Robin Hood:
Otro clásico menor dentro de la extensa factoría Disney. ¿Clásico en qué sentido? Vamos a ver. No puedo negar que la película es sencilla, quizás demasiado, la que más de todas las películas realizadas por Wolfgang Reitherman. Empezando por sus decorados y escenarios pues son muchísimo más sencillos y modestos que el resto de películas vistas hasta la fecha. No hay tanto realismo en los detalles y los decorados son muy pobres en cuanto a objetos a destacar. Quizás el castillo o la iglesia es lo más destacable, entre comillas, pues incluso ahí es superado por otros ejemplos como puede ser Merlín el encantador. La paleta de colores, en cuanto al tema a tratar, es demasiado blanda y poco contrastada pues los colores que más predominan son el verde, el amarillo, algo de azul y sobre todo el gris, mucho gris, para la lluvia, la noche y las edificaciones antes comentadas. En esto, decorados y escenarios, no hay mucho esmero. Pero creo que la escena nocturna, cuando Robin y Marian se vuelven a encontrar, es un placer visual pues diría que es donde más trabajo lograron. Es una escena espléndida, que cumple con su cometido, que está llena de magia y candor y que el color, siendo muy tenue, está lleno de vida. Las luciérnagas logran el resto.
Luego también partimos de la base que esta película está hecha de trozos y retales de otras películas (diría, además, que es la película donde más fragmentos de otras películas Disney se utilizan). En el baile nocturno es lo más llamativo del caso pues tenemos casi todo el diseño final de Blancanieves cambiando a Blancanieves por Lady Marian y los enanos por integrantes del bosque de Sherwood. Luego, cuando Robin y Marian bailan juntos, es calcado a cuando Thomas O'Maley y Duquesa bailan. Y de Los aristogatos se sacan también muchos fragmentos pero es que aún hay más. Cuando Little John y Lady Kluck bailan es idéntico a cuando Baloo y Rey Louie bailan juntos entre otras muchas cosas. Luego tenemos reutilización de animación pues los buitres (Tiro Listo y Lelo) son muy parecidos en andares a los buitres de El libro de la selva, Little John es muy deudor de Baloo (aunque su diseño se haya remodelado un tanto pues el hocico es más redondeado y los dientes no son punzantes sino cuadrados y separados). Sir Hiss hipnotiza, anda y actua en muchos momentos igual que Khaa. El sheriff se copia a sí mismo en muchos momentos al andar y en diferentes escenas. El cocodrilo del duelo con arco y flechas es muy deudor de los cocodrilos de Fantasía. La liebre y la tortuga vuelven a la carga convertidos en niños siendo aquí amigos hasta el final. En este caso, otro tanto que le quita cierta originalidad al asunto. O incluso cuando la gallina sujeta la trompa de un elefante para hacerlo callar eso ya está visto en El libro de la selva, con la misma estructura. La carroza del final, las campanas y los ratones tirando arroz está sacado enteramente de La cenicienta.
También tenemos muchos errores visuales y de continuación. Por ejemplo, los anillos de la mano del rey cambian a su antojo o de repente desaparecen, es decir, pasa de tener dos anillos a uno y luego vuelve a tener dos o en una escena tiene todos y a la siguiente desaparecen para no volver a salir en escena. O la corona. Las joyas que la integran son de dos colores y luego pasan a ser todos de un color para la siguiente vuelven a cambiar. O las bolsas de oro en el asalto al castillo. En un momento tiene dos. Luego tiene una. Luego volvemos a tener dos en distintas posiciones y a la siguiente ya no tiene ninguna para tener una bolsa detrás de la almohada. Y los integrantes cambian de posición con mucha facilidad como es el caso de Lelo. Está alejado, apollado en una pared y en la siguiente escena se encuentra al lado del Sheriff habiendo una distancia prudente a recorrer.
