Fantasía:
La consagración de la maestría, el convertir el arte en algo digno de alabanzas eternas. No hay palabras para describir tanta belleza, tanta armonía, tanta pulcritud en tan sólo dos horas de metraje. Si hay una película que reúne las condiciones, características y elementos para ser considerada una obra maestra atemporal Fantasía es un claro ejemplo. Una película donde música y animación casan de una manera que pocas veces funcionó tan bien. La animación que da forma a las notas musicales pero que no hay historia Con la Orquesta de Philadelphia y Leopold Stokowski como director de orquesta la película comienza con unos pequeños ensayos hasta llegar a la introducción del primer fragmento:
1) “Tocatta y Fuga en Do Menor” de Johann Sebastian Bach
Desde las primeras notas la música clásica nos invade y nos posee con esa armonía que sólo este tipo de música sabe reflejar. Luces y sonidos inundan la pantalla para dar paso a una amalgama de colores y formas, casi abstractas, cuyo único cometido es darle forma animada a la música. Por ello sólo veremos haces de luz, puntos luminosos, arcos de violín frágiles y etéreos, luces y sombras, estrellas, auroras boreales, ondas y montañas de sonido, nubes traslúcidas, momentos oscuros explotados por una luz divina al son de los instrumentos, lugares idílicos, abstracción en estado puro. No hay historia, sólo melodía, magnífica melodía, que te golpea los sentidos y toca los sentimientos. Quizás el fragmento menos recordado de la película pero con su sola presencia ya nos promete que lo que vamos a ver a continuación será, como mínimo, un magnífico espectáculo digno de estudio, admiración y respeto.
2) "El cascanueces" de Tchaikovsky.
Mi fragmento musical favorito (con permiso de El aprendiz de Brujo). Aquí todo es arte y belleza a partes iguales, aparte que para mi gusto, es el fragmento que contiene la música que simboliza la película. Cada corte animado es perfecto, no hay fisuras, no hay nada que sobre o falte, todo está ahí. Como han sabido captar la esencia de la pieza musical y dotarla de esa realidad cotidiana como es la flora y fauna que contiene la hermosa naturaleza. Empezamos con el número musical de Las ninfas matutinas donde su espectáculo será dotar de rocío toda la vegetación que se encuentren (la telaraña invadida por las gotas de agua es de tal belleza que pone los pelos de punta). Son ninfas tan volátiles, tan frágiles, tan etéreas que son fantásticas (en todos los sentidos) y cuando vemos su danza encima del agua, con sus siluetas reflejadas, es todo un lujo para la vista pero esto no ha hecho más que empezar.
El siguiente número: Las setas chinas orientales. Es un número extremadamente divertido, donde la plasmación de una cultura en un vegetal, como se mueven, con ese arte, con esa soltura y como no, con ese elemento discordante que dota al compás de un humor espléndido, maravilloso… sencillamente embriaga. Cambiamos de tercio y pasamos a la caída de las flores en el agua convirtiéndose en bailarinas acuáticas (¿pudisteis escuchar mis aplausos?). Como pueden transmitir con colores y música algo tan maravilloso. Cuando descubrimos a la bailarina central, destacada por ese blanco impoluto, puro, es una danza apoteósica, que sube y sube hasta el infinito para pasar a la oscuridad acuática y el número musical cambia por completo. Toda esa variedad de peces, tan gráciles, frágiles, tan hermosos, con esa sensualidad transmitida por esa cola en forma de velo, que consigue impactarnos por contener tanta belleza en cada uno de los movimientos.
Luego vendrá el baile ruso de las plantas, divertido y muy original. Las ninfas del otoño, tocando las hojas que pasan de verde a marrón, mientras el viento mece las hojas, es pura maravilla. Semillas con falda, gráciles, empujadas por el viento mientras las ninfas pasan a la siguiente estación: el invierno. Este último fragmento es perfecto. Los copos de nieve, los bailes y la danza en el hielo, dando forma al patinaje mientras la música se crece y nos conmueve por completo. Ya digo, mi número musical favorito de todas a todas. Donde la animación y la BSO es perfecta sin duda alguna.
3) "El aprendiz de brujo" de Paul Dukas.
El fragmento que podría considerarse un corto de Mickey Mouse pues hay una cabecera, un nudo y un desenlace. La música es muy melódica, es casi mínima, muy suave hasta el momento que Mickey decide atajar su trabajo dándole vida a la inerte escoba. Este momento, al son de una BSO que crece poco a poco hasta tal punto que llega a agobiar es muestra de lo que se puede llegar a conseguir con estas artes maravillosas. Como dotan de tanta vida a un ser tan inanimado como es ese utensilio de limpieza. Me encanta como Mickey juega con las constelaciones, las estrellas, con una animación casi difuminada, etérea. El agua es un elemento importante, imprescindible (tan transparente, tan tangible) para dar paso a uno de los momentos más tensos y terroríficos de la factoría del ratón: el asesinato de la escoba.
A manos de un hacha el color se va – extraordinario (y eso que no lo vemos directamente, sólo lo vemos a través de las sombras pero hay brutalidad en la acción). Pero la magia sigue y el corto toma otro rumbo. Es bestial, sencillamente brutal. No hay límite, no hay fin. Ese automatismo de las escobas, creadas con un propósito, que no se detienen ante nada ni nadie. No hay palabras para describir toda la magia que contiene este fragmento. La cara del mago, un enfado de un calibre grande, no tiene precio. Ese escobazo en el trasero demuestra tanta humanidad y sencillez que abruma. El detalle de Mickey felicitando al director de orquesta no tiene precio.
