El machismo, el racismo, la homofobia o la alusión gratuita a la religión o etnia de alguien, nada tiene que ver con la opinión, la información, el análisis o la crítica cinematográfica. Al próximo que vea hablar de "el sionista", "el judio", la "zorra" o similar de forma burda y gratuita, se va a ir a la nevera dos semanitas como mínimo para ver si vuelve más respetuoso.