Hombre, otro de la cuadrilla Disneyana. A ti también te echaba de menos por estos lares.
Te entiendo perfectamente, Scissors. A mi me pasa muy a menudo. Me entra la fiebre por algo y no paro pero como desconecte... uf, lo que me cuesta volver a enganchar.
Traete, si ves bien hacerlo, tú crítica de Pocahontas pa' quí. Más que nada para tenerlas todas juntas.
Bueno, como decía, aquí va mi crítica:
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Peter Pan:
Otro clásico por antonomasia, uno de mis favoritos de toda la vida. Disney y Barrie, Barrie y Disney. Creo que nacieron para que se representasen mutuamente porque la magia que destilaba uno en la escritura la destilaba el otro en la pantalla. La extraordinaria del niño que no quiso crecer y sus aventuras con el Capitán Garfio nunca ha tenido mejor traslación a la gran pantalla como la versión de Walt Disney y es que todo lo que acontece en la película es casi la esencia del gran cine, el que nos hace rememorar tiempos pasados y nos los trae, con paso firme, con gracia y salero.
Si hay algo que le tengo que agradecer al maestro es que plasmó con arte todos y cada uno de los elementos cinematográficos de una manera como pocos lo lograron. Empezando por la historia. Disney se permitió el lujo de transformar el personaje de Peter en chico cuando siempre había sido representado por una chica... ¡y cuadró!. No me imagino a Peter de otra manera. Empezando por el diseño. Supieron plasmar la sensación de ingravidez perfectamente, con unos movimientos extraordinarios, exquisitos, perfectos. Parece realmente que esté flotando pero a la vez logra actuar en el aire sin recurrir al vuelo. Es maestría. Pura, sin concesiones. Pero además supieron ir un paso más allá. Dotaron al personaje de un registro actoral brillante. Al cual siempre se le reconocerá con esa música de flauta, con el cual lo identificamos al momento.
A este niño eterno le acompaña Campanilla. Un personaje perfecto. Dotado de una feminidad extraordinaria, pasmosa... creíble 100%. Su diseño es más que maravilloso. Le añaden un carácter fuerte y con rasgos humanos (su facilidad a la hora de enfadarse y tenerle unos celos y envidia enfermiza a Wendy, incluso deseando su muerte en una de las escenas más bien representadas, es quizás uno de los rasgos más destacables y perfectamente interpretados por esa fémina de tamaño diminuto, muda, cual mimo de calle, pero que se le entiende todos y cada uno de sus gestos, maneras y expresiones).
Luego contamos con la parte real. La familia Darling. George y Marie, los padres, los que tienen los pies en la tierra pero han olvidado su infancia pues es ley de vida que los humanos, cuando nos hacemos adultos, cogemos responsabilidades y con ello va atado el dejar de ser un niño. Pero contamos con la parte de Wendy, John y Michael (Juan y Miguel para nosotros). Niños que actuan y viven como tales. Aún cuentan con la infancia, no se la han arrebatado y por eso desean ser, vivir y estar con Peter Pan. Contamos con Wendy, la cual se parece muchísimo a Alicia y se da cierto aire con Cenicienta. En Disney sabían dibujar muy bien a las mujeres. John, dotado de esa educación exquisita londinense pero que sigue siendo un niño y Michael, el personaje más esponjoso y adorable de todos los personajes que pueblan esta película.
Desde que abandonan ese hogar, lo que les une con la realidad para volar al País de Nunca Jamás ("La 2ª estrella a la derecha, volaremos hasta que amanezca") acompañamos a Peter a todo lo que un niño pudo desear, a todas las aventuras que cualquier niño inventó en su imaginación. Hay piratas, indios, sirenas, mundos inventados, peleas, aventuras, bailes, persecuciones... ¿quien de niño no ha peleado contra piratas, no ha luchado contra los indios, no ha corrido aventuras en busca de tesoros?. Todo eso está ahí y tan bien plasmado que no hay duda de que quizás, y sólo quizás, estemos ante una de las mejores obras maestras de toda la factoría Disney con permiso de unas pocas.
