Bien. Pero lo que vengo a decir es si esos sistemas de frenado son accesorios ó vinculantes.Lo único que tiene en común un metro con un tren, es que ambos circulan sobre raíles... y ni eso, el de París o el de Montreal lo hacen sobre neumáticos. Son sistemas de transporte con todo distinto: trenes distintos, señales distintas, sistemas de seguridad distintos, distancias de frenado distintas. Nada que ver. Es que son vehículos distintos.
En el lugar en el que se produjo el descarrilamiento, el sistema de seguridad existente es el Asfa Digital, que frena de manera automática al tren si no respeta las señales de parada obligatoria, es decir, detiene el convoy si se salta un semáforo en rojo. Además, lo frena si va por encima de 200 km/h, pero no por debajo de esa velocidad, aunque supere la estipulada. El maquinista del Alvia siniestrado reconoció que circulaba a 190 por un tramo limitado a 80. "Si está funcionando con Asfa, la decisión de la velocidad depende de la persona que conduce el vehículo", señalan desde Adif.
En ese tramo, el maquinista solo tiene indicaciones –como un documento en la cabina que señala las velocidades establecidas para cada tramo del recorrido– y señales de apoyo o aviso, pero no de control si no supera los 200 km/h. Por ejemplo, el CRC (algo similar a las torres de control de los aeropuertos) está en "contacto permanente" con el maquinista y le da avisos, como la existencia de incidencias meteorológicas o en la vía, "pero en ningún caso puede frenar al tren desde la distancia". El maquinista es el responsable último de cumplir los límites de velocidad estipulados siempre y cuando no supere los 200.
El sistema que sí puede frenar automáticamente a un tren si supera la velocidad estipulada es el ERTMS, un sistema "más avanzado", instalado en las vías de alta velocidad, pero en el punto del accidente, al ser un tramo de transición, no es necesaria. Este sistema podría instalarse "en todas partes", según Adif –de hecho, lo tiene una línea de cercanías de Madrid–, pero a nivel europeo las autoridades consideran que por debajo de los 200 km/h no es obligatorio.
No sé, yo veo que hay un fulano a los mandos que tiene que controlar la velocidad... con unos sistemas de apoyo por si hubiese alguna circunstancia...
Si no hay circunstancia (dicen que el sistema no hace nada por debajo de 200Km/h)... ¿de quién es la culpa?
Aquí los medios están confundiendo. Ese tramo *no* es LAV. En la LAV, el sistema es ERTMS.A mi modo de ver, entiendo que uno de los puntos más importantes es aclarar si en la alta velocidad o velocidad alta (creo que son dos tipos diferentes) el conductor está simplemente de apoyo y quien manda es la "tecnología", o a la inversa.
A lo que me refiero es que con los datos que tenemos no podemos saberlo. Tú ves que la culpa es del conductor, y yo digo que no tiene por qué serla, y me parece que le estás colgando el cartel muy pronto (con cariño, ¿eh? ).
Sólo indico que, con los datos que tengo actualmente, me parece un fallo humano, y por tanto, responsabilidad del conductor. No estoy diciendo que sea una imprudencia, pero sí que es responsable.
que pasa si al bueno del conductor le da un infarto o un íctus estando de servicio? como paramos el tren?
3) Es razonable meterle los dos generadores diesel supermasivos de segundo y penúltimo vagones a un tren ligero como el talgo? Es evidente que el momento de inercia provocado por esa masa saca a la locomotora del raíl ... por no hablar del destrozo hecho por el penúltimo vagón sobre los tres últimos vagones del tren.
Por su parte, el maquinista Manuel Mato, conductor de diversos modelos de tren Alvia, explicó en declaraciones a RNE que el frenado automático no se activó porque el tren no circulaba a más de 200 kilómetros por hora. Mato afirmó que "no hay nada técnicamente que te obligue a reducir esa velocidad" ya que "no hay balizas que informen" de la reducción o de si "superas la velocidad del tramo". Añade que la reducción de velocidad de la curva "sólo viene en el itinerario", que "dice que a partir del kilómetro 84.200 (antes del lugar del accidente), tienes que circular a una velocidad máxima de 80 por hora".
Mato señala, en cualquiera caso, que la curva de A Grandeira, donde tuvo lugar el accidente, es un "punto negro" en el que el cambio de velocidad "podría estar más avisado". El secretario general del sindicato de maquinistas (Semaf), Juan Jesús García Frade, destacó igualmente que "la singularidad de la línea gallega, hecha a trozos", con unos tramos de alta velocidad y otros de línea convencional, puede complicar el recorrido.
De igual manera, Jaime Tamerit, director del Laboratorio de Interoperabilidad Ferroviaria del CEDEX, dependiente de Fomento, explicaba en una entrevista que publica El Confidencial que "no es una curva para una línea de tren de alta velocidad". Tamerit explica que con el ERTMS sería "imposible que llegara a la curva a una velocidad tan elevada" pues "el sistema va regulando la velocidad según las características del terreno". El maquinista que conducía el tren llevaba trabajando en Renfe unos treinta años, los últimos 13 como maquinista, y desde hace más de un año operaba en esta línea y con esos trenes.
El maquinista del tren Alvia siniestrado el miércoles en Santiago de Compostela, Francisco José Garzón Amo, que resultó herido leve en el siniestro, se encuentra detenido en un hospital de la capital gallega por la Policía a la espera de prestar declaración, previsiblemente a lo largo del día de hoy, "por imprudencia en relación con los hechos producidos". A la espera de lo que tenga que decir, sobre él ha descargado toda responsabilidad el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, que ha asegurado que tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente.
En una entrevista con Efe, Ferre ha apuntado esta tarde que "cuatro kilómetros antes del lugar donde se produce el accidente (el maquinista) ya tiene la notificación de que tiene que empezar a reducir la velocidad, porque a la salida del túnel tiene que ir a 80 (kilómetros) por hora". Ferre ha defendido que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que, en cualquier caso, el maquinista tenía una hoja de ruta con todas las indicaciones porque "esa es la función del maquinista dentro del tren", es decir, "controlar la velocidad", porque "si no, sería un pasajero".
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El sistema de seguridad y de frenada instalado en el tramo del siniestro es el que se usa en una vía convencional y solo permite frenar el tren automáticamente en caso de que este supere los 200 kilómetros por hora. Por debajo, deja en manos del maquinista la decisión de reducir la marcha, aunque le avise de que circula con exceso de velocidad. El sindicato de maquinistas se agarra a ese dato para asegurar que la tragedia “se podía haber evitado”.