hoy he tenido una mesa de siete catalanes de más de 60 años, incluso alguno roza los 80, y les he preguntado por el tema de la independencia. Vaya por delante que la política es tema absolutamente tabú en el negocio y no doy mi opinión ni a Dios y que esos clientes son amigos de hace muchos años. Pero como son catalanes que hablan catalán con acento muy marcado y con el carácter típico catalán ( eso sería largo de explicar) pues como que me ha picado el interés y he sacado el tema en un momento en el que me había sentado con ellos.
Resulta, y yo la mar de sorprendido, que el tema les resbalaba. Ninguno tenía el más mínimo interés por la independencia como concepto ni, manifestado por todos unánimemente, lo tenían como algo necesario. Es más, ahondando ,resulta que una de ellas era de la mancha ,casada con otro de los presentes que sí era catalán de origen pero hijo de padre de segovia y madre catalana. Otro sus abuelos eran castellanos pero de padres nacidos en cataluña. Otro su exmujer ,fallecida, era de cuenca. Yo mismo, soy catalán pero hijo de gallegos y casado con una aragonesa y con tres hijos que ya son catalanes de segunda generación por parte de padre pero ascendencia aragonesa por parte de madre. Aún así ,sus bisabuelos por parte de madre, o sea los abuelos de mi mujer eran catalanes de pura cepa aunque los hijos de estos nacieran en aragón.
¿QUÉ DEDUZCO DE ESTO? Que por deducir no quede. Los nacionalismos me parecen una paletada de solemnidad. Los arraigos a una tierra llevados hasta el extremo una ridiculez propia de gente que no sale de casa. Nadie, o casi nadie, es de un solo sitio. Somos de muchas partes y hemos bebido de muchas fuentes culturales. El mundo no es tan pequeño como quieren hacernos creer. Los nacionalismos son una camisa de fuerza para los locos, se enfundan una y se revuelven a rabiar.