Respuesta: Clásicos animados de la Disney
La sirenita:
Después del fallido título que me perpetré hará unos días se nota(ba) que Disney necesitaba un cambio de aires a marchas forzadas y de qué mejor forma que volviendo a los orígenes, a un nuevo estilo y sobre todo a un cuento. En la era Reitherman, más allá de Lady Marian, el tema de princesas brillaba por su ausencia y Disney (la marca, la empresa) necesitaba una como agua de mayo. Los cuentos más famosos o más narrados ya estaban hechos y puestos en escena así que decidieron tomar el famoso cuento de La sirenita.
Era arriesgado el viaje pero desde luego les salió un viaje brillante, maravilloso y digno de encomio. Desde los primeros segundos de metraje uno ya puede percibir que va a estar ante un título de altura y sobre todo ante un título que no tiene nada que desmerezca o que falle, el engranaje está perfectamente engrasado para que vaya como la seda y nade como pez en el agua, nunca mejor dicho.
En este caso es todo: desde los personajes hasta los decorados, las canciones, la BSO, la historia, la acción, el ritmo, la animación... todo está de lujo. Destila perfección por los cuatro costados y no repara en gastos. Es increíble la fluidez de la plasmación del agua, de la flotabilidad de los personajes en dicho elemento y como la simbiosis de la naturaleza con la realidad del ambiente es perfecto, realmente sublime. La animación es bella, en todos los sentidos. Es grácil, es preciosa (incluso podríamos llegar a utilizar la palabra preciosista, que eleva aún más la calidad, y nadie se llevaría las manos a la cabeza).
Ariel, de una belleza incomparable, podría decirse que junto Aurora es de las más bellas que hay hasta los clásicos que llevo vistos, es realmente una frágil / grácil / hermosa / autosuficiente / perfecta princesa con rasgos a cual más trabajado y con rasgos y expresiones muy abiertos (en muchos momentos no difiere mucho de las ánimes japonesas en cuanto estilo y diseño, con los ojos muy grandes, ya que es la parte fundamental para transmitir sus diálogos). El rey Tritón, otro gran personaje (muy anclado a ser un secundario sin mucha voz ni voto por mucho que se de a entender) y el resto de secundarios, como siempre, certeros y divertidos (Flounder, ese amigo eterno, bondadoso; Sebastián, la voz de la conciencia, el Pepito Grillo de los 90; esa gaviota alocada, perfecta como secundario gracioso).
Pero no podemos olvidarnos del personaje más intrigante y pérfido de la historia. Ursula, la bruja del mar, un ser intrigante, ruín, muy Divine (un personaje con mucho carisma, mucho antagonismo y mucha beneración en sí misma). Su crueldad es sólo comparable a sus intrínsecas maquinaciones. Como debe y tiene que ser, una villana en ciernes y, sobre todo, en condiciones de convertirse en otro villano de antología. Divina de la muerte, vamos. Lástima que nunca haya sido de las destacadas, mencionadas o recordadas. Qué lástima. El resto de personajes, están correctos, dentro de sus límites, intenciones y pretensiones. Ahí podemos incluír a Eric, que por mucho príncipe que se precie no deja de ser un secundario (aunque logre marcarse un tanto al final de la historia).
¿Pero sabéis que es lo que más me gusta de esta película por encima de todo?. La BSO y sus canciones. Son realmente buenas. No molestan y sobre todo cuadran. No estorban ni entorpecen el ritmo o la trama. Con temas como "Bajo el mar" (con ritmos caribeños muy quedones), "Parte de él" es toda una declaración de intenciones, muy melancólica y sobre todo es un tema muy bello, armonioso o "Pobres almas en desgracia", un tema retorcido acorde con el personaje que lo canta. Aunque de todos ellos, si me tengo que quedar con un tema, ese es sin duda alguna, "Bésala". Que tema señores. Podrías extraerlo de la película y quedaría perfectamente donde lo pusieses (aparte de que la puesta en escena que acompaña a la canción es de aplauso, es emotivo y bibrante, mágico).
Por lo demás, la película es divertida, con un humor acorde con los tiempos que corrían, aventuras (esa persecución dentro del barco, con el tiburón detrás), situaciones intrigantes y grotescas (esas sirentas y tritones convertidos en esa especie de monstruos con formas de algas cadavéricas) o simplemente perfectas (toda la batalla final). Realmente estamos ante un cambio de tercio, una vuelta a la Disney que siempre debió haber sido y ante un título que engloba mucho más de lo que muestra a simple vista. Estamos ante un gran título y una gran película.
