en la pantalla. Realmente la película logra cautivar con la fotografía. Hay momentos donde la panorámica juega momentos cruciales, a la par que se entremezcla con escenas realmente emotivas, crudas, brutales y a la vez hermosas. Escenas como la de los soldados arremetiendo contra los manifestantes, donde no vemos la violencia, sólo la intuimos, a través de los ojos desgarrados de tristeza del bueno de Yuri, o como a través de los campos de maiz, los rojos disparan contra los blancos. Pero incluso cosas más sencillas o que carecen de supuesta importancia Lean las dota de una complejidad absoluta. Momentos realmente inolvidables como son el secuestro de Yuri por parte del ejército rojo, o como Zhivago logra escapar andando por la nieve (escena realmente desgarradora) entre otras muchísimas.

¿Y los actores? Nunca unos actores me habían parecido tan bien escogidos y tan bien puestos en una película. No me sobra ni me falta ninguno. Todos están para quitarse el sombrero. Incluso Omar Sharif, que al principio, con ese caracter tan bueno, un hombre realmente bueno, es exquisito. Luego nos encontramos con Rod Steiger, el clásico antiheroe de la función pero que si no hubiese sido por él el personaje quizás habría caído en el más absoluto de los ridículos (para mi gusto uno de los mejores personajes/actores de toda la película) por no hablar de Julie Christie como Lara. De una belleza hipnótica, embriagadora, con esos ojos azules, relucientes (la cámara y la fotografía juegan mucho con ella) siendo ella (bajo mi opinión) el eje central de toda la película y de todas las historias que en ella acontecen. El romance-amor que hay entre Zhivago y Lara es realmente conmovedor. Los momentos más tristes y bellos de la película acontecen con ellos. Geraldine Chaplin no se queda atrás. Su papel es perfecto como la perfecta esposa. Brillante, sublime (es más, diría que nunca había estado tan bella). Pero es que aún hay más. El personaje de Pacha es interpretado brutalmente por Tom Courtenay, el cual empieza siendo un humilde revolucionario para convertirse en el más despiadado de los enemigos (realmente increíble pasando de ser un personaje que transmite la mayor de las lástimas para pasar a transmitirnos la mayor de las repulsiones). Increíble. Y Alec Guinness lo borda, sencillamente lo borda. Te crees que es un auténtico ruso, con esa seriedad, esa automatización en la ejecución-resolución de los mandatos y a la vez, en los últimos instantes el mayor de las compasiones. Si hasta el personaje de Kinsky, histriónico como sólo él podía serlo, es realmente interesante.

Pero es que ya no es que me haya conmovido por todo lo citado sino que hay más. Hacía tanto tiempo que no disfrutaba con una película por sus increíbles giros argumentales, sus excelentes sorpresas como son el caso de hacernos creer que Pacha muere en el campo de batalla para luego descubrir que se ha convertido en un alto cargo en el ejército siendo un auténtico monstruo. O como la película nos hace creer que Alec Guinness va a detener a Sharif (con ese excelente plano, para mi uno de los mejores interrumpiendo la acalorada discusión con un seco y rotundo chasquido de dedos... uf, increíble) para descubrir que el amor de hermanos es más fuerte que el deber. O el descubrir que ese vagabundo que deambula por las frías y nevadas calles es ni más ni menos que Rod Steiger para luego volver como un alto cargo en medio de la efímera felicidad. Escenas y momentos cautivadores que hacen de esta película un de las mejores recomendaciones que se pueden hacer a un amigo.

Por no hablar de la cautivadora, melodiosa y exquisita BSO. Colocada en los momentos más oportunos para hacernos sentir algo mejor en medio de tanta barbarie. Una banda sonora que te transporta, que te llena y que te hace sentir. Una banda sonora que te hace vibrar. Realmente es una película que me ha impactado y que ojalá se hiciesen más películas como esta. Realmente Lean era un maestro. Quizás uno de los mejores de todos los tiempos.
 
¿Ya me echabas de menos, eh? :juas Has visto, he aprovechado bien las vacaciones de escuela.

Ahora en serio. Realmente ha sido un disfrute monumental el ver con pausa y ritmo templado este totem del 7º arte. No quiero ni imaginarme cuando deguste Lawrence y (re)visione Kwai.
 
Esas dos me parecen aún mejores que Zhivago, así que imagínate.

