El Chelsea del basket
Vladimir Stankovic - 29/07/2008 03:00
La formula 'BBB' (bueno, bonito y barato) ya no funciona. En lugar de las 'tres B' parece que ahora está de moda una nueva fórmula, la de las 'tres R': Ricos Rusos Recientes. El campeón de Europa es el CSKA, el equipo que hasta ahora ha tenido el mayor presupuesto del basket continental, por encima de los 30 millones de euros. Pero sus vecinos de Moscú, el Khimki y el Dynamo, ya amenazan con destronarle. Si todavía no pueden sobre la pista, sí rivalizan ya el plano de las inversiones.
Grandes incorporaciones
Con los fichajes de Jorge Garbajosa, Carlos Delfino, Jerome Moiso y Milt Palacio, el Khimki se ha convertido en un 'Chelsea del basket'. El club se ha gastado este verano una fortuna para reforzar un equipo que ya era cualquier cosa menos barato. Tanto Garbajosa como Delfino han firmado por tres años a razón de 3 millones de euros netos anuales. El Dynamo, por su parte, ha tirado casa por la ventana para fichar al NBA esloveno Bostjan Nachbar. Antes ya había 'comprado' a Hollis Price, Darius Lavrinovic (se lo arrebató al Barça) y Arriel McDonald y en marzo nacionalizó al ex Tau Travis Hansen. También tiran de talonario Unics Kazan, Triumph Lyubertsy, Ural Great e incluso Spartak San Petersburgo. La liga rusa se ha convertido en un verdadero 'El Dorado' para muchos jugadores, que renuncian a buenos contratos en la NBA para firmar otros aún mejores en la Superliga.
Un club muy joven
Mientras CSKA y Dynamo tienen una larga tradición, el Khimki es un club joven, muy joven. Se formó el 5 de enero de 1997 y tras sólo dos años ya estaba en la primera división. Ahí empezó su largo camino hacia la cima del baloncesto ruso, en los últimos seis años reservada al CSKA. Este año, en febrero, el Khimki logró su primer éxito: ganó la copa rusa con una contundente victoria ante el CSKA en la final. Los directivos quieren más, quieren destronar al CSKA y para ello están dispuestos a gastar "cuanto sea necesario".
Khimki es un Hospitalet de Moscú. Saliendo del aeropuerto Sheremetyevo hacia el centro de Moscú, tras unos 10 o 15 minutos aparece Khimki. Dicen que en la época de la antigua URSS Khimki era una ciudad cerrada. Allí vivían muchos científicos que realizaban sus experimentos, quién sabe sobre qué y para quién. La ciudad es bastante fea, con la típica arquitectura realista socialista , todo muy gris, sin criterios estéticos, sin 'alma'... Lo mejor son los parques. Al lado de uno, muy cerca de un monumento a Lenin, está situado el pabellon del Khimki, una sala moderna, simpática, pero pequeña, para unos 3.000 espectadores.
El dinero
La pregunta clave es de dónde sale el dinero. No hay una respuesta clara y precisa, pero muchos indican que detrás de todo está un ex general sovietico, Boris Gromov. Su nombre es muy conocido en Rusia, era el comandante que sacó de Afganistán a los últimos soldados rusos tras muchos años en una situación desesperada. Gromov es una persona muy influyente en Rusia, sobre todo en la Región de Moscú, pero la parte operativa corresponde al presidente del club, Alexey Bodunkov, ministro de fomento del gobierno local de la Región de Moscú. Pero quien se ocupa directamente del basket es Aleksandar Boloshev, director adjunto, ex internacional ruso y campeón olímpico en 1972. Bodunkov, con su autoridad y sobre todo con su cargo, prácticamente obliga a las grandes empresas a ayudar al Khimki. Los favores se devuelven por varias vías pero al final todos están contentos. Para financiar el deporte de elite Nueva Rusia ha encontrado una nueva vía, ni estatal ni privada. Un plan ADO a la rusa...
Así se financían el CSKA (detrás está Mihail Prohorov, un magnate de zinc), el Dynamo (el 'jefe' es Vladimir Mihalevsky, el magnate de la construcción), el Khimki, también el Triumph pero con números mucho más bajos... No estamos ante esponsors al uso. Los que dan dinero esperan favores: sus empresas 'ganan' los concursos públicos, tienen prioridad en la compra de los terrenos atractivos, pagan menos impuestos...
Con la llegada de Garbajosa, Delfino, Moiso y Palacio a una plantilla ya potente, el Khimki tiene como objetivo ganar la Eurocup (antigua Copa ULEB) y entrar en la Euroliga, mientras en casa sólo piensa en destronar al CSKA.
