Lo de Dexter no tiene perdón. Desde el final de la cuarta ha sido una temporada decepcionante detrás de otra. Del personaje original poco queda y la pena es ver al pobre Michael C Hall intentando llevar para delante a un Dexter que ha quedado absolutamente embarrado por los guionistas.
Todo lo contrario que en Breaking Bad, donde la temporada final está siendo de auténtico lujo, llevando a todos los personajes de manera óptima al esperado apocalipsis con el que finalizará la serie. Aquí no hay hijas secretas de Masuka ni amoríos estúpidos. Va directo al grano, como lo ha hecho siempre (salvo esos escarceos de Marie con la cleptomanía, lo peor de la serie, pero que duraron como mucho tres capítulos)