Cine Español

La aldea maldita, de Florián Rey

Uno de los títulos fundacionales del cine español, así como el más conocido de la época muda pese a que ya existía el cine sonoro (la versión que se conserva restaurada es la que carece de diálogos). Muy importante por su lugar en nuestra cinematografía y también como película, que cuenta el drama de los habitantes de un pequeño pueblo castellano, obligados a emigrar a la ciudad por culpa de la constante ruina que causan las tormentas en sus cosechas. Entre ellos se encuentra una mujer que decide dejar atrás a su hijo y a su marido preso, con tal de sobrevivir.

Con un argumento más bien anacrónico y melodramático, se trata de una fábula sobre el amor enfrentado a la honra, es decir, la eterna pugna entre la razón y el sentimiento, entre las leyes eternas de la naturaleza/tradición y el perdón humano. Tan sencilla y humilde como emotiva esta moraleja que se nos transmite, donde la naturaleza es un medio idílico frente a la corrupción que representa el medio urbano. Por otra parte, la influencia del expresionismo alemán se hace patente en el uso de sombras y de la iluminación en ciertos momentos, destacando el comienzo en la aldea y las escenas de la gente avanzando con sus carromatos (parece mentira que algo así fuera realidad hace apenas un siglo)… lo que viene después ya no es tan creativo (visualmente) y se hacen necesaria la ayuda de rótulos para contar la historia. La banda sonora de piano añadida a posteriori ayuda a ilustrar la melancolía del relato.

Está claro que Florián Rey no es Eisenstein ni Murnau, pero esta pequeña obra prevalece aún con sus aciertos y sus limitaciones.


onnzyd6.jpg
 
Eloísa está debajo de un almendro (Rafel Gil. 1943)
fantaterror hispano antes siquiera que esto existiese, en la senda de la época de islas en nuestra cinematografía junto a Nevillle y dos más y plasmada no en su forma pura, sino entre comedia costumbrista y castiza, aunque en todo caso partiendo de un original tremendamente conocido, el teatro de Jardiel Poncela, Gil es un tipo muy competente y clásico, aquí mirando de reojo a la Rebeca de Hitchcock y a los monstruos de Universal, mostrando una puesta en escena insólita por nuestras tierras.
sorprendente joya hoy algo escondida (aunque Gil era un director de "serie A" en el franquismo y Jardiel sigue siendo hoy un referente) de caserones, cámaras secretas, "fantasmas", misterios del pasado de los que nadie quiere saber nada y un punto de vista único y esquisito, todo ello con un texto ágil casi de sainete screwballesco por momentos que le a un ritmo envidiable, de paso todos los aspectos de la producción están cuidadísimos, empezando por su magnífico casting de actores hoy olvidados salvo Amparo Rivelles, y bueno, casi todo el cine lo es, pero aquí ademas tenemos un excelente documento sociológico de la clase ociosa de aquella España, dejando una peli brillante e impecable, aparte de entretenidísima;
para terminar tiene secuencias arrebatadoras, estéticamente más propias de otras latitudes, como el acceso en barca al castillo o el almendro que da título a la peli :palmas

[THUMBNAIL]http://3.bp.blogspot.com/-9Sa8kjkZ_CY/UTZ--9lpY-I/AAAAAAAAL-c/951LHxNMvic/s1600/arb2.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://recursos.decine21.com/img/upload/obras/Eloisa-esta-debajo-de-un-almendro-10046/Eloisa-esta-debajo-de-un-almendro-10046-E1.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://anacallejo.files.wordpress.com/2012/11/eloc3adsa-bajando-por-la-escalera-con-el-vestido.png[/THUMBNAIL]
 
Última edición:
Tengo pendientes de ver " Surcos ", " Nueve cartas a Berta " y " Furtivos" ¿ valen la pena ? realmente son grandes clasicos del cine español?
 