No se puede negar que eso está ahí y de ahí no se va a mover pero aparcando a un lado las diferencias creativas lo cierto es que la película se sustenta en los personajes y en el buen ritmo en cuanto a aventuras y acción que contiene que no es mucho si se analiza fríamente pero que lo poco que tiene es todo un primor. Empecemos por los integrantes.
Siempre he sido fan declarado del Príncipe Juan. Es un clásico villano patético. Sus rasgos son extremadamente cómicos, siendo un cobarde, un tramposo, un niño mimado y consentido y con una facilidad pasmosa a enfadarse. Siempre fue mi personaje favorito de toda la película. Luego está Sir Hiss cuya animación es muy deudora de Khaa pero que no molesta en absoluto, desde luego. Su animación es más que correcta y sus rasgos son muy divertidos (el colocarle los dientes separados le da ese toque de comedia involuntaria). Fijaros si podéis en la animación real que se le dota a su anatomía, como si tuviese extremidades pues con la cola escribe, con el cuerpo se dobla para ponerlo en forma de brazos cruzados. Y ese Sheriff. Magistral. Un personaje misógino, miserable y mezquino que no duda en robar sin medida a todos los pobres integrantes (me encanta como siempre aparece ante el tintineo de una moneda y encima representado como un lobo). Los buitres, dos tontos completos, uno involuntario y el otro intentando no serlo. Siempre me ha conquistado más la parte malvada que la parte blanca en las pelis Disney.
Luego tenemos el otro extremo. Robin Hood es un ser bueno, amistoso, con un diseño fácil y sin destacar demasiado entre los clásicos Disney cuya indumentaria surge bastante deudora de Peter Pan pues viste del mismo color y el sombrero es bastante parecido. Aún y así es un personaje aceptable, no molesta y me encanta la flexibilidad y acción que contienen todos sus movimientos. Su maña en el arte del disfraz no tiene precio. Acompañado siempre de Little John, un oso muy parecido a Baloo, cosa que no se puede negar, sus rasgos, acciones y anatomía son correctas pero no destacables. No es un personaje recordado. Luego tenemos a Lady Marian. Una princesa de sangre noble, muy mona pero que tampoco destaca ni se hace notar más allá de un par de escenas. Y el resto de personajes no son más que meros secundarios que quizás aportan algo a la trama como es el fraile Tuck (un dibujo animado excelente pero que no se hace notar). Quizás el gallo juglar, el narrador entre comillas, cuya animación es brillante, no hay peros en él.
En sí son personajes que no son destacables, no son grandes dibujos (sin querer entrar en comparaciones con otros dibujos de la misma escuela) más allá de notables bocetos y divertidos acabados pero sí que es cierto que entrando en conjunción con otro elemento a destacar que es nada menos que la acción y la aventura, la suma da como resultado un producto con mejor acabado. Y es aquí donde entramos en materia. La película no se puede negar que cuando se aleja de la acción entra en un pequeño altibajo que lo entorpece pero gracias a los señores dibujantes la cosa no sucede muchas veces. Cierto es también que la segunda mitad es muchísimo mejor que la primera, las presentaciones en cuanto a intenciones y motivos de los dos bandoleros más edulcorados de la historia es todo un acierto. Ese asalto a la carroza real, inventándose la historia de las adivinadoras es divertidísimo. Esa manera de engañar y esa manera de robar, con gracia y salero, es todo un acierto.
Pero eso es sólo el comienzo. Luego vendría el duelo de arqueros, que es muy escueto pero muy ameno para dar paso a esa posible ejecución que como todos sabremos, siendo una peli para niños, no puede acabar en decapitación por mucho verdugo rinocentil se preste. Luego vendrá una escena que está destinada única y exclusivamente para los niños pequeños. Esa forma de escapar, esas carreras, ¡ese partido de Rugby! entre rinocerontes y una gallina, esas pasteladas, esos estampes contra torres y destruyéndolas sin dolor alguno, etc. todo está diseñado para que los benjamines de la casa congenien aún más con los personajes y se lo pasen bien. No se puede negar que la película está destinada para los menores del hogar pero tampoco se puede negar que visto así el producto, es como mínimo, respetable y aceptable. Si encima la película cuadra con los adultos un logro mayor y un objetivo cumplido.
