Atreyub
En busca y captura
Respuesta: Billy Wilder: Opiniones
(Some Like It Hot, 1959)
Wilder, compartiendo guión otra vez con I.A.L. Diamond, propone esta desternillante comedia que a día de hoy sigue siendo un guión ferreo en su propuesta y mucho más en resultado donde cuentan además con un trío de campanillas. Por un lado contamos con un Curtis y Lemmon con más química que la cocacola y consiguen deparar un duo amistoso que deberán huir de la caza a muerte de un grupo de matones. ¿Como pasar desapercibidos? Muy fácil, disfrazándose de señoras. Si al duo le añadimos la tentación en forma de mujer llamada Marylin Monroe (¡hasta los trenes resoplan por ella!) el amor, las frases y diálogos con doble sentido, los equivocos y demás están servidos. No hay nadie como Marylin, nadie para interpretar este personaje pues ella lo clavó. Las curvas no están en las carreteras secundarias precisamente... sólo un título: "I Wanna Be Loved by You".
Pero esperen, que aún hay más. Necesitamos enredar aún más el enredo. Olvidándonos por completo de que la mafia los persigue (diría que es hasta una cortina de humo: lo que interesa aquí realmente es ver como se las ingenian estos dos amigos para no ser descubiertos y encima padecer el entuerto) aquí le añadimos la otra historia que realmente vale la pena descubrir: Joe E. Brown, un rico playboy enamorado hasta las trancas por esa "mujer" llamada Daphne ("Daphne, querida, me estás llevando otra vez"). El detallazo de la aguja del ascensor es brutal.
Lemmon está para darle un Oscar ya. Sus caras, sus gestos, su interpretación, su pose... todo es pura comedia física y gestual. Curtis no se queda atrás, desde luego. Es una auténtica combinación heróica. El amigo para todo y el aprovechado vividor. Imposible no partirse la caja hasta llorar con el mítico momento de Curtis diciéndole a Sugar que no tiene cura, que no siente nada para acabar con las gafas empañadas. El gesto de la rodilla lo dice todo.
Si encima redondeamos con un diálogo de antología entre Brown y Lemmon y le damos un broche final (de oro) con una frase legendaria, icónica en sí misma nos encontramos con una película perfecta, modélica, un clásico de la comedia, uno de los mejores títulos de Wilder y una puesta en escena sencilla pero directa, con el ojo puesto en la comedia irónica, de dobles sentidos en muchos casos y desde luego un título muchas veces imitado pero pocas veces igualado (ya no hablemos de superado). En color hubiese sido otra, hubiese (quizás) destrozado por completo el disfraz, hubiese roto la mítica. Me juego el cuello sin miedo a perderlo. Mención aparte a la banda sonora. Un diez de película, sí señor.
Siento una predilección tal por esta película que si tuviese que decidirme por la mejor comedia de todos los tiempos no sé si sería esta pero que estaría entre ellas: sin lugar a dudas. Sé que luego saldrán los levantadedos indicando que no comparten mi parecer pero aquí los espero.
(Some Like It Hot, 1959)
Wilder, compartiendo guión otra vez con I.A.L. Diamond, propone esta desternillante comedia que a día de hoy sigue siendo un guión ferreo en su propuesta y mucho más en resultado donde cuentan además con un trío de campanillas. Por un lado contamos con un Curtis y Lemmon con más química que la cocacola y consiguen deparar un duo amistoso que deberán huir de la caza a muerte de un grupo de matones. ¿Como pasar desapercibidos? Muy fácil, disfrazándose de señoras. Si al duo le añadimos la tentación en forma de mujer llamada Marylin Monroe (¡hasta los trenes resoplan por ella!) el amor, las frases y diálogos con doble sentido, los equivocos y demás están servidos. No hay nadie como Marylin, nadie para interpretar este personaje pues ella lo clavó. Las curvas no están en las carreteras secundarias precisamente... sólo un título: "I Wanna Be Loved by You".
Pero esperen, que aún hay más. Necesitamos enredar aún más el enredo. Olvidándonos por completo de que la mafia los persigue (diría que es hasta una cortina de humo: lo que interesa aquí realmente es ver como se las ingenian estos dos amigos para no ser descubiertos y encima padecer el entuerto) aquí le añadimos la otra historia que realmente vale la pena descubrir: Joe E. Brown, un rico playboy enamorado hasta las trancas por esa "mujer" llamada Daphne ("Daphne, querida, me estás llevando otra vez"). El detallazo de la aguja del ascensor es brutal.
Lemmon está para darle un Oscar ya. Sus caras, sus gestos, su interpretación, su pose... todo es pura comedia física y gestual. Curtis no se queda atrás, desde luego. Es una auténtica combinación heróica. El amigo para todo y el aprovechado vividor. Imposible no partirse la caja hasta llorar con el mítico momento de Curtis diciéndole a Sugar que no tiene cura, que no siente nada para acabar con las gafas empañadas. El gesto de la rodilla lo dice todo.
Si encima redondeamos con un diálogo de antología entre Brown y Lemmon y le damos un broche final (de oro) con una frase legendaria, icónica en sí misma nos encontramos con una película perfecta, modélica, un clásico de la comedia, uno de los mejores títulos de Wilder y una puesta en escena sencilla pero directa, con el ojo puesto en la comedia irónica, de dobles sentidos en muchos casos y desde luego un título muchas veces imitado pero pocas veces igualado (ya no hablemos de superado). En color hubiese sido otra, hubiese (quizás) destrozado por completo el disfraz, hubiese roto la mítica. Me juego el cuello sin miedo a perderlo. Mención aparte a la banda sonora. Un diez de película, sí señor.
Siento una predilección tal por esta película que si tuviese que decidirme por la mejor comedia de todos los tiempos no sé si sería esta pero que estaría entre ellas: sin lugar a dudas. Sé que luego saldrán los levantadedos indicando que no comparten mi parecer pero aquí los espero.