Anoche finalmente vi Furtivos, es un peliculon con escenas impresionantes que se tequedan grabadas, como cuando Ovidi MOntlor saca a su madre ( una magnifica Lola Gaos) de su cama para poder acostarse con su novia o el dramatico final casi sin palabras donde todo se intuye desde que van a la iglesia y todo eso en solo 79 minutos :palmas me recordo al film " la caza " de Saura por el tono. en fin imprescindible para el que no la haya visto nunca, una obra maestra del cine español, la proxima sera " Surcos" . :)
 
Joder, pues si esta es la más "asequible", como será el resto. :sudor

Claro que yo tampoco soy un indicativo fiable, por que a la de La Caza de Saura no le vi el más mínimo interés, y el supuesto "mensaje" me pareció una imbecilidad mal contada. Rarito que es uno. Y que me tocó los cojones que mataran un hurón, también puede ser... :P

Manu1oo1
 
Joder, pues si esta es la más "asequible", como será el resto. :sudor

Claro que yo tampoco soy un indicativo fiable, por que a la de La Caza de Saura no le vi el más mínimo interés, y el supuesto "mensaje" me pareció una imbecilidad mal contada. Rarito que es uno. Y que me tocó los cojones que mataran un hurón, también puede ser... :P

Manu1oo1
Hay que pensar en la epoca que fueron realizadas, era dificil lanzar algunos mensajes... con lo que muchas veces estan enmascarados como por ejemplo en la que vi anoche , " Nueve cartas a Berta " , me extraña que pasara la censura aunque al final el protagonista cede a pensamientos mas politicamente correctos de la epoca, pero en cualquier caso es un film interesante.
Tambien vi " Calle Mayor", un melodrama que me recordo a quellos de Douglas Sirk, guardando las distancias claro, pero aun asi es un film de calidad y destacable del cine español.
 
Parsifal (Daniel Mangrané. 1951)
toda una extravagancia, insólita adaptación de la obra wagneriana rodada por equipo barcelonés por un desconocido Mangrané en los alrededores de Montserrat (nada extraño, el original está ambientado en la imaginaria Monsalvat, en la Marca Hispánica), superproducción para la época es una especie de Nibelungos patrio, aunque algo tosco, Mangrané tira mas al teatro que era su profesión, y cuida mas el escenario y texto... aunque es muy consciente del medio, otra cosa es los recursos disponibles,

[THUMBNAIL]http://cinentransit.com/wp-content/uploads/2013/03/Parsifal+madre.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://cinentransit.com/wp-content/uploads/2013/03/Parsifal-Roderico-Klingsor.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://i905.photobucket.com/albums/ac252/serdar222/films%2001/parsifal%201951/parsifal005.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://imageshack.us/a/img690/1418/150389705212247lo.jpg[/THUMBNAIL]

el resultado, muy místico (misticismo español de los 50, poca broma, más sincero que afectado), épico en la medida de lo posible y bebiendo de los mitos; estéticamente muy ambiciosa en el panorama del momento, conjugando muy bien el cartón piedra con los escenarios naturales, aunque algo anquilosada en sus escenas y texto, menos dinámicos y modernos, especialmente en secuencias esforzadas pero limitadas, en exteriores y con extras y coreografías de por medio, en escenas más de interior, hay un ojo puesto en Lang y la cosa funciona mejor, fallida (cierta abstracción argumental) pero loable incursión hispana fuera de estampitas más habituales; loco intento que se saldó con un gran fracaso, a veces da la impresión que Mangrané, sea una especie de cruzado estético aislado en una isla-montaña cultural, de esas pelis que abren camino... y caen en un precipicio sin que nadie les siga.

[THUMBNAIL]http://cinentransit.com/wp-content/uploads/2013/03/Parsifal-Klingsor-enano.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://i905.photobucket.com/albums/ac252/serdar222/films%2001/parsifal%201951/parsifal014.jpg[/THUMBNAIL][THUMBNAIL]http://i905.photobucket.com/albums/ac252/serdar222/films%2001/parsifal%201951/parsifal017.jpg[/THUMBNAIL]
 
Vaya forma de empezar una entrevista...