Todos los personajes que habitan en ese maravilloso mundo son excelentes. Los mejores sin duda. Empezando por el Capitán Garfio. Uno de mis personajes favoritos de toda la historia Disney. Pues contamos con un villano en ciernes, pérfido, malvado, un auténtico pirata pero dotado de una comedia boba y un patán en toda regla. Su rostro, alargado, de mentón picudo, bigotes finos, para darle esa refinura y esa nariz aguileña, distinguida entre los más villanos, es todo un personaje. Sus diálogos tienen un humor que muy pocos pueden alcanzar (brillante su villanía, como con sus artes del mal logra engañar a Campanilla y aún así tener humor toda la escena) y sus amaneramientos, sus acciones y sus gestos son pluscuamperfectos. Pero no me puedo imaginar Garfio sin su ayudante de a bordo, Smee. Es imposible. Es un personaje tan delicioso, tan cómico a su pesar, que sin él la película creo que perdería un tanto por ciento de efectividad. Momentos tan llenos de humor slapstick como el afeitado apurado o del golpe con el martillo en la cabeza son tan buenos que aún, a día de hoy, siguen teniendo gracia, te ríes con ellos. Y eso es de agradecer. Pero luego están esos piratas, esos piratas patéticos que ansían dosis de aventuras (ese pirata cantarín asesinado a bocajarro por ¡cantar mal! es todo una declaración de intenciones. Son piratas, sin escrúpulos, sin miramientos y Garfio lo resume todo a la perfección).
Los niños perdidos (personajes que dan ganas de adoptarlos), Gran Jefe (un personaje genial, con los rasgos muy desproporcionados y los dedos muy flexibles - un detalle que en Disney siempre me ha hecho reir), la caza de indios, Tigrilla, la laguna de las sirenas (demostrando que Peter Pan es el causante de todos los odios, envidias y celos de todas las féminas en la película, algo tan real que asusta), la gruta calavera (y toda la pelea a espada que hay ahí), el engaño en forma de bomba, la batalla final en el barco, con una pelea cuerpo a cuerpo entre Garfio y Peter que quita el sentido, que es perfecta en todos sus movimientos (con ese plano de Garfio subiendo la escalera, hacia cámara, mientras el agua se mece suavemente - quizás uno de mis planos favoritos de toda la película) son elementos que convencen y que complementan una preciosa historia universal. Con ese momento final donde podemos llegar a creer que ese sueño de aventuras, todos, grandes y pequeños, lo hemos llegado a tener alguna vez y que quizás, sólo quizás, Peter Pan sea ese elemento de nuestra memoria que nos hizo recordar que nosotros, un día, fuímos niños una vez y que todos disfrutamos de unas aventuras que nunca más volverán a suceder.
Peter Pan es, la película, es el botón que nos transporta a esa infancia pasada, a ese mundo feliz. Volviendo a la película el colorido es algo que destaca por encima de todo. Londres es plasmada como una ciudad sobria, de color oscuro, como lo es la madurez mientras que cuando nos acercamos a Neverland los colores son vivos, llamativos. La laguna de las sirenas rebosa luz, la bahía donde se encuentran los piratas transmite frescura mientras que la cueva calavera es un lugar tenebroso. Todo lo que represente o haga referencia a adultos son colores apagados, oscuros y tétricos.
La BSO es otro elemento que te transporta a momentos felices. El tema principal, el de los créditos, "Estrella que me vio nacer", embriaga y te va metiendo en situación. Pero el tema que más me apasiona, el que realmente me transporta a mi infancia, es el clásico por antonomasia "Volarás, volarás, volarás". Creo, sin equivocarme, que es un tema que invade, que convence y conmueve. Un tema que te hace recordar, que te hace aplaudir (aparte de que la plasmación de canción junto con las imágenes en movimiento hacen el resto. Toda esa introducción de como se puede volar para que, en medio de Londres, en esa noche estrellada, 4 niños vuelen surcando los cielos, es un momento mágico. Ya cuando se posan en las agujas del Big Ben aquello es el apoteosis). El tema que canta Wendy a los niños, "Su nombre es mamá" por situación me recuerda mucho a Blancanieves cuando le canta a los enanos el tema de cuando un príncipe llegará (además, la postura de los niños es muy parecida a la de los enanos) mientras que la melodía me trae recuerdos de Alicia. El resto de canciones, son las canciones cómicas, como son el caso de "¿Por qué decir el ‘Au?", "Oh, La vida de un pirata" o "Quien quiera ser un bribón" que son más costumbristas y te explican la situación del momento. Por último está "Por donde tú vayas", un tema de amistad y compañerismo, que ayuda a la historia pues no desmerece.
Es una película que no desfallece, que no pasa de moda, que no pasa el tiempo por ella, es atemporal, sublime. El guión es tan redondo, la acción está tan bien desarrollada, no hay tropezones, no hay lagunas argumentales, con un final digno de reflexión, una BSO exquisita y unos personajes tan perfectos que sin miedo a equivocarme diría que es una película escrita con letras de oro en la historia del cine. Y yo que me alegro, se lo merece.