Y es muy curioso lo que comentas de Guinnes, porque el tío me parece uno de los mayores camaleones que ha dado el cine. Da perfectamente el pego como ruso, pero es que también lo clava como príncipe árabe o santón hindú, llega un punto en el que si no sabes quien es ni siquiera dudas de que esa es su nacionalidad. También transformadísimo y credibilísimo ya sea como petrimetre entrañable (GRANDES ESPERANZAS), ladrón cabronazo de los bajos fondos (OLIVER TWIST) y hasta como caballero jedi. :hail
 
HOSTIAS

¡GUINNESS HACIENDO OCHO PERSONAJES EN UNA COMEDIA NEGRA DE LA EALING!

HOSTIAS HOSTIAS HOSTIAS

¡Y está en DVD! :babas
 
A ver cuando puedo ponerme con el ciclo Lean que ahora que he disfrutado esta... ¡quiero más!.

Y la verdad es que Guinness, como dices/comento, lo borda, sencillamente lo borda. Además, su sóla presencia ya impone respeto como ese autoritario soldado. Pero es que para mi gusto Steiger es quien sobresale en esta película (sé que Lennon me dirá que Julie, y le comprendo ;)) pero es que es un actor que ya lo he visto 2-3 veces y el tío... papel que interpreta-papel que lo borda, lo domina y lo hace suyo y aquí es que es... buf, un disfrute.

Quizás, Sharif, en algún momento que otro me ha parecido el que menos destaca (quizás por ser el protagonista es el que menos me ha impactado). Sí que me ha gustado, no voy a ser injusto, es más, hay momentos donde me transmite mucho pero por ser el protagonista del título hay algún momento que no logro verlo a la altura de las circunstancias. Aún y así hay otros momentos que lo hace realmente bien.

Es que, palabra, si tuviese que decir algo que no me haya gustado o que mejoraría y no encuentro nada, nada en absoluto. Me ha gustado-sorprendido todo, absolutamente todo y eso, a estas alturas del tiempo, no es moco de pavo.
 
Es que esa es LA COMEDIA NEGRA DE LA EALING. Yo la prefiero incluso al quinteto de la muerte.
 
Totalmente recomendable Ocho Sentemcias de Muerte, ahora bien, es un humor muy british...

En cuanto a Doctor Zhivago siempre me ha fallado el la interpretación de Omar Sharif, no termino de ver esa melancolía en su rostro. Está absolutamente "aplastado" por Lara, que cada vez que entra en escena elipsa todo. Es curioso que esta película fue tan infravalorada en los 60, supongo que la visión que se ofrecia de la URSS distaba de la que tenía un sector de la crítica. A mi particularmente me parece una master class más de Lean.
 
Aparte, no sé si es apreciación mía o es así realmente pero...

¿siempre ha tenido los ojos vidriosos? Es decir, parece que se vaya a poner a llorar en cualquier momento (incluso en escenas que no hacía falta) y eso me ha extrañado un poco.
 
Igual es impresión mía, pero yo creo que los ojos siempre los ha tenido así. Es más, aún los tiene.

A mí sí me convence plenamente, pero es que yo creo que si hay algún problema no es en su interpretación, sino en su personaje.

Del resto de los actores masculinos, el que a mí me destaca más es Courtenay (supongo que por la evolución de su personaje).
 
JohnDoe dijo:
Igual es impresión mía, pero yo creo que los ojos siempre los ha tenido así. Es más, aún los tiene.

Si es así entonces callo y cuadra la cosa.

Del resto de los actores masculinos, el que a mí me destaca más es Courtenay (supongo que por la evolución de su personaje).

Es una pasada de personaje. Ya digo. Me ha sorprendido ver su drástica evolución sorpresa. Pasando de un humilde repartidor de propaganda a un alto cargo. Es más, su caracter de joven con ideales y ganas de cambiar el mundo pasa a ser de alguien que desconfía de todo y de todos y ejecuta con mano ferrea.
 
Tiene "Zhivago" un pequeño detalle que me apasiona, pues demuestra lo grande como narrador que fue David Lean, partiendo de su oficio original como montador:

Es una breve escena tras el reencuentro entre Lara y Zhivago en la biblioteca, en la que salen a la calle a pasear como el tema de Lara de Maurice Jarre a todo trapo. Se sientan en un banco y la cámara de Lean hace un zoom hacia el primer piso de un edificio de madera. Tras una elipsis, el siguiente plano muestra una colosal composición dentro de la casa, casi en penumbra, que muestra a ambos personajes en la cama, en el extremo izquierdo del encuadre, casi fuera del mismo, con los girasoles dominando el resto de la composición.
 
¿Hay captura de eso, Harmonica, o... sobre qué tiempo es esa escena, más o menos?
 