La verdad es que yo tenía la impresión de que no quería trabajar aquí. Siempre la he visto como una actriz extraña, imagino que por haber hecho lo que le salía de las narices, e igual es eso lo que piensan los directores y directores de casting cuando pasa por sus cabezas (amén de la falta de papeles, claro).
 
recientemente casi seguidas he visto tres peliculas recientes españolas " Canibal ", " Stockholm" y " La herida " ( esta ultima me parece la mejor ) , las junto aqui porque reflexione tras verlas que parecen realizadas de una forma diferente a lo habitual, casa una con sus d efectos y virtudes, con menos medios, pero quizas estamos ante un nuevo tipo y forma de hacer peliculas en el cine español y puede que esta sea la unica salida para sobrevivir en el dificil panorama del cine mundial con la que cae y la baja asistencia a las salas, peliculas de menos presupuesto, en este sentido la clasica pelicula filmada de forma habitual esta condenada a desaparecer .
 
La cabina, de Antonio Mercero

Inolvidable hito de la televisión española, adaptación inconfesa o involuntaria de “La metamorfosis” de Kafka, con el angustioso encierro de un hombre en una cabina de teléfonos. Irónico, siendo un invento moderno (por aquel entonces) que pretendía mejorar nuestras posibilidades comunicativas, paradójicamente convertido en escenario de la incomunicación y de la soledad del hombre actual. En lugar de ayudarle de verdad, la gente muestra incomprensión y desprecio hacia él, como si asistieran a un espectáculo de feria, prefiriendo mirar para otro lado. Hagan lo que hagan quienes echan una mano, no consiguen nada. La realidad de todos los días, interrumpida por un absurdo accidente (trivial en apariencia) que se complica. Al igual que el protagonista, tan inocente y tan normal que podría ser cualquiera, nadie está a salvo del poder en la sombra y sus oscuros, incomprensibles mecanismos.

La película es evidente y nada hermética respecto a las lecturas que propone (pese al “surrealismo”), sobre esa deshumanización y falta de empatía, esa irracional inmersión en el horror absoluto. Pero no faltan quienes encuentran otras más específicas; que si metáfora de la sociedad española, que si el franquismo... los secundarios son más o menos esperpénticos e incluso responden a ciertos estereotipos (niños, viejas cotillas, policías sin escrúpulos), o se aprovechan descaradamente de la situación. Situaciones insólitas ocurren en medio del espacio urbano; un extraño funeral, unos payasos, la canción de unos niños (“Mambrú se fue la guerra”). En cualquier caso, la tensión y la angustia (compartida con el pobre López Vázquez, cuya actuación es pura mímica) están presentes, con los tics de la época en forma de zooms y de desesperante banda sonora.



VioNq1X.jpg
 
El cine es cosa de risa
  • Una nueva generación de cineastas españoles ha encontrado la llave del humor que abre las puertas de la taquilla.
  • El coguionista del éxito ‘Ocho apellidos vascos’ reflexiona sobre lo que hoy nos hace gracia y explica por qué el género parece encontrar nueva vida.
Borja Cobeaga

Cada español es un comediante. Incluso tu primo soseras que en las celebraciones familiares se queda marginado en una esquina tiene un Facebook plagado de fotomontajes sobre Froilán, Isabel Pantoja y Sergio Ramos. A tu madre no le has oído contar un chiste en tu vida, pero ha descubierto en WhatsApp una combinación de emoticonos cachondos que hacen las delicias del chat familiar. Te encuentras con un compañero de clase de colegio y te comenta que es “psicólogo en paro y tuitstar”: tiene 50.000 seguidores que ríen sus ocurrencias de menos de 140 caracteres.