La película sigue su curso y entre melancolías, recuerdos y fiestas campestres llegamos a la parte que más me interesa, la que realmente me hace aplaudir toda la película y que convierte a Robin Hood en una película correcta, dentro de lo posible y con todos los errores escritos anteriormente: el asalto al castillo. Desde que Robin Hood y Little John se adentran con el interés de salvar a los suyos y dejar en la auténtica ruina a otro ladrón empedernido la cosa no mengua. Tiene todos los ingredientes necesarios para aplaudir toda la set piece. Acción, tensión, intriga, escenas muy amenas, duelos, escapes y todo lo que se le pueda requerir ahí está y con aprobado. Me encanta el humor que hay en la escena de la cámara del rey, durmiendo plácidamente mientras Robin le quita todo el oro. Me encanta toda la escena de persecuciones, con ese elemento en discordia que es ese bebé olvidado (¡disparándole flechas!). Me encanta como Robin escala, escapa, corre, salta entre los diferentes escenarios del castillo, vamos, un digno videojuego para acabar en esa pelea final, con fuego envolvente con el malvado Sheriff (una escena que me recuerda mucho también a cuando Pongo y Gaspar pelean en el palacio de Devill).
Pero es que a la peli no le faltan detalles que complementan y que la hacen muy entrañable, sensible y triste a la vez. Esa manera de robar a los pobres pueblerinos como por ejemplo quitarle la moneda del regalo de cumpleaños a un niño, o quitarle las monedas ocultas a un inválido o incluso quitarle la única moneda al cura (que me encanta la iluminación, la escenografía y el diseño de toda esa escena, con esa pelea en el exterior, violenta y tensa aparte de que la luz, la lluvia y la acción están muy bien logradas). Vemos gente encadenada siendo personajes desvalidos por completo - una escena perfecta porque llega de todos los modos posibles. Ardillas, ratones, conejos, buhos, tortugas... animales indefensos enjaulados. ¡Qué tíos, como juegan con los sentimientos, leñe!. El plano que más me llega, podéis llamarme sensiblero extremo, es cuando el conejo está comiendo un trozo de pan y los ratones lo miran con esa cara... cae la migaja y la cadena no le deja alcanzar ese sustento al pobre ratón. El conejo se lo acerca y el ratoncillo lo comparte con los demás. ¡Esas son las cosas que me llegan, las que me convencen y me hacen aplaudir estas películas!. Si todo esto no compensa los errores ocurridos...
Pero luego tenemos una BSO correcta, muy al grano y acertada en cada momento de la película. A eso añadimos canciones bien logradas y con mucho ritmo, desde luego. Temas como "¡Qué día más feliz!" es muy pegadiza, aparte de que es un caramelo de canción. "Amor" es una melodiosa canción, preciosa y muy acorde con la escena. "El rey inglés pelele" es divertidísima por sus chascarrillos, por su comedia y por su desenfadado sentido del humor. Por último pero no menos importante está "Jamás en Nottingham". Melancólica hasta decir basta es una canción tristísima, que llega y que convence.
No se puede negar que Robin Hood nunca llegará a estar entre las mejores, que no convenca a los más puristas, incluso que se le tache de infantil, blanda, poco interesante o que sea un mal producto pero yo creo que su intención nunca fue ser un gran título. Su único interés hasta la fecha sea hacerte pasar una hora de puro entretenimiento, desenfadado, divertido, sin complejos y que te eches unas risas con ella. Y vaya si lo consigue. No es una obra maestra, no es un peliculón pero es un gran producto, sí señor. Un filme respetable, con la dosis justa de acción y aventuras (cosa que no se puede decir de otras películas) y que a día de hoy, como mínimo, ha logrado conseguir que sus logros sigan estando aceptables y correctos. Como me alegro que películas como estas no pasen de moda.