Respuesta: Cine Español
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Siete mesas de billar francés (Gracia Querejeta, 2006)
Estando el otro día en la biblio colocaron como novedad estos billares. Leyendo la sinopsis en profundidad (realmente no sabía de qué iba) me llamó la atención tanto la historia como el elenco. Una vez concluída puedo decir que me ha convencido por completo.
Una historia, que como ese cuadro que siempre está torcido, hay dos caminos en la vida: 1) convivir con volverlo a colocar bien para que se vuelva a torcer, osease, convivir con las desgracias que uno le toca del tipo que sean (laborales, emocionales, económicos, sociales, amorosos) o 2) quitarlo del lugar (plantarle cara al problema y pillar al toro por los cuernos).
Cine a pachas entre el drama y la comedia blanda, cotidiana, que es lo que a veces hace a uno sobrevivir las penas. Una película de personajes con muchas desgracias, malos tragos y engaños de quien menos te lo esperas. Portillo y Verdú hacen y crean un tandem de perfecta armonía y sincronización pero el grupo de secundarios no tiene desperdicio (con apellidos tan ilustres como Barea, Villen o Arévalo, el de Primos, no el cómico). Historias de toda la vida y que no tienen fecha de caducidad por muy actuales que sean los tiempos:
Padres desgraciados que viven o vivían para sí mismos y sólo dejan deudas a sus hijos, pasados que lastran y pesan como una losa, gente buena que no puede ser de otra forma, vicios imposibles de dominar y superar, familias separadas sin posibilidad de unión (y redención) mientras no te queda otra que aguantarte en la balsa de las amistades de toda la vida.
Mención aparte a la BSO. Y aunque le pueden sobrar unos minutillos no deja de ser un título que merece una oportunidad. Ah, se me olvidaba. Aquí un enamorado de la Verdú. No de hoy, de siempre.