Lo que tiene uno que leer. Manu, no sé por qué no escribes más en cinefilia, porque sueles estar en lo cierto.
La música de una película JAMÁS tiene que ir por otro lado a la imagen (que eso es lo primero que aprendes cuando vas a hacer bso). Si la música va a sacarnos de la narrativa, porque vamos a reparar más en ella, el musico lo está haciendo mal (de cara a la narrativa de la película). Igual que no tenemos que notar excesivamente nada de las decenas de artes que componen un film..., con lo cual, la película. Hay que buscar la unidad.
Eastwood, el hombre más clásico (y mejor) de los que tenemos para eso, lo sabe..., por eso compone bandas musicales que no molesten, que ayuden y que avancen en la narrativa. En las pelis de Eastwood, vemos grandes obras..., no vemos la película partida ni lo necesitamos. Eastwood hace todo por la historia y por el espectador, no por su ego. Por eso, entre otras cosas, es uno de los mejores, el último clásico (en tiempo de egos) y un absoluto mito en cuanto al respeto por el espectador.
Williams es un excelente músico (con sus mil referencias (excesivas) de la música clásica y todo), pero veinte mil veces quiere destacar por encima de la película..., y eso estorba. Eso elimina la película y perjudica a su narrativa.
Algunos cuando hablan de bandas sonoras se imaginan el cd sonando en el coche..., y quizá deberían sentender la propia concepción de la obra. Lo dice el mismo nombre: banda sonora.
Y sí, efectivamente, innumerables temas de Eastwood como músico, fuera de la PELÍCULA, ponen los pelos como escarpias. Y, encima, sin molestar.
Un saludo.