Presentando mis disculpas en público a Oscar Jalife por la tardanza, os dejo aquí una de las dos piezas que me ha mandado sobre El Caballero Oscuro –la otra es la crítica, que será colgada en su debido momento–. Se trata de una impresión en líneas generales del film, muy completa pero sin spoilers de ningún tipo, lo que es muy de agradecer.
Christopher Nolan es un joven con talento, de eso no cabe ninguna duda. Hace ocho años, con 30 primaveras y cierta timidez, estrenaba esa gran película que es Memento, con la cual sorprendió a todo el mundo a base de un trabajo de guión y montaje harto enrevesado. A este film le siguió Insomnio en el 2002 , la cual, aunque no tuvo mucho éxito tanto de crítica ni de público, era una gran película. Quizás carecía de sustancia, de verdaderas muestras de estilo, pero de todas formas, muy buena.
Nolan, aún con perfil bajo decidió hacer algo distinto. Tomó un personaje que era considerado muerto para el mundo del cine (el cual Joel Schumacher se había encargado de apalearlo hasta la muerte en Batman Forever, y de enterrarlo con Batman & Robin), y decidió revivirlo. Mostró que Bruce Wayne no era solo un millonario que hacía donaciones, sino que aún sin capa era Batman. Se deshizo de la ciudad futurista, colorida, con estatuas de Michael Jackson gigantescas por doquier, y la transformó en algo mucho más real, fantástico, pero creíble. En una ciudad con verdaderos criminales y callejones sórdidos, una ciudad que en verdad necesitaba un salvador. Hizo una verdadera ciudad gótica. Hizo un verdadero Batman.
La película obtuvo un notable éxito de crítica y público, e hizo que el enmascarado gustara de nuevo en el séptimo arte. Se percibía que Nolan aprendía sobre esto que es el cine y sus proyectos eran esperados por la gente. Con The Prestige en el 2006 demostró que es uno de los directores más grandes de su generación. De nuevo volvía a contarnos una historia muy interesante, de forma muy precisa. Manejaba la acción de manera no lineal, con una precisión milimétrica y un gran ritmo, una puesta en escena al mejor nivel, donde la conjunción de la fotografía, la dirección de arte y unas notables actuaciones conformaban un todo superior a la suma de las partes. De nuevo Nolan lograba la aceptación de todos. Meses después se dio a conocer que el director trabajaba en la secuela de Batman Begins.
La información comenzó a llegar en cuenta gotas. Un teaser-trailer que no mostraba ninguna imagen del film, diversas pistas desperdigadas aquí y allá, anuncios en su página web, etc. Hasta que, en el calendario, la fecha del estreno se aproximaba. Campaña viral de las grandes. Trailers por todos lados, posters, críticos que afirmaban encontrarse ante la segunda venida de Cristo, o por lo menos, ante un nuevo hito de la historia del cine, etc. Y, en el medio de todo eso, fallecía Heath Ledger, de quien se afirmaba que su personificación del Joker era verdaderamente antológica.
Pues bien, The Dark Knight ya ha llegado, por lo menos aquí a la Argentina y, un día después, llegará al país del Tío Sam y el Tío…Bill. Ya he visto el film y he de decir que supera ampliamente el hype, y es quizás todo lo que esperábamos. Nolan se muestra en una total madurez y que ya no está para experimentar con los recursos narrativos, ahora plantea algo que contarnos y lo hace…y a lo grande. Creo que no miento al afirmar que no hay un solo minuto de metraje que sobre a lo largo de los 145 minutos. El ritmo es impecable y avanza constantemente. La tensión va siempre en aumento y el uso de la información es el correcto, aparece en los momentos precisos.
Con el manejo de los puntos fuertes del guión pareciera que Nolan da verdaderas clases de cine: Cada secuencia de acción es aún más fuerte que la anterior, cargando de tensión al espectador, preguntándose en cada una cómo hará el director para ofrecer un clímax a la altura. Pues bien, el clímax no desmerece en absoluto. Ahora, podría pensarse que un film que se apuesta tanto por un progreso tan fuerte de la tensión terminaría por agotar al espectador. Por suerte esto no es así, y Nolan maneja el ritmo como si fuese el señor Rolex, hace un gran uso de las pausas, con escenas que permiten al espectador tomarse un respiro ante la descarga de adrenalina; pero estas escenas no son de transición, sino que a través de ellas la historia sigue avanzando, a baja velocidad, pero avanza. Cabe mencionar también el gran uso de los aspectos técnicos y tecnológicos.
La fotografía de Pfister vuelve a ser correcta, que sin ser demasiado llamativa se acopla muy bien a la acción y la ambientación. Luces cálidas en los sórdidos callejones, filtro azul en el amanecer de un Batman agobiado, y así. En cuanto a los efectos por ordenador, siguen cumpliendo la misma función que en su precuela, el cual es estar al servicio de la historia, y no al revés. Se muestran de forma discreta para que el ordenador no cante enseguida (no teman del exceso de CGI).
A nivel interpretativo, todos los actores cumplen. Eckhart avanza hacia transformación de Dent a Two-Face gradual y verosímil; Maggie Gyllenhaal nos hace olvidarnos de Katie Holmes, Bale consigue mostrar a Batman como un héroe, pero que a la vez es Bruce Wayne, y ambos son uno, son una misma persona falible a la que le duelen los golpes. Caine y Freeman repiten papeles de forma similar (aunque a Alfred se lo nota algo más…tristón).
Y toca hablar de Ledger. El Joker es el cabrón más grande del mundo, y quizás uno de los cinco mejores villanos de la historia del cine. Es violento y sádico casi tanto como inteligente, y la actuación de Ledger es tan convicente que uno se pregunta si en verdad no es así. El Joker es cruel, despiadado y altamente destructivo (haría palidecer a Rha’s Al Gul), tanto que si Roland Emmerich ve la peli, quizás se plantee utilizarlo para algún próximo film, porque es así, el Joker asola Gotham con la misma furia de las olas o los tornados de El Día de Mañana. Y es aquí cuando uno siente verdadera pena porque tal actor haya fallecido, pensando que estaría en la cresta de la ola en Hollywood. Y también me pregunto si es debido a todo esto que tanto me ha gustado la actuación, luego me pienso objetivo y desecho la idea, aunque con reservas.
Por último, mencionar que en lo referente a la banda sonora, Hans Zimmer se ha mostrado como hacía ya mucho rato no lo hacía. Abandona los temas genéricos que tanto predominaron en la trilogía de los piratas o películas por el estilo y realiza composiciones a un nivel mucho más personal, que se acoplan a los personajes y a todo ese sórdido y deprimente entorno.
Hasta aquí pareciera que Nolan me ha pasado unos billetes o que soy totalmente entusiasta y subjetivo. Pues no. No soy fanático de Batman, es más, lo consideré siempre un personaje sumamente débil sin una historia muy interesante, hasta Batman Begins, por lo que, hasta el preciso momento de ver la película mantuve mis reservas, por mucho Nolan que la dirija.
Lo que sucede es que se me hace difícil encontrarle muchas pegas a la película, que las tiene (como todo). Hay algunas frases que sueltan los personajes (en especial Gordon) en plan solemne que se hacen bastante ñoñas, y hay algunas resoluciones de escenas que se hacen predecibles, pero que de todas formas, aunque uno la haya vaticinado, se sorprende.
Espero con esto no haber destripado el film, intenté ser lo más reservado posible, y aclaro que solo representa mi opinión personal.
P.D: No se pierdan el momento en el que aparece la moto (¿bat-moto?).
Oscar Jalife