Gracias a la tecnología la comedia está por todas partes. También podría decirse que los tiempos de recesión agudizan el ingenio, que la risa es la mejor receta contra la crisis, que para llorar ya está el Telediario. Asimismo se podría afirmar que la natación es el deporte más completo, que la dieta mediterránea es la más sana o que el mejor cine se hace en televisión. Total, todo son tópicos. ¿Necesitamos la comedia para sobrevivir a la dura realidad? Más bien la realidad ya nos proporciona la comedia preparada para consumir. No hace falta darle la vuelta a las cosas para ver su lado cómico. Lo que nos rodea ya es humor en sí: el Pequeño Nicolás y su romance con la Pechotes, las tarjetas black y los gastos en clubes de dudosa reputación (o el precio desorbitado de las aspirinas, o Arturo Fernández facturándose a sí mismo… este tema tiene buen material), Pujol echando la bronca a los diputados que le interrogan sobre su dinero en Andorra, Esperanza Aguirre jugando al GTA San Andreas en plena Gran Vía madrileña, la imagen de Pablo Iglesias asomándose detrás de un árbol…

Cada español, incluidos los políticos, es un comediante. El humor no es un arma para huir de la realidad, lo que pasa cada día y leemos en la prensa es una fuente cómica de primera. La realidad imita los titulares de El Mundo Today o Mongolia, dos publicaciones que intentan hacer sátira en un país que se ha vuelto una sátira en sí mismo. Tratas de hacer una parodia de los correos electrónicos de Urdangarin y no te salen así de bien.

Nos lo ponen difícil a los que nos dedicamos a la guasa. Tienen mejores ideas que nosotros y aun así no sé muy bien por qué le ha dado a la gente por ir a ver nuestras comedias. Intento encontrar una explicación, pero no quiero hacer sociología barata, porque para eso ya están también las redes sociales, que además te proporcionan hilarantes Memes de Julio Iglesias. Sólo sé que en los últimos meses se habla con insistencia de una nueva comedia española, sobre todo a cuenta del estreno de Tres bodas de más, La gran familia española, Gente en sitios y Ocho apellidos vascos. Los que estamos detrás de alguna de esas películas no tenemos la sensación de formar parte de un fenómeno novedoso. Llevamos años practicando el género con mayor o menor fortuna. Allá van un par de chascarrillos para ilustrar nuestros inicios.

Acabábamos de sacar Pagafantas cuando mi media naranja profesional desde los tiempos del programa Vaya semanita, Diego San José, se encontró con un amigo de la infancia. Éste le dijo que le había encantado la película que Diego había escrito. Diego asintió orgulloso, pero su gesto se torció cuando su colega le dijo que sobre todo le había gustado “la escena de cuando llegan a Oxford”. No sé si ha visto usted Pagafantas, pero juro que el protagonista no sale de Bilbao y alrededores. Obviamente, el amigo estaba confundiendo nuestra película con Fuga de cerebros. Se habían estrenado dos comedias juveniles españolas en un escaso espacio de tiempo. Ambas con éxito. Bueno, es verdad que Fuga de cerebros con mucho más éxito, pero las confundían. Y eso podía significar que algo se estaba moviendo en la comedia española, más dada desde los tiempos de la comedia madrileña a los casos aislados, como los de David Serrano, Manuel Gómez Pereira, David Trueba o Joaquín Oristrell.

Los comienzos de esta nueva generación también fueron duros. El público no nos lo ponía del todo fácil. Javier Ruiz Caldera es el realizador de Tres bodas de más y de Anacleto: agente secreto, que se estrena el próximo año. Javi es probablemente el mejor director de comedia que tenemos en España. Sabe narrar los gags visuales con gracia e imprime a sus pelis un ritmo endemoniado, y las productoras se lo rifan. Y además tiene pelazo. Su segunda película, Promoción fantasma, gustó a todo el mundo, a público y a crítica. Gustó tanto que un espectador se le acercó para comentarle lo “buena e inteligente” que era, “no como esa bazofia de Spanish Movie. Javi intentó frenar a su interlocutor, pero no había quien le parara: “No sé por qué se hacen pelis así, que intentan hacerte gracia todo el rato y son patéticas…”. Finalmente Ruiz Caldera le interrumpió algo apurado: “Spanish Movie también es mía. Es mi primera película”. El espectador se quedó en silencio. Largamente. Imagino que se oirían grillos y una bola de heno pasaría delante de ellos.

