Y ya que Emmerich siempre va "a más", ¿cuál será el siguiente paso de este tontolaba?
Seguro que más o menos algo así:
"2772: Capicúa", de Roland Emmerich: la profecía de los indios Anasazi de Nuevo México se cumple. La materia oscura del Universo cobra vida repentinamente, y una brecha blanca energética de millones de años luz de radio comienza a devorar planetas y sistemas solares a lo largo de la Galaxia... amenazando con llegar también a los Estados Unidos. Mientras vemos escenas alargadas de destrucción de multitud de planetas (obligatorio por contrato mostrar al menos cuarenta escenas distintas), un equipo multicultural de expertos en representación de la Humanidad formado por un norteamericano, un afroamericano, un judío americano, un latinoamericano de L.A. y un esquimal nacido y crecido en norteamérica, tendrán que hacerse cargo de salvar a la humanidad construyendo un inmenso teletrasportador interdimensional de luces y rayitos, salvándose unos pocos justo en el clímax del tercer acto tras una larga secuencia de destrucción de la Tierra que ocupará la segunda mitad de la película, y en la que veremos abrirse kilométricas zanjas en la Tierra hasta el núcleo, la Antártida entera y la Luna siendo absorvidas por el vórtice de un remolino de energía cósmica, la Torre Eiffel acabando espetada en el ojo de la "cara" de Marte, y la Casa Blanca siendo destrozada por los restos volantes de la Catedral de Santiago en medio de una tormenta...