4) "La consagración de la primavera" de Igor Stravinsky.
La evolución de las especies. Quizás el fragmento que menos me ha gustado. No por su animación en sí pues es realmente perfecta y transmite mucho sino porque no logra conquistarme como otras piezas. Aquí vemos constelaciones, espacio sideral, una música muy enérgica pero mínima al mismo tiempo dando paso a los volcanes (con mucho color rojo intenso, dotando a la escena de una sensación impactante de calor real). Pasamos a colores oscuros y vamos a los seres unicelulares transformándose en peces, de aquí a reptiles y luego en los grandes dinosaurios. Lo que más me ha impactado es el realismo de los escenarios naturales. Son creíbles, casi tangibles. Los dinosaurios están perfectamente dibujados (diría que Don Bluth se basó en estos para dibujar su Valle Encantado). La iluminación y la paleta de colores es apagada, casi oscura.
De pronto, la presencia de Rex es algo que marca e impacta. La dureza con la que arremete contra el dinosaurio herbívoro es magistral (intuimos su muerte a través de la cola. Disney era un maestro, ya nadie lo pone en duda). El fragmento toma otro rumbo completamente distinto y la paleta de colores es casi uniforme, carente de vida. La sequía, la extinción de la especie y el cataclismo es realmente desolador. Aunque le veo el mérito por completo ya digo, es de las piezas que menos me ha gustado. Luego vemos una pequeña interacción entre la BSO, nunca mejor dicho, para demostrarnos la forma que tiene según el instrumento musical tocado. Anecdótico.
5) "Sexta sinfonía" (La Pastoral) de Bethoveen.
Otro de los números musicales más famosos de la película pero que tampoco es de mis favoritos. Trata sobre la mitología griega. Faunos, unicornios y Pegasos pueblan este Olimpo. Colores pastel muy suaves dotan a la historia de una sensación de estancia idílica, casi de cuento. La animación de los personajes es del estilo cartoon, sobre todo en los faunos, los unicornios y los pegasos pequeños mientras que en los adultos la belleza es sublime, muy estética, estilizada. Cambiamos de tercio y pasamos a la sección de las centauras, extremadamente bellas, muy sensuales y hermosas, que serán conquistadas por los centauros. La escena es muy atractiva, grácil y candorosa pues es muy onírica, romántica.
El humor vendrá de manos de Dioniso, el dios del vino, montado sobre un unicornio negro (aunque los rasgos serán idénticos a los burros de Pinocho). Sus rasgos son muy cómicos, acentuando el humor en la escena. Con animación muy digna de cortos disney y maneras muy extremadas. Todo será interrumpido por Zeus, apagando el color de la escena y pasando a una oscuridad muy fuerte. Tormenta, viento y lluvia harán acto de presencia y la unión de música y movimiento es perfecta (con un plano muy parecido a El viejo Molino: niños ocultos en uno de los panteones e iluminados ante la luz del rayo). El arco iris (con forma de mujer) dará paso a Artemis, transformando la luna en su arco e inundando todo de una noche estrellada. Una pieza musical muy acertada después de todo aún no siendo de mis favoritas.
6) "Danza de las horas" (de la obra La Gioconda) de Amilcare Pochielli.
Aquí se representa las cuatro partes del día con un animal. Avestruces para la mañana, hipopótamos para el mediodía, elefantes para la tarde y cocodrilos para la noche. En cada animal siempre habrá uno que destaque por encima de los demás (avestruces: zapatillas rosas, hipopótamos: zapatillas doradas, elefantes: burbuja con pez y cocodrilos: sombrero con pluma). Perfecto como según el animal la luz es más fuerte (avestruces) para ir apagándose hasta llegar a la noche (cocodrilos). Lo que más me sorprende de este número es la humanización con la que dotan a todos los animales. Aparte de la gracilidad, fragilidad, soltura y movimientos rítmicos, casi etéreos y eternos a animales de gran envergadura como son un hipopótamo y un elefante
Increíble también como el compás y el ritmo entre la animación y la melodía es perfecto, maravilloso. Aparte de dotar a las escenas de un humor muy refinado y a la vez muy cartoon. El final, cuando todas las especies comparten número en el mismo escenario, con tantos atropellos y equívocos es muy interesante de ver. Un fragmento muy completo aún no siendo uno de los más redondos.
7) "Una noche en el monte Calvo" de Modest Mussorgsky
8) "Ave María" de Schuvert.
El último fragmento, que aún siendo uno está dividido en dos partes, es el más terrorífico y no apto para los niños. La paleta de color es realmente tétrica, oscura, sin ápice de luz, con una iluminación muy pálida. Los efectos visuales y la animación están muy conseguidos aún no siendo de las más destacables. Es una pieza musical muy triste y es difícil cogerle simpatía. Las campanas resuenan y el amanecer hace acto de presencia devolviendo a la escena la luz y la esperanza que requiere. El tema musical empleado conmueve, penetra en nuestro sentimiento y la animación, extremadamente frágil, digna del mejor cuadro, con ese bosque etéreo, digno de estudio, y ese sol radiante, subiendo desde el más allá es un digno broche de oro para una película que conmueve de todas a todas.
Fantasía el tiempo la ha puesto en su sitio. La ha sabido colocar entre las más grandes obras del cine de animación, del cine en general y de las más hermosas odas a la música clásica, universal. Eterna como es el tiempo que cuanto más tiempo pasa más grande se hace. Digna de estudio merece todos los aplausos de mundo, el respeto de las masas y las alabanzas de los más grandes. Porque ella es una grande.