¿Y por qué de repente estas comedias tienen éxito? Una de las razones podemos encontrarla en la incorporación de cómicos procedentes de la televisión o del monólogo. No se puede entender la comedia reciente en España sin La hora chanante, sin Buenafuente o sin Dani Rovira y Hovik Keuchkerian. El precedente de este fenómeno es claro: ya lo hacían los estadounidenses. Los cómicos más populares del Saturday Night Live empezaron a hacer cine y se les daba muy bien. Lo mismo que a Carlos Areces, Joaquín Reyes, Julián López, Raúl Cimas, Silvia Abril, Yolanda Ramos o Berto Romero. Ya habrá quien le dé a Ernesto Sevilla el papel de galán romántico que merece ese Cary Grant de Albacete. Directores de comedia experimentados como Pedro Almodóvar, Álex de la Iglesia, Santiago Segura o Nacho García-Velilla lo han visto claro: si en un sketch de Muchachada Nui Areces o Julián López lo petan, lo mismo pasará en una película.

Muchos de los guionistas de estas comedietas venimos también de la tele. De series, de programas de sketches. Solemos aparearnos con un guionista más brillante que nosotros para enmascarar nuestras carencias. Ya he hablado de mi pareja, el talentoso Diego San José, pero conociéndole supongo que estará contento de ver de nuevo su nombre bien escrito. Nada de Daniel San Juan o David San Martín. Ni tampoco lo que pasó en un reportaje sobre Ocho apellidos vascos, que por el parecido de sus nombres lo mencionaron como “el hijo de Ana Belén y Víctor Manuel”. Juntos hemos escrito tres películas, una novela (Venirse arriba) y muchos programas de la tele. El año que viene también lo tenemos liado, porque andamos con la secuela de Ocho apellidos vascos y la adaptación de Superlópez, que dirigirá Ruiz Caldera. Sí, el del pelazo. Para él, precisamente, han escrito otras parejas de guionistas de recopetín. Cristóbal Garrido y Adolfo Valor le dieron un buen repaso a la comedia de corte fantástico con Promoción fantasma, y Pablo Alén y Breixo Corral escribieron todas las maravillosas chanzas de Tres bodas de más. Repiten con Javi en Anacleto: agente secreto, donde colaboran con Fernando Navarro. Y se está rodando Ahora o nunca, de María Ripoll con guion de Jorge Lara y Francisco Roncal, que debutaron en el cine con Zipi y Zape y el club de la canica. Pablo y Daniel Remón (Casual Day, 5 metros cuadrados) practican una comedia negra maravillosa y Montero & Maidagán desarrollan su brillantez sobre todo en la televisión, pero pronto tendremos noticias suyas en el largometraje.

Esta comedia será nueva, pero en ningún caso supone una ruptura. No se entiende el cine que hacemos sin Berlanga, Ozores, Colomo o Almodóvar. Por mucha serie cómica americana que hayamos visto y por muchos vídeos de poshumor en YouTube que nos traguemos, al final seguimos la estela de Vente a Alemania, Pepe, Ópera prima o Todo es mentira. Nacho Vigalondo escribe y dirige Extraterrestre y nos hace pensar en Mujeres al borde de un ataque de nervios. O alguien que lleva décadas haciendo comedias románticas como Emilio Martínez-Lázaro consigue conectar con el público actual gracias a una vuelta de tuerca al “chico conoce chica” en versión “andaluz conoce vasca”. ¿No sigue Torrente arrastrando a los espectadores al cine? Pues la saga de Santiago Segura es deudora de las películas de Alfredo Landa, Tony Leblanc y José Luis López Vázquez. Todo puede sonar a nuevo, pero es más viejo que el TBO.