Lo he buscado en Youtube, pero no lo encuentro. Es justo a continuación del reencuentro de Zhivago y Lara en la biblioteca de Varykino (a donde Yuri se ha mudado con su familia en el tren). Es justo antes de la primera aparición de la hija de Lara y de lo de los partisanos. ¿Hacia las dos horas, dos horas diez? :inaudito

Es un simple detalle, pero creo que demuestra a la perfección cómo Lean rodaba y MONTABA al mismo tiempo.
 
Cierto. Es bastante emotivo. Como sin enseñarte nada se entiende todo perfectamente.

Ahora voy a por Kwai. Le tengo ganitas in extremis.
 
Bueno, supongo que lo pongo aquí o cae baneo... :juas

LA BARRERA DEL SONIDO (The sound barrier, David Lean, 1952)

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Uno de los films pre-Kwai del genio británico, cuando su nombre ya empezaba a cobrar fuerza. La historia se centra en un joven piloto y su suegro, propietario de una compañía de diseño de aviones empeñado en producir una nave que logre romper la barrera del sonido. Los prototipos fallan uno tras otro dejando a su paso un reguero de pilotos muertos mientras la familia empieza a resquebrajarse, consumida por una obsesiva meta personal que el padre de familia transmite a todos sus compañeros.

De momento es la película mas floja que le he visto a Lean, y no precisamente porque sea mala, sino por el gran nivel de las demás. La barrera del sonido, en sí, es una película sencilla, interesante y bien construida, con un estupendo equilibrio entre drama personal y pura aventura (en este caso reducida en su máxima expresión a los logrados vuelos en busca de atravesar la barrera) y una dirección bastante sobria para lo que nos tiene acostumbrados este realizador, pero igualmente eficaz. Lean aprovecha para marcarse algunos momentos marca de la casa, como ese soberbio accidente en off (quizá la falta de presupuesto para escenas espectaculares, aprovechada magníficamente) llevando directamente al lugar del suceso en silencio, o la emocionante secuencia final (que se avanza en la primera escena de la película). Ya se le veía maestría.
En el reparto no hay grandes estrellas, pero rondan caras reconocibles como Ralph Richardson (estupendo como ambicioso pero humano padre de familia), Nigel Patrick, Ann Todd o Denholm Elliott... mucha flema british, como vemos. Y vamos, que La barrera del sonido, siendo un Lean menor, sigue siendo un Lean. Lo que siempre nos garantiza un mínimo (en su caso, un mínimo que destaca) de dirección, puesta en escena y equilibrio épica-intimismo bastante estimable. Y si además resulta ser, como ésta, una de esas que no suelen citarse y parecen aún a descubrir, mas recomendable todavía.


PD: por eso mismo, es jodidilla de encontrar, y no digo ya subtitulada (¡la que yo vi venia con la "mosca" del TCM!). Si alguien no quiere rebuscar demasiado... que mande un MP.
 
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Pues este post (y este hilo) me da un toquecillo porque me puse muy valentón con el ciclo Lean que iba a marcarme y empecé con Zhivago y... acabé en Zhivago.

Y eso que todo lo que ha salido de este señor lo tengo a la mano en el estante pero me enzarcé con Disney y de eso hace ya la pera.

Este título no sabía ni que existía. Thanks.
 
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Yo acabo de ver:

- Lawrence de Arabia (Lawrence of Arabia) (1962).

Unicamente la había visto una vez, por televisión y hace más años de los que llevo foreando, así que nunca me he pronunciado mucho sobre este film.

Yo tenía un recuerdo de algo grande, muy bien rodado, con cuidado en el detalle, pero algo aseptico, y para nada, las imagenes siguen pareciéndome bellísimas, pero contrastan con la dureza de la historia, ya que no sólo se vuelve más dura en general, sino que la propia personalidad de Lawrence es cada vez más oscura y tenebrosa, y O'Toole está fantástico cuanto más sádico más creible.

Peliculón.
Le debía la revisión, ya que la hice también de "El hombre que mató a Liberty Valance" para nuestros premios y la verdad es que va a ser duro decidirse por una de las dos, yo hasta ayer lo tenía claro, hoy no tanto. (Y además está Lolita)
 
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SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS (In which we serve, 1942)

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A principios de los años 40, el actor y escritor Noel Coward se puso al frente de un film de propaganda que engrandecía los esfuerzos navales del ejército durante la guerra, con la intención de dirigirlo, guionizarlo y protagonizarlo. Para realizar el encargo a tiempo, fichó a un fesconocido novato que no había dirigido nunca de forma oficial; a las pocas semanas, ese novato había demostrado que se manejaba como pez en el agua y Coward le puso a cargo del grueso de la filmación (siempre que apareciesen ambos como directores). Ese novato, claro, se llamaba David Lean, y esta Sangre, sudor y lágrimas fue su debut.

