No trato de imponer una forma, ni tan siquiera de decir que una es mejor que otra. Conmigo sencillamente no va. No es por las ondas o el miedo a ellas, sencillamente no me gusta tener el teléfono en la mesilla de noche, soy más de tener un vaso de agua y no es la primera vez que de un manotazo lo tiro o al despertador le doy un sopapo que se cae al suelo.
El despertador, con dos tristes pilas AAA, sé que va a estar años funcionando sin preocuparme de nada. Y con un guantazo se pone azulito y me enseña la hora en la oscuridad con una tonalidad perfecta que no molesta.
Si un día el manotazo es más bestia y acaba zapateado contra el suelo o en otra parte de la habitación, tampoco es un drama que tenga una pequeña marca, no me duele.
Llevo con él 14 años y ahí sigue el titán
¿Y el teléfono?. Pues en el salón, cocina o recibidor. Cargando muchas veces, pero no siempre. No lo necesito por la noche salvo excepciones y son en ésas cuando lo traigo a la habitación.
Son distintas formas de entender la comodidad, para mí es ésta. A otro entiendo que *necesite* imperiosamente tenerlo todo en el móvil hasta en la noche.
PS: Viva el Happy Rise!!!