Ojalá la televisión llegue a reflejar la variedad que sí existe en el cine o Internet. Las películas de Juan Cavestany, los espectáculos de Miguel Noguera o los vídeos de Venga Monjas quizá tengan una difusión limitada, pero para aquellos que practicamos la comedia son la avanzadilla, los que exploran terrenos cómicos más atrevidos. Lo bonito sería que convivieran series de éxito arrollador como La que se avecina con propuestas como Qué fue de Jorge Sanz o la reciente El fin de la comedia, los cuales, son, desafortunadamente, fenómenos aislados. Mientras las salas de cine y los ordenadores están atestadas de ficciones cómicas, éstas no terminan de encontrar su hueco en la pequeña pantalla.

Otra cosa que necesitamos para que esta nueva comedia española no decaiga es el desbloqueo del corto hacia el largo. Hace años lo normal era hacer un corto de éxito y poco después debutar en el largometraje. Muchos de los cineastas del género procedemos de esa cantera: desde Javier Fesser hasta Daniel Sánchez Arévalo, pasando por Álvaro Fernández Armero o Vicente Villanueva. Pero en los últimos años hay un tapón. Un puñado de cortometrajistas están haciendo comedias estupendas y no lo tienen tan fácil como nosotros para dar el salto. Álex Montoya, Óscar Bernàcer, Natalia Mateo, Sergio Barrejón, Oriol Puig y Esteban Crespo son directores que deberían estar haciendo comedias en formato largo ya. Algo de esperanza hay, porque Manuela Moreno, directora de algunas de la mejores comedias en corto recientes como Camas o Pipas, debuta en el largometraje con Cómo sobrevivir a una despedida. Que sea el principio del desatasque, por favor.

Una de las cosas maravillosas de la comedia es que nadie puede predecir qué hará gracia al espectador. Huid despavoridos si escucháis a alguien empezar una frase con “lo que hace reír al público es…”. Será mentira, porque eso no se puede saber. Podría haberse anticipado el éxito de Ocho apellidos vascos a cuenta de que hay otros referentes en Europa de comedia regional que arrasaron. Pero nadie, repito, nadie, vio venir semejante repercusión. ¿O es que alguien sabía que una película con la madre de Paco León como protagonista revolucionaría la comedia nacional? Puede que los productores españoles busquen una fórmula, que casi sólo nos demanden escribir el próximo Intocable o el Resacón en Las Vegas patrio, pero al final nos acaba saliendo algo diferente, porque siempre lo llevamos a nuestro terreno. Un terreno muchas veces conocido, pero con destellos de novedad, de personalidad propia. La nueva comedia española tiene mucho de la vieja, pero si en las líneas anteriores he citado nombres como para llenar un listín telefónico (y me he dejado muchos) es porque hay risa para rato.
http://elpais.com/elpais/2014/11/21/eps/1416585191_212426.html
 
¿Alguien ha visto El sueño del mono loco de Fernando Trueba? ¿Qué tal está?


Yo hace años la vi en VHS

Recuerdo que tenía una aureola misteriosa conseguida y mantenía bien la intriga, pero no me preguntes por el argumento o la razón de ser de aquello porque lo he olvidado completamente.

Lo que si que recuerdo es que no me dejó mal sabor de boca, que viniendo de Trueba es muchísimo.

Échale un vistazo.
 