La película en sí es una reivindicación de la vida del soldado naval, su valentía, sus sacrificios y su honor, pero tratado todo ello (salvo en momentos aislados como el epílogo) de forma realista y poco edulcorada. Destaca, por ejemplo, el brindis de la mujer de uno de los tripulantes, en el que aprovecha para definir lo que es la vida de las esposas que se quedan en las casas durante la guerra... un monólogo muy poco sentimentaloide cargado de cinismo. Para ser un debut, el trabajo de dirección es realmente destacable: las escenas bélicas tienen buen ritmo y fisicidad, las conversaciones suelen huir de la teatralidad más rancia y hay bastantes destellos de lo que nos daría Lean después. Casi me quedo con el prólogo, una breve secuencia que recorre la fabricación del barco, desde el primer remache hasta que sale de puerto. En el convincente reparto, liderado (claro) por Noel Coward, encontramos a un jovencísimo Richad Attenborough y habituales de Lean como John Mills (trabajaron juntos en cinco películas) o Celia Johnson (la protagonista de Breve encuentro y La vida manda).

Un film bastante interesante, no sólo como lograda peli bélica, sino como producto de propaganda sin reñirse con la ficción y notable debut del inglesito.
 
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CADENAS ROTAS (Great expectations, 1946)

Excelente adaptación de Dickens en la que Lean ya muestra un gran domino tanto de narrativa, síntesis y ritmo (no hay tiempos muertos, algo loable en una película de casi dos horas) como de puesta en escena, con una atmósfera decadente y un estupendo trabajo de dirección que huye de lo teatral (habitual en compañeros británicos de Lean), ayudado por la notable fotografía en B/N de Guy Green (ganó un Oscar por este trabajo) y un logrado y convincente diseño de producción.

La historia habla de Pip, un huérfano que de crío ayudó a un convicto recién fugado y fue compañero de juegos de la hija adoptiva de una ricachona; años más tarde se convierte en caballero de sociedad gracias a la ayuda de un misterioso benefactor anónimo. El tratamiento aquí de la historia y personajes es puro Dickens, hicieron falta cinco guionistas para rematar un libreto que se mantiene de sobra en su combinación nada forzada de comedia, drama, romance y momentos de puro cine de suspense. Para encarnar a Pip, Lean contó con uno de sus actores fetiche, John Mills (cinco colaboraciones juntos, la más destacable su papelón en La hija de Ryan). Aunque no cuela como veinteañero (casi 40 años tenía entonces) está bastante contenido y empático. Cadenas rotas supone también el debut de uno de los mejores aliados de Lean, el gran Alec Guinness, aquí bien sin más en el simpático papel del señor Pocket. Como curiosidad, al interés amoroso de Pip le pone cara, en su etapa infantil, una jovencita Jean Simmons sin nada que envidiar actoralmente que su contrapartida adulta.

Una de las mejores obras de la etapa inglesa de Lean, superada tan sólo por la maravillosa Breve encuentro. Dos años después Lean volvió a adaptar a Dickens con idéntico buen resultado en Oliver Twist.


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EL ESPÍRITU BURLÓN (Blithe spirit, 1945)

Simpática comedia sobrenatural en la que Lean adapta una de las obras teatrales de su amigo y colaborador Noel Coward (quien no quedó nada satisfecho con el resultado), en la que un novelista ve peligrar su actual matrimonio cuando el fantasma de su primera mujer decide apalancarse en su casa. Todo ello en un contexto de triángulo romántico y guerra de sexos, con los protaonistas tirándose los trastos matrimoniales a la cabeza, diáloos de enredo y réplicas a tres bandas y cierto tono de ironía crítica hacia una clase media-alta estirada. Y quién mejor para un estirado escritor que un Rex Harrison aún treintañero y muy convincente en su papel, aunque quien roba la película es esa Margeret Rutherford como una versión pasada de rosca de la espiritista de Poltergeist.

Lean estaba aquí en su tercera película, todavía bajo la tutela espiritual de Coward, y como se veía en su etapa inglesa sigue huyendo de la teatralidad que podrían provocar los orígenes de estas películas; usa una puesta en escena sencilla pero sin dejar dormida la cámara y creó con el director de fotografía unos efectos especiales eficientes basados totalmente en maquillaje, vestuario y manipulaciones de luz in situ de la propia fotografía. Divertida, con ritmo, agradable de ver y con un final cínico y poco complaciente al tono light que podría esperarse.


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