Hace poco vi " las bicicletas son para el verano " de Jaime Chavarri, una buena, buena pelicula, si, sobre la guerra civil pero muy recomendable ( tampoco son tantas las que hay de este tema), Agustin Gonzalez esta inmenso, quizas es el mejor papel que le he visto nunca.:palmas:palmas
 
Tren de sombras, de Jose Luis Guerín

Año 1930. Un tal Fleury, abogado y cineasta amateur, desaparece sin dejar rastro en las inmediaciones de un lago mientras filmaba los alrededores. Muchos años después, aparecen unas deterioradas películas caseras que le muestran junto a su familia.

Según los críticos del momento, uno de los mejores y más originales largometrajes del cine español de todos los tiempos. Obra experimental, ensayo fílmico en forma de falso metraje encontrado, cuya temática viene a ser el propio cine, la evocación fantasmal de una realidad, el misterio de las imágenes frente al misterio de la vida, del tiempo y de la memoria. Primeramente, vemos las tomas de aficionado que supuestamente grabó el señor; remiten al cine cómico mudo, a la inocencia propia de los orígenes del medio, tan sólo el puro placer de testimoniar la vida con una cámara. Después, el mismo pueblo, la misma mansión, ahora en la actualidad y en color; recuerdos del pasado como pistas inadvertidas, espacios vacíos que cobran vida gracias a diferentes juegos de luces y sombras (meticuloso trabajo de fotografía, sonido y montaje que roza lo hipnótico), con lo que lo inanimado cobra nueva vida. A continuación, la manipulación mecánica del propio celuloide, una investigación (¿del propio Guerin?) que nos conduce al único momento dramático y narrativo de la película; una mirada de la hija mayor, una historia de amor furtiva con la criada, captada accidentalmente... los personajes reviven en un momento congelado en el tiempo, se dice una frase. Por último, el momento clave de la desaparición. ¿Conclusión? El cine es como una alquimia que recupera lo que fue, pero transformado, en algo más “verdadero” y auténtico.

Como película, es toda una experiencia que mejora según se deja reposar, un viaje tanto intelectual (y como tal, un poco arduo, críptico y no siempre agradecido) como puramente sensorial, directo a las emociones, en el fondo una cosa sencilla, como la comentada historia de amor que se insinúa levemente y no le hace falta más, o unos momentos de quedarse embobado con prácticamente nada, tal es la poética desplegada por Guerín. El componente masturbatorio también está ahí, todo sea dicho, y esa metáfora final de la “resurrección” me parece que es pasarse de obvio. En cualquier caso, una criatura original, notándose quiénes son los padres; Mekas, Marker, Val del Omar, los propios Lumière...

¿Qué es el cine? ¿Es acaso puesta en escena, actores, géneros, modas? No. El cine, el puro invento del cine, sin las herramientas y las convenciones que le caracterizan, es por encima de todo una lucha contra el olvido. Una manera de lograr la inmortalidad. Mundos conservados en celuloide. Un teatro de espectros (o un “tren”, como dice el título), dispuestos a actuar una y otra vez, siempre la misma función. La experiencial humana, su multiplicidad, su caos, queda en nada frente al cine, frente a su dimensión petrificada, perfecta. “Tren de sombras” en el fondo es, sencillamente, una bonita disección de todo esto, con la cual Guerín se va a las raíces, al homenaje más sincero, sencillo (en realidad) que se le puede hacer al cine.


Z9nnT9S.png
 
Un hombre llamado Flor de Otoño, de Pedro Olea

Lluis (José Sacristán) es abogado, pertenece a una importante familia de la burguesía catalana y mantiene una doble vida, pues por las noches actúa travestido en un cabaret haciéndose llamar “Flor de Otoño”.

Entre tanta dominga, el cine de la transición dejó títulos tan impagables como éste, cuya principal referencia a la hora de ser recordado es la interpretación de Sacristán haciendo de travelazo, posiblemente lo más destacable que contiene. Cine bienintencionado, enclavado en su época y bastante arriesgado para aquel entonces, que supone un alegato a favor de la tolerancia, las libertades, que intenta mostrar la homosexualidad como algo positivo, pese a lo cual termina cayendo en lo trágico tan característico muchas veces del tema. El argumento es absolutamente delirante, con un montón de subtramas que van desde lo bélico (tal como suena, de comandos en misión suicida), lo cómico/sainetesco, el thriller... también hay números musicales, y por supuesto, el propio melodrama que es la historia de este hombre y su difícil contexto vital.

Con momentos dignos de Mortadelo y Filemón (tales como el plan de disfrazarse para conseguir la dinamita), ahondando desafortunadamente muy poco en el panorama social de un lugar y una época como es Barcelona durante los años 20 (insuficientemente tratado en el cine, creo yo), aquellos años convulsos de sindicalismo y pistolerismo... el desenlance, pese a toda la morralla anterior, resulta enormemente emotivo y lírico, uno de esos detalles reveladores de que el director no es un manazas cualquiera. Mención especial al cameo de Almodóvar, atendiendo a la temática de la peli es fácil adivinar de qué hace.

Una curiosidad histórica, algo estrambótica y cómica involuntariamente, si no, no me explico en qué estarían pensando... pero desde luego llama la atención.


uUDSBd3.jpg
 
Furtivos, de José Luis Borau

En mitad del monte viven un cazador y su madre (Lola Gaos). La paz en la que viven empieza a desmoronarse cuando él trae de la ciudad a una joven, huida del reformatorio y de novio delincuente.

Un título clave del cine de la transición, realizado durante los últimos estertores del régimen franquista. Melodrama rural a la española, con un regusto a “noir”, una historia de pasiones incontrolables, profundamente visceral y ligada a la tierra, cualquier cosa menos racional. No hay un sólo personaje inocente, aquí todos ocultan algo turbio y mezquino, siendo a la vez una figuras muy arquetípicas; Lola Gaos (verdadera protagonista), una madre autoritaria sin dejar de ser “maternal”, poseída por un amor obsesivo hacia su hijo, un pobre diablo (pobre y frustrado, pues no puede disparar, en cualquiera de los sentidos), ingenuo y susceptible de ser manipulado... por una mujer que es erotismo y vicio en estado puro. El desenlace es bastante incierto, quedando un cabo suelto cuya comprensión haría el resultado más turbador si cabe ¿cuál es el pecado de la madre? Según cada espectador, las conclusiones pueden diferir.

Tenemos una metáfora sobre la agonía del franquismo; un bosque que mantiene en la ignorancia, reprimidos, a sus habitantes, donde la autoridad (madre) es posesiva, susceptible ante lo llegado del exterior, que cría a vástagos para seguir perpetuando el sistema (el gobernador civil). Cuando éstos quedan libres, pudiendo liberar su instinto, ya no saben hacia dónde proyectarlo y el resultado es un profundo vacío. En cualquier caso, la polémica viene por la muerte de animales sin trampa ni cartón. Una puesta en escena muy física, de espacios reducidos, representando un mundo rural donde algo huele a podrido, también una naturaleza idílica, más auténtica al menos que el mundo civilizado. La españolidad de la película se hace patente, como en una pintura negra de Goya, en numerosos detalles (esos guisos tan típicos, esas partidas de dominó y mus), en el primitivismo que desprende todo. Además, de una concisión narrativa y de guión extrema.

Muy interesante, de lo mejor que nos ha dejado el cine patrio de la época.
 
sobre Tren de Sombras:

En cualquier caso, una criatura original, notándose quiénes son los padres; Mekas, Marker, Val del Omar, los propios Lumière...

lástima que acabe quedando en nada, sin desarrollar, sin apenas sugerir; a mí la última vez me pareció una cosa muy impostada, quiere convertirse en una tesis sobre el propio cine y es algo desangelado.

a mí es que el de la boina me parece un tipo con muy buenas ideas pero que no acaba de llevarlas a buen lugar.
 
